“Al investigador Paco Padrón, por despertarnos la curiosidad”. Además de un más que merecido tributo, esta dedicatoria insertada en los créditos finales del programa La Isla Misteriosa, que cada semana emite Televisión Canaria, explicita con rotundidad la intención del programa: despertar y alimentar la curiosidad del televidente.
Desde octubre y a razón de una cita por semana, el formato no deja indiferente, al combinar lo reporteril con lo cinematográfico a través de entrevistas en plató y cuidadas dramatizaciones, presentando reportajes en los que participan especialistas canarios que vienen timoneados por las voces y presencia de los llamados emisarios en el tiempo, personajes de ficción que actúan como una suerte de alter ego del presentador.
GABINETE DE LAS MARAVILLAS
José Gregorio González, ataviado y envuelto en una estética que hace guiños al icono del misterio Fernando Jiménez del Oso, al legendario Carl Sagan y hasta al ya casi olvidado comandante Jacques Cousteau, recibe a sus invitados y distribuye contenidos al calor de una confortable chimenea, en un espacio que por momentos evoca un gabinete de las maravillas, una mansión encantada y hasta un apartado castillo en el que se custodian toda suerte de enigmas e historias heterodoxas.
Un espacio hecho a medida para José Gregorio González, quien, bajo la dirección de José Luis González, va más allá de presentar La Isla Misteriosa, aportando rigor y credibilidad desde la veteranía que proporcionan sus más de tres décadas inventariando cuanto de misterioso, insólito y hasta bizarro concurre por Canarias. Sus miles de artículos, decenas de libros e incontables horas de radio, junto con las tablas televisivas acumuladas durante años a través de su participación en Cuarto Milenio o en series como Ellos en DMAX, se evidencian en los contenidos y línea editorial del programa, permitiéndose estar de forma figurada omnipresente a través tres personajes que ejercen de cronistas de lo insólito en diferentes épocas de la historia de Canarias: el monje franciscano Fray Diego, el doctor Williams, viajero y naturalista inglés, y la pertinaz periodista Petra Betancor, interpretados por José Luis de Madariaga, Pedro Martel y Saray Castro, respectivamente.
Ellos exploran con las armas de la curiosidad, la razón y la duda unas temáticas que, desde hace décadas, permitirían que Canarias jugase y fuese medallista a nivel internacional en unos hipotéticos campeonatos de misterio.
Como resultado tenemos una presentación atractiva y ponderada de asuntos clásicos como las intrigantes apariciones de la isla de San Borondón o la leyenda del Alma de Tacande en La Palma, con otros que conforman la parte más incomprensible de nuestra crónica negra, como el crimen de las hermanas Cruz en Teseguite o el de las espiritistas de Telde. Personajes vinculados al corso y a la piratería como Amaro Pargo y Alí el Canario, figuras que parecen sacadas de una épica novela de intriga, como la del empresario muerto en aguas canarias Robert Maxwell o el lagunero Diego Correa, que pretendió ejecutar al mismísimo Napoleón, o temas conectados con la época aborigen, como la mítica heroicidad de Doramas, la aparición y culto a La Candelaria, la muerte del conquistador Juan Rejón, el culto a los astros de los antiguos canarios o el enigma de la momificación o el poblamiento, también desfilan por un programa que con su título evoca por partida triple nuestra condición de islas, el enigma borondoniano y el clásico de Julio Verne.
De acuerdo con los datos de la productora responsable del formato, Hormigas Negras, al frente de la cual se encuentran Luis Luque y Mario Blanco, más de 300 profesionales -actores, técnicos, redactores, expertos, guionistas…- han participado en la primera temporada de la serie, donde se contarán unas 60 historias singulares de Canarias con la ayuda de prestigiosos especialistas del ámbito universitario, periodistas, escritores e investigadores de todas las islas.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas