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El arte de reinventarse de la mano de la costura

Elisa Durán (Farobag) y Lourdes Lino (Smil3) son dos mujeres emprendedoras que, tras pasar por el curso ‘Teje el porvenir’ de la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz, han conseguido ganarse la vida creando y confeccionando sus propios diseños
Foto: Fran Pallero

Elisa Durán se reinventó a sí misma hace seis años. Tras más de 20 trabajando como administrativa, su empresa cerró, y ella se vio con 45 años, sin trabajo, y con una hija pequeña que sacar adelante. Ella es la cara detrás de Farobag, su marca de bolsos y también de ropa, su empresa, su modo de vida. Un trabajo al que llegó a través del curso que imparte la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz, Teje el porvenir, y que ya ha formado a más de 40 mujeres en la confección de tejidos, a lo largo de sus seis ediciones, y que está a punto de comenzar la séptima entrega. Un curso por el que también pasó Lourdes Lino (35 años), madre de tres hijos, ama de casa, y gracias a la formación recibida ahora también es emprendedora y empresaria con su propia marca, Smil3.

Ambas mujeres tienen en común su pasión por lo que hacen y la necesidad de reinventarse convertida en virtud.

Elisa Durán, tiene ahora 52 años, y sabe lo que es el vértigo de verse, pasados los 40, sin trabajo, con una hija pequeña, y con la necesidad de empezar de nuevo. “Me quedé en paro después de más de 20 años trabajando como administrativa, con una hija, y sin saber qué iba a hacer”, explica a DIARIO DE AVISOS desde su taller en Santa María del Mar. Modista, costurera, diseñadora, artesana, todo eso y más es Elisa, que con Farobag ofrece bolsos y ropa diseñada y confeccionada por ella misma, un trabajo con el que se gana la vida. “Cuando acudí a la Cámara de Comercio para orientarme tras quedarme en paro me preguntaron qué es lo que sabía hacer… Estudié Derecho y después de media vida como administrativa, me preguntaban qué sabía hacer. Y contesté que pintar y coser”. Y eso fue el principio de todo. “Acudí a la Sociedad de Desarrollo a inscribirme en su bolsa de empleo y cuando salí vi el cartel con el curso de Teje el porvenir, y me dije a mí misma que tenía que ser una señal”, cuenta entre risas.

“Aprendí, sobre todo, el uso de maquinaria industrial, remalladoras, aplanadoras, cortadoras eléctricas, que me sirvió para saber qué necesitaría si decidía montar mi propio negocio”. Empezó a hacer bolsos y los pintaba a mano, pero llegó un momento en el que ya tenía un volumen de pedidos que le hacía imposible seguir con ese sistema de trabajo, “así que ya me compré las máquinas y profesionalicé la confección”.

“Después de un tiempo me saqué el carnet de artesana del Cabildo como modista, y también participó con Tenerife Moda como diseñadora de bolsos y ropa”, cuenta. Todos los bolsos de Farobag son de tela y reversibles. “Me gusta mucho trabajar líneas rectas, y que todo sirva para todo, con la ropa llevamos la misma filosofía”, cuenta mientras muestra cómo uno de sus bolsos pasa de ser una creación para llevar colgada al hombro a convertirse en bandolera con solo un gesto.

Elisa acaba de participar en la Feria Regional de Artesanía y admite que está contenta del resultado, aunque “la gente aún tiene mucho miedo, tanto a acercarse a los productos y tocarlos, como a gastar”. Su gran secreto son sus telas “solo diré que las traigo de fuera”, porque, admite, es una forma de diferenciar su producto.

Si para Elisa fue difícil empezar de nuevo, para Lourdes Lino, fue difícil empezar. Ama de casa y madre de tres hijos, siempre había cosido para los suyos, hasta que pasó por Teje el porvenir. Allí perfeccionó su estilo y aprendió como el resto, la diferencia que supone trabajar con máquinas industriales frente a las caseras. “Yo algo de coser sabía, pero lo que es el patronaje y la confección de prendas de forma industrial, no”. En su caso, se ha decantado por la moda infantil, haciendo ropa a medida. Con su marca, Smil3, comenzó ofreciendo ropa para días especiales, “pero con la pandemia, y también porque las costumbres van cambiando, cada vez era más difícil vender ropa para un solo día como un bautizo”, explica a DIARIO DE AVISOS. Por eso ha reorientado su trabajo. “Lo he enfocado más a la decoración infantil, conjuntos de cuna, para las primeras puestas del bebé, el bolso, neceser, portapañales, toallas… “. Reconoce que le gusta mucho que los clientes se pongan en contacto con ella para trasladarle una idea y que la pueda personalizar, “porque me permite demostrarme que soy capaz de llevarlo a cabo”.

Lourdes terminó el curso sabiendo que quería dedicarse a la confección de prendas, por eso siguió formándose. “Cuando terminé me quedé con ganas de más, entonces seguí formándome en una academia, y me decidí a crear algo para mí”.

Al igual que Elisa, Lourdes se gana la vida confeccionando prendas para los más pequeños. “Me dedico exclusivamente a esto, lo que pasa es que, con la pandemia, solo he podido vender online, pero también iba a mercadillos. Estamos volviendo ahora y empezando a salir a la calle. Me gustaría tener un lugar físico para vender, y en ello estoy, porque me gusta mucho el contacto con el público”.

Ahora mismo, Lourdes trabaja en casa, “y hacerlo con los tres peques es complicado, aunque son mi vida, por eso el 3 de la marca, mis tres sonrisas”. “Ser autónoma, madre y emprendedora -continúa- es complicado, pero es posible, y por eso estoy luchando, por mi pequeño sueño, porque mi empresa es mi sueño”. Su próxima salida será esta misma semana en el La Laguna Gran Hotel, los días 16, 17 y 18 de diciembre.

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