Viéndole nadie diría que estamos ante un líder mundial ambientalista. Escuchándole nadie diría que tiene 12 años. Es Francisco Vera Manzanares, un niño colombiano que se ha convertido en un referente de la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad en su país, desde donde ha saltado a todo el mundo para “salvar el planeta”, siguiendo los pasos de la también joven Greta Thunberg, con quien coincidió en la reciente Cumbre Mundial contra el Cambio Climático celebrada en Glasgow. Su mensaje ambientalista en Colombia incluso le ha reportado amenazas de muerte, aunque prefiere no hablar de ello. Estos días ha estado en Canarias visitando Tenerife, Lanzarote y La Gomera, invitado por el Festival Arona SOS Atlántico, del que ya es su embajador mundial.
-Solo tienes 12 años y ya estás considerado como un líder mundial en medio ambiente. ¿Te lo crees?
“Yo creo que sí. Mucha gente no se lo cree porque te ve como un niño, como si los niños no tuviéramos opinión o algo que decir sobre el medio ambiente. Soy un ciudadano que quiere poner su influencia a favor de la vida, del planeta”.
-¿Pero no sería lo más normal que estuvieras jugando como cualquier niño a tu edad?
“Ya lo hago, claro que sí. Pero digamos que no hay un libro, un manual de cómo ser niño. Yo creo que ser normal es ser feliz, y la felicidad se ve representada en aquello que te apasiona. A mí me apasiona hablar sobre el medio ambiente, cuidarlo. Puede sonar un poco tedioso, aburrido para un niño, pero si es lo que realmente te gusta, se hace apasionante. Yo también tengo una Play 3 y mis celulares para interactuar en redes sociales, también disfruto con ello, pero hay tiempo para todo”.
-Dice tu madre, que siempre viaja contigo, que desde los cinco años te subías a los atriles y cogías un micrófono. ¿Cómo empezaste a convertirte en un líder medioambientalista?
“Más que todo empezó por el tema animalista. Por dos factores, uno, que es fundamental, es la forma en que me motivó la familia, porque mi mamá y mi tía son animalistas y feministas; y otro el entorno, porque la biodiversidad de Colombia te inspira, te enamora. Hace poco que lanzaron una película que se llama Encanto y, pues sí, Colombia es un encanto, la naturaleza es un encanto. Empecé con la defensa de los animales, pero luego me pasé al medioambientalismo, más que nada por los incendios en el Amazonas y demás”.
-De ahí esa campaña de reforestación impulsada por Guardianes por la Vida, el colectivo que creaste.
“Hemos plantado más de 700 árboles desde octubre de 2020 en el norte de Santander, en Colombia, entre una siembra nacional y otra impulsada por nuestra asociación Guardianes por la Vida, aparte de una campaña de recogida de plásticos, con los amigos, en un ambiente muy precario, muy local, que comenzó a extenderse como una gran semilla por toda Colombia y hoy lo forman 400 niños”.
-Estudias sexto y eres, como para no serlo, el delegado de tu clase en Bogotá, tras dejar tu Villeta natal, donde creciste entre patos y gallinas, en plena naturaleza. ¿Qué te gustaría ser de mayor?
“De mayor me gustaría ser geógrafo e historiador. Me encanta la historia de Colombia, de Latinoamérica y de todo el mundo. También me gustaría ser astrofísico, porque adoro estudiar todo el entorno de nuestro planeta. Desde pequeñito, antes de que pudiera pronunciar bien la c decía que quería ser científico”.
-¿Te consideras el Greta Thunberg de Latinoamérica?
“No. Yo me considero Francisco Vera, no es por ofender, pero no me gusta que comparen, aunque lo hacen mucho. Greta es Greta y tiene otras condiciones muy diferentes a mí, entre otras razones porque Suecia no tiene nada que ver con Colombia, en muchos aspectos de biodiversidad. Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo, y Suecia no sé en que puesto estará, tiene biodiversidad, pero no el encanto que tiene Colombia”.
-Hablamos del encanto de Colombia, un país que a su belleza natural une grandes talentos artísticos que ha dado al mundo; sin embargo, se sigue relacionando a tu país con el narcotráfico. ¿Te preocupa ese estereotipo?
“Sí claro, me preocupa mucho eso. Si a ti te dicen Turkmenistán, un país poco conocido, lo relacionas con una dictadura, si te hablan de Serbia dices sí, el de las guerras yugoslavas; si te hablan de Colombia, sale Pablo Escobar; si te nombran Somalia, piratas. Cada país tiene su cultura y sus encantos, por eso es bueno no quedarse solo con la parte oscura, sino lo mucho y bueno que tienen esos países en su territorio y en su gente”.
-¿Y qué hace el presidente de Colombia contra el cambio climático?
“Pues debe hacer lo que ha prometido en la COP26 de Glasgow, que no es mucho, pero es algo, lo importante es que cumpla lo prometido, como todos los gobiernos, y que ratifique el Acuerdo de Escazú, un tratado que por primera vez obliga a proteger a los asediados líderes medioambientales”.
-Casi todos los niños a tu edad suelen tener como ídolos a deportistas, artistas o youtubers. ¿A quién idolatras?
“Me he fijado en dos personas, supercontrastadas, pero me río porque son muy diferentes. Una de ellas es el papa Francisco I, porque es un símbolo muy grande en la Iglesia, pero además de su poder, es más que todo por el trabajo que hace por la mitigación de la pobreza, del hambre y lucha, además, contra el cambio climático. Y otro, creo que es de Barcelona, el streamer Auronplay, que es superfamoso, pero también supergrosero. Me gusta, me da mucha risa, porque hace de todo, streaming, vídeos y sus bromas telefónicas son las que más me gustan”.
-Estamos en Canarias, un territorio que vive por y para el turismo. ¿Cómo compaginamos el turismo de masa con la sostenibilidad?
“Ahorita me estaba preguntando, que un lugar que depende tanto económicamente del turismo cómo hacemos para que sea sostenible el territorio, que se asimile para que se den las condiciones necesarias para que sea un ecoturismo. No se pude parar el turismo y defender el territorio, porque dejaría a mucha gente sin trabajo, pero hay algo que podría darse también, el ecotrabajo, como ocurrió en Pakistán, donde leí una noticia muy bonita en la que muchas personas que trabajaban en prácticas contaminantes, durante el tiempo de la pandemia, perdieron sus empleos. Contrataron a 50.000 personas para plantar árboles, millones de árboles, y les llamaron trabajadores de la selva. Aquí en Canarias se debería favorecer los trabajos ecológicos, que no contaminen, así puede salvarse también el turismo”.
-¿Ya tienes puesto en tu tarjeta de visita el título de embajador de Arona SOS Atlántico en el mundo?
“Me siento muy orgulloso y muy feliz de ese nuevo nombramiento. Muy grato representar a este festival por el mundo y voy a dar mi mayor desempeño en poder visibilizarlo a través de todo el globo”.
-¿Qué es lo más que te ha sorprendido de Canarias?
“Yo no conocía tanto de Canarias, pero antes de llegar venía leyendo unos cuatro libros, uno bien pequeñito en que me sorprendió la variedad de todas las islas, y, sobre todo, su biodiversidad, cuando entendía que aquí destacaba solo la fauna y flora marina, con sus ballenas, tortugas, delfines, cangrejos. Pero me he quedado sorprendido de los cinco climas diferentes que hay y la magnitud del Teide, tan alto y tan cerca del mar, como ocurre en mi país con Sierra Nevada en Santa Marta. Un relieve muy raro, muy único, se podría decir que Canarias es Colombia en pequeñito, por su gran diversidad. Les felicito por esta tierra tan hermosa, calentita y fresca al mismo tiempo. Cuídenla”.
-¿Con quién viajas por el mundo?
“Ahora lo hago con mis padres, pero literalmente lo hago con casi toda la familia. Mi abuela siempre me sigue, no ahora en los viajes, pero cuando nació Guardianes por la vida, siempre era la que nos acompañaba, la que corría detrás de nosotros por Colombia, porque los niños podemos tener un pensamiento crítico, pero no podemos ser autónomos en un mundo tan inseguro como este, no podemos salir solos a la calle. He logrado portarme bien y que me soporten, no se qué opina mi mamá, pero eso”.