El diputado del Grupo Nacionalista Canario, Juan Manuel García Ramos, ha instado al Gobierno de Canarias a luchar por nuestras singularidades tanto a nivel estatal como en la Unión Europea, en el marco de la asociación estratégica entre la Comisión Europea y las Regiones Ultraperiféricas.
García Ramos recordó que “nuestros derechos, reconocidos por las legislaciones estatal y supraestatal, hay que pelearlos todos los días” y lamentablemente “tenemos el ejemplo, tan de pésima actualidad, del REF y su reconocimiento al margen de la financiación autonómica española”.
Dentro de la legislación supraestatal, en la que nuestro estatutos está recogido en el artículo 349 del TFUE, sería necesario distinguir cuales son las desventajas estructurales de las nueve regiones ultraperiféricas y la aplicación singular del derecho europeo en cada una de estas regiones, según sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de 15 de diciembre de 2015, conocida como Sentencia Mayotte, que reconoce las especificidades de cada una de las regiones y el respeto, con relación a Canarias, a regímenes especiales y ayudas de Estado.
Por eso, García Ramos propone la reorganización interna de las RUP ya que hay diversas ultraperiferias. Las distancias con respecto a sus capitales estatales oscilan desde los 9.921 km. o los 8.444 km. de Reunión y Mayotte, en el Océano Índico; a los 1.548 km. de Azores o los 1.850 km. de Canarias.
En cuanto al PIB, “nos encontramos con el 78’2 % de Canarias de la media europea hasta el 30’75% de Mayotte y en cuanto a población tenemos 2.100.000 habitantes en Canarias frente a los 37.000 de San Martín”, explicó García Ramos.
Está lucha por el reconocimiento de las singularidades no va en contradicción con el respeto que debe seguir imperando ante las políticas generales como la sostenibilidad, las agendas digitales, la biodiversidad, las economías cromáticas, azul, verde, marrón, naranja, etc. Pero en ellas, desde el Grupo Nacionalista Canario “insistimos en hacer prevalecer las desventajas estructurales de cada territorio RUP”.
En el caso de Canarias debemos abordar desde esa perspectiva, la crisis sanitaria y sus repercusiones en el turismo, afectado por la conectividad, con el debate sobre el uso de materias fósiles en la aviación, y generador de un desempleo masivo; la crisis migratoria y con un creciente saldo de muertes en nuestras costas que se cuentan por miles y los dos mil setecientos menores no acompañados a cargo de nuestro presupuesto autonómico y en espera de una Ley estatal de reparto equitativo entre territorios; nuestra crisis territorial con Marruecos y la delimitación de aguas oceánicas afectada por el banco pesquero y las riquezas del subsuelo marino; la crisis volcánica y su repercusión en la población palmera; nuestra indecisión a la hora del uso del gas y nuestra todavía frustrada vocación de HUB atlántico así como nuestras aplazadas conexiones marítimas con el continente vecino.