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Casado se despide del Congreso y Feijóo se postula como nuevo líder

La mayoría de los ‘barones’ pide al todavía presidente del partido que deje el cargo
La bancada del PP ovacionó ayer a Casado a su llegada al Congreso, donde hizo un llamamiento a “la concordia” en la que puede ser su última intervención como presidente
La bancada del PP ovacionó ayer a Casado a su llegada al Congreso, donde hizo un llamamiento a “la concordia” en la que puede ser su última intervención como presidente
La bancada del PP ovacionó ayer a Casado a su llegada al Congreso, donde hizo un llamamiento a “la concordia” en la que puede ser su última intervención como presidente

Daniel Ramírez / Fernando Garea | Pablo Casado se despidió del Congreso de los Diputados ayer por la mañana. Algunos parlamentarios de su grupo intentaron disuadirle de acudir a la sesión de control, pero él quiso lanzar una última intervención desde su escaño para resumir lo que ha sido su actuación política en estos casi cuatro años.

Se ha dirigido a Pedro Sánchez en estos términos: “Señor presidente, los españoles hemos construido con coraje una de las grandes democracias del mundo. Hemos sido capaces de superar enemistades y fracturas”. La palabra “concordia” y el “ensanchamiento del centro” han sido las dos premisas que han guiado el discurso de Casado.

El todavía presidente del PP, que suele arengar sin papeles, ha leído prácticamente toda su intervención desde una cuartilla que sujetaba con la mano.

Casado se despide en el Congreso: “Entiendo la política como respeto a los adversarios y entrega a los compañeros”. No ha sido siquiera un debate. Casado ha agotado casi todo su tiempo en el primer turno de palabra. No ha querido discutir con Sánchez. De hecho, le han sobrado 37 segundos, pero cuando Batet ha vuelto a darle la vez, se ha levantado, ha sonreído y se ha marchado entre aplausos.

Pablo Casado ha apremiado a Pedro Sánchez a alejar la política del “rencor” y la “ira”. También le ha pedido que deseche “los pactos con los que no creen en España”. “En esta época tan difícil, nuestro deber es devolver la esperanza a nuestros mayores y la ilusión a nuestros jóvenes (…) Respeto a las instituciones e igualdad entre españoles”, ha dicho visiblemente abatido.

A modo de propio epitafio, ha sintetizado: “Entiendo la política desde la defensa de unos valores. Todo para servir a España y a la causa de la libertad”. Y, antes de escuchar al presidente del Gobierno, ha clamado por “el futuro que merecen nuestros hijos y el futuro que debemos construir todos juntos”.

En ese instante, decenas de diputados del PP se han puesto en pie para aplaudirle. Muchos de ellos habían protagonizado horas antes el motín que acabó con la cabeza de Teodoro García Egea y con Casado convocando un congreso extraordinario que le apartará del liderazgo. Pero también ha habido diputados conservadores que no se han levantado. Algunos, como Cayetana Álvarez de Toledo, no han aplaudido.

Pedro Sánchez le ha respondido: “Desde la diferencia y la discrepancia, le deseo lo mejor en lo personal”. Acto seguido, se ha dedicado a contestar de manera un tanto fría a la pregunta que Casado registró por escrito hacía una semana, cuando nada hacía presagiar su adiós.

“El Gobierno está centrado en superar esta emergencia sanitaria y en luchar contra la desigualdad. En modernizar la economía y en ganar en competitividad”, ha aseverado Pedro Sánchez.

Pero el presidente del Gobierno, en el día de la despedida de Casado, le ha endosado a su adversario los calificativos habituales: “La oposición se ha instalado en la descalificación constante”.

Con impostada magnanimidad, después, ha concluido: “No vamos a convocar elecciones ni a disolver las Cortes”. Dicho de otro modo: no vamos a aprovechar la crisis del PP para crecer en las urnas. “Por mucho que ustedes hayan dicho y se hayan empeñado, este es un Gobierno con sentido de Estado (…) Así interpretamos el patriotismo democrático”.

Por su parte, el recién dimitido secretario general del PP, Teodoro García Egea, renunció ayer a su pregunta semanal al Gobierno en el Congreso de los Diputados, pero sí se ha reunido con varios dirigentes y diputados del partido en una cafetería próxima a las dependencias parlamentarias.

Feijóo, última esperanza de un PP centrado para ser alternativa

Alberto Núñez Feijóo es el único presidente autonómico del PP con mayoría absoluta en este momento. Va por la cuarta como presidente de la Xunta de Galicia. Su última exitosa campaña electoral la hizo sin que las siglas del PP salieran prácticamente en ninguno de sus actos o apariciones públicas.

Ahora va a tener el camino despejado para convertirse en el próximo presidente del PP, en sustitución de Pablo Casado. En estos días, el presidente de la Xunta ha liderado al grupo de barones autonómicos del PP en la operación para forzar la salida de Casado de la sede de la calle Génova. Es su segunda oportunidad, tras rechazar presentarse en 2018 para evitar el riesgo de primarias frente a otros candidatos, cuando se daba por hecho que sería el candidato natural para suceder a Mariano Rajoy. El expresidente del Gobierno se quitó tras perder la moción de censura y no hizo ni un gesto para abrir la puerta a Feijóo y él se quedó en Galicia para no arriesgar.

Ahora, Feijóo ha dado el pistoletazo de salida hacia el final de Casado y está cerca de coger la bandera, las siglas, el himno y hasta la (malhadada) sede de Génova. También para asumir dentro de pocos meses un partido roto, que en los últimos días ha vivido su más grave crisis. Un partido que primero se partió en dos y luego ha vivido un goteo de dirigentes y parlamentarios que pasaban del apoyo a Casado a pedirle la dimisión y un congreso extraordinario.

Diputados del PP aseguran que el presidente gallego es en este momento la opción para intentar salir del abismo en el que se ha metido el PP. Su última esperanza e indiscutible opción a la que agarrarse.

La elección de Feijóo como presidente del PP tiene el inconveniente de que, al no ser diputado, no podría confrontar con Pedro Sánchez, aunque está la opción de ser senador por Galicia e intervenir en la sesión de control.
Un diputado del PP da por hecho que si es elegido líder del PP, una de las primeras cosas que hará es pactar con Sánchez la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

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