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El agua que salga de la depuradora de Santa Cruz tendrá la misma calidad que la de riego

El Ministerio de Transición Ecológica se reúne con el Ayuntamiento de Santa Cruz y los vecinos para explicar la marcha de la obra de ampliación de la EDAR

Los vecinos de la Estación de Aguas Residuales (EDAR) de Santa Cruz, en el barrio de Buenos Aires, recibieron ayer, de primera mano, información sobre la marcha de la obra de ampliación de la depuradora, que, según el representante del Ministerio de Transición Ecológica, responsable de los trabajos, aunque va con retraso por culpa de la COVID, se entregará en el plazo previsto, que no es otro que junio de 2023. Así lo explicó a DIARIO DE AVISOS el concejal de Servicios Públicos de Santa Cruz, Guillermo Díaz Guerra, que también asistió a la reunión, junto a responsables de la empresas que ejecuta la obra, Emmasa, y el concejal del distrito Salud-La Salle, Carlos Tarife.

“La impresión que nos llevamos es buena, porque han dado todo tipo de detalles y se han comprometido que, a pesar del retraso que llevan algunas partes de la obra, que nosotros estimamos entre cuatro y 12 meses, aseguran que cumplirán con el cronograma previsto”, explicó Díaz Guerra. Entre los hitos que más valora la capital está el compromiso de que, tras acabar la obra, el agua depurada tendrá la misma calidad que la de riego gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías.

En cuanto al cronograma previsto, apuntaron que “toda la obra civil de la estación de bombeo de Cabo Llanos está ya finalizada, solo falta poner las instalaciones interiores y el techo, y calculan que estará finalizada en abril de 2023”. Esta sería la parte más retrasada, según el cronograma estimado por el Ayuntamiento, ya que tendría que haber comenzado justo cuando se decretó el estado de alarma, por lo que los retrasos que acumula son de más de 10 meses.

En cuanto a las conducciones para llevar agua residual desde la estación de bombeo hasta la depuradora, “la obra empieza el mes que viene”. En este caso, el retraso estimado es de unos siete meses, aunque se insiste desde el Ministerio que se cumplirá con los plazos previstos.

Con respecto a la planta depuradora en el polígono de Buenos Aires, “la previsión del Ministerio es que, aunque esté terminada antes, se podrá entregar en junio de 2023, una instalación sellada bajo techo, cerrada, que solo abrirá sus puertas para la entrada y salida de camiones”, detalló Díaz Guerra. Además, explicaron que “las instalaciones van a tener presión negativa. Esto supone que van a tener una aspiración continua de aire de manera que cuando se abra la puerta se impedirá la salida de olores”, añadió el también primer teniente de alcalde.

Tecnología

Apuntaron desde el Ministerio que la tecnología a emplear es la última del mercado, la denominada MBR, de combinación de membranas. “Nos detallaron que con este tipo de instrumentos se va a incrementar mucho la capacidad de dispersión de los contaminantes del agua”, apuntó el edil de Servicios Públicos. “Les ha llamado la atención -continuó Díaz Guerra- que la carga contaminante de las aguas residuales en Canarias en general es muy superior a las de la Península. Creen que es debido a que en las Islas se hace un uso más racional del agua, por lo que los contaminantes están menos diluidos en la que va por las alcantarillas. Eso les ha obligado a sobredimensionar la depuradora”.

Los vecinos expresaron su preocupación por los olores y ruidos que llevan soportando 15 años. La empresa responsable de la obra aseguró que existe un plan de vigilancia tanto para los olores como para los ruidos, así como para garantizar la calidad del agua que se pueda verter al mar, “que va a tener un tratamiento que hace que prácticamente pueda servir para regar porque la calidad será muy similar gracias al tratamiento posterior que se le da”.

Según aseguraron, detalló Díaz Guerra, “el objetivo es que todo el agua que salga de la depuradora pueda ser destinada al riego y limitar los vertidos al mar salvo situaciones excepcionales, e incluso la que se vierta tendría una calidad equivalente al agua de riego”. Esto en la práctica supone que la contaminación del medio sería muy inferior a la se está produciendo en la actualidad por lo obsoleto de las instalaciones.

Con estas premisas, el edil de Servicios Públicos reconoció que la impresión que se llevó de la marcha de la obra fue positiva: “Cuando nos aseguran que se van a cumplir los plazos, o que se van a usar las últimas tecnologías, con reducción al máximo de ruido y olores, y que va a tener un tratamiento equivalente a agua de riesgo, admito que, por el momento, nos quedamos muy satisfechos y muy contentos”.

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