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¿Regresará Trump a la Casa Blanca en 2024?

El Partido Republicano se lacera bajo la férrea garra del expresidente estadounidense
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Donald Trump durante su comparecencia desde la Casa Blanca. Reuters

A diez meses de las elecciones de medio término de 2022, Washington ya está trabajando firmemente en los comicios presidenciales de 2024 y cualquier candidato republicano con aspiraciones a mudarse a la Casa Blanca tendrá que pasar por encima del candidato que solo tiene que dar el sí para hacerse con la nominación de su partido: Donald Trump.

El Comité Nacional Republicano se está preparando para 2024 trabajando arduamente en las quejas de Trump. En una reapertura de la disputa de 2020 de Trump con la Comisión de Debates Presidenciales, el RNC dijo que planea modificar las reglas para prohibir que los futuros candidatos presidenciales participen en los debates patrocinados por la comisión.

Los índices de aprobación pública de Biden son pésimos, y los demócratas temen que si Trump se presenta de nuevo, como se espera ampliamente, podría ganar una revancha.

Al margen de la cantidad de juicios pendientes, Trump se sigue consolidando.

Trump, pero sin Pence

Mike Pence acaba de estrellar su carrera política contra Donald Trump al contradecir públicamente al que fuera su compañero ejecutivo, con respecto a las continuas afirmaciones del expresidente de que las elecciones de 2020 fueron fraudulentas y deberían haber sido anuladas el 6 de enero.  “El presidente Trump está equivocado”, dijo Pence en un discurso ante un grupo conservador en Florida. “Según la Constitución, yo no tenía derecho a cambiar el resultado de nuestra elección, y la vicepresidenta Kamala Harris no tendrá derecho a anular la elección cuando los ganemos en 2024”.

Esta es la absurda realidad del Partido Republicano actual. Un partido construido durante mucho tiempo en torno a la adoración de la Constitución, rechazando ahora ese mismo documento porque Trump se lo ordena. En lugar de celebrar a Pence por apegarse a sus convicciones como conservador constitucional, la base de Trump del partido lo castiga por no anular los resultados de una elección nacional.

“Eventualmente vas a llevar esto a tu tumba, porque es una marca de vergüenza y eres un cobarde frío como una piedra”, dijo Steve Bannon, exasesor político de Trump sobre Pence en su podcast. El propio Trump fue solo un poco más mesurado en un comunicado en el que calificó a Pence como una “cinta transportadora automática diseñada para hacer que Biden fuera elegido presidente lo más rápido posible”, según informaba Político.

Pence es muy consciente de dónde se encuentra el partido en este momento. Los medios estadounidenses publican que las encuestas muestran que la mayoría de los republicanos creen que las elecciones de 2020 fueron fraudulentas, aunque no hay evidencia que respalde esa creencia, y el Comité Nacional Republicano acaba de aprobar una resolución que describe lo que ocurrió el 6 de enero como “discurso político legítimo”. Este es el discurso de Trump. Es un culto a la personalidad construido en torno a los caprichos y deseos del expresidente. No se tolera el desacuerdo con Trump, incluso si no tiene los hechos o la Constitución de su lado. O estás con Trump en su descabellada teoría de la conspiración de que le robaron las elecciones, o eres su enemigo mortal y el de su base. Pence sentenció su carrera política y garantizó que nunca será el candidato para la base de Trump y no hay camino hacia la próxima nominación presidencial republicana que no pase directamente por Trump y sus acólitos.

Una grieta pronunciada

La división en el Partido Republicano sobre el expresidente Donald Trump se hizo más evidente esta semana cuando algunos senadores criticaron al Comité Nacional Republicano por censurar a los representantes Adam Kinzinger y Liz Cheney.

Ambos representantes han sido señalados dentro su propio partido por criticar las falsas afirmaciones de fraude de Trump en las elecciones de 2020 y por admitir que el expresidente desempeñó un papel en alentar la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EE.UU.

El RNC citó el servicio de Kinzinger y Cheney en el comité selecto de la Cámara que investiga los eventos del 6 de enero en su censura acusándolos de participar en la “persecución de ciudadanos comunes involucrados en un discurso político legítimo”.

El comité selecto de la Cámara ha buscado agresivamente información sobre la planificación e implementación del ataque al Capitolio de los EE.UU., emitiendo citaciones a exfuncionarios de la campaña de Trump y de la Casa Blanca.

Pero algunos senadores republicanos se han rebelado al decir que no es función del RNC dictar las opiniones individuales de los miembros. El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, también se ha sumado a la crítica al RNC al calificar los hechos del 6 de enero como una insurrección violenta con el propósito de impedir el traspaso pacífico del poder, pese a que hace un año votó para absolver a Trump del juicio político por incitar a esa insurrección.

El senador republicano Mitt Romney dijo a los medios que había enviado un mensaje de texto a su sobrina, Ronna McDaniel, quien preside el RNC, para expresar su preocupación por la censura. Recordemos que Romney fue uno de los siete senadores republicanos que votaron en febrero de 2021 a favor del impeachment de Trump.

Se espera que el papel de Trump en el Partido Republicano sea un tema clave en las próximas elecciones de noviembre, en las que los conservadores intentarán arrebatar el control de la Cámara y el Senado de manos de los demócratas.

Diferentes puntos de vista

Las encuestas muestran que la mayoría de los votantes republicanos ven los incidentes del 6 de enero de 2021 de manera muy diferente, ignorando ampliamente la clara evidencia de las imágenes que dieron la vuelta al mundo. Una encuesta de NPR/PBS NewsHour/Marist de diciembre de 2021 confirmó que el 45% de los republicanos considera el 6 de enero como una protesta política, mientras que el 89% de los demócratas lo considera una insurrección. Algunos senadores republicanos han tenido la desvergüenza de llegar a minimizar los actos de ese día, incluido Ron Johnson, de Wisconsin, quien los describió como una “protesta pacífica”. Muchos republicanos también han criticado al comité selecto de la Cámara formado por la presidenta demócrata, Nancy Pelosi, para investigar ese día, calificándolo de excesivamente político.

El peor ataque al Capitolio de EE. UU. en dos siglos retrasó varias horas la certificación de los votos del colegio electoral para Joe Biden y resultó en la muerte de cinco personas.

¿Se va Trump a presentar para 2024?

Sin duda, si quiere, puede, y cuenta con el respaldo de su partido y de suficientes votantes republicanos para conseguir la nominación, y posiblemente para ganar las elecciones. El lema ProLife, ProGod, ProGun (A favor de la vida, de Dios y de las armas), por muy contradictorio que sea, cobra fuerza. Trump, por ahora, ha dado señales de que, al menos, se lo está pensando, y que en caso de no presentarse, cualquier candidato conservador que quiera hacerlo tendrá que contar con su beneplácito.

Las recientes declaraciones formuladas por el expresidente de que tiene pensando exonerar a los asaltantes del Capitolio si regresa a la Casa Blanca abre la peligrosa caja de Pandora que alentará a aquellos que no estén de acuerdo con una posible nueva derrota de Donald Trump a llevar, aún más lejos, un nuevo atentado contra la democracia. De ganar las elecciones, Trump regresaría como líder indiscutible e imparable. La cosa está que arde y esto no ha hecho más que empezar…

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