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Alerta alimentaria en España por el consumo de bebidas energéticas

Las autoridades sanitarias advierten de los trastornos que conlleva tomar bebidas energéticas y enumeran los problemas que crean
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Alerta alimentaria en España por el consumo de bebidas energéticas. Pixabay

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Consumo, publica su nueva serie de recomendaciones para para prevenir los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas. Este documento, aprobado a partir del trabajo de un comité en el que participan instancias como el Ministerio de Sanidad, el Plan Nacional sobre Drogas o las asociaciones de productores y vendedores, incide en que estas bebidas están siendo consumidas por grupos de población que no deberían estar tomándolas, así que piden no tomar bebidas energéticas por distintos trastornos asociados.

Las bebidas con alto contenido en cafeína, explica AESAN, son aquellas que aportan más de 15 miligramos de esta sustancia por 100 mililitros de bebida. “En el etiquetado de esas bebidas hay que informar del contenido de cafeína y se expresa en miligramos por 100 mililitros (mg/100 ml). Normalmente, de media, las llamadas «bebidas energéticas» contienen 32 mg de cafeína/100 ml”. Una lata de 250 ml, por tanto, equivaldría a un café expreso.

Además, recuerdan, el Reglamento (UE) 1169/2011 obliga a incluir en el etiquetado de bebidas con alto contenido en cafeína que estos productos “no están recomendados para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia”. Sin embargo, AESAN concluye que tampoco deberían tomarlas “niños y niñas, así como adolescentes; personas con hipertensión o problemas cardiovasculares; y personas que padecen alteraciones del sueño”.

Los efectos de la cafeína de las bebidas energéticas

El consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años, lo que equivale a unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100 ml, puede provocar alteraciones del sueño, alerta la Agencia. “A partir de 160 miligramos de cafeína (500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100 ml), puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares“.

“Un consumo regular de cafeína puede causar dependencia física moderada a partir de 100 mg/día y tolerancia a esta sustancia, creando la necesidad de consumir una dosis mayor que la inicial para conseguir un efecto similar al original”, prosigue el aviso. Además, las ‘bebidas energéticas con azúcares’ pueden “contribuir a exceder la ingesta diaria recomendada de azúcares simples (50 g al día según la recomendación de la OMS) ya que una lata de 250 ml aporta entre 27,5 y 30 g y el envase de 500 ml entre 55 y 60 g”.

Para la población general, AESAN insta a no combinar estas bebidas con alcohol. “Estudios recientes demuestran que el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica”. Tampoco las recomienda para hacer deporte. “Las bebidas energéticas no deben sustituir a la hidratación y recuperación de metabolitos por medios convencionales como el agua o, en su caso, a través de bebidas isotónicas.

“Como en el caso de otras sustancias con efectos sobre nuestro organismo, los efectos adversos generales que podría ejercer la cafeína y otros ingredientes presentes en las bebidas energéticas dependen de nuestra masa corporal. Cuanto menor sea tu peso, más alteraciones producirá en tu organismo; tenlo en cuenta al consumir estas bebidas. Si finalmente decides consumir bebidas energéticas, hazlo de manera ocasional y limita la ingesta a los formatos de menor tamaño”, concluyen.

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