Por Benjamín Reyes
El Aula de Cine de la Universidad de La Laguna (ULL) ha comenzado un ciclo para recordar la figura del actor recientemente fallecido Jean-Paul Belmondo. El próximo miércoles se proyectará Al final de la escapada (1959), a las 19.00 horas, en Multicines Tenerife, y el día 16, Pierrot el loco (1965), ambas dirigidas por el cineasta francosuizo Jean-Luc Godard, el último bastión vivo de la nouvelle vague.
El Festival de Cannes de 1959 supuso la puesta de largo de la nouvelle vague con la Palma de Oro para Los 400 golpes, de François Truffaut. Godard tuvo que esperar al Festival de Berlín del año siguiente para ser reconocido como mejor director por su ópera prima: Al final de la escapada. La nouvelle vague germinó en torno a la revista Cahiers du Cinéma, en la que escribían Godard, Truffaut, Claude Chabrol, Erich Rohmer y Jacques Rivette.
En palabras del propio Godard: “El movimiento quería poner punto final al cine tradicional francés y mostrar que todo estaba permitido”. Por eso en Al final de la escapada, que Godard compara con Alicia en el País de las Maravillas, se rompe el raccord (la continuidad) a través de la técnica jump cut (se produce un salto en la imagen), se graba cámara en mano al estilo documental, se rueda en exteriores mostrando los Campos Elíseos como nunca antes. Se produce una nueva relación entre ficción y realidad.
Este fue su mayor éxito comercial. En apenas dos meses la vieron 300.000 espectadores. El resto de su filmografía ha sido más reconocido por los grandes festivales de cine que por el público: Oso de Oro en la Berlinale por Alphaville, premios del jurado en Venecia por Vivir su vida y La Chinoise, premio del jurado en Cannes por Adiós al lenguaje y Palma de Oro Especial por El libro de imágenes.
Junto a Jean-Paul Belmondo protagoniza Al final de la escapada la actriz Jean Seberg, cuya interpretación era una continuación del personaje de Buenos días, tristeza, de Otto Preminger. Seberg ha pasado a la posteridad por este filme y por quitarse la vida tras ocho intentos en ocho años coincidiendo con la fecha en la que perdió prematuramente a su hijo. Tenía solo 40 años.
Al final de la escapada es una película que se mantiene moderna más de 60 años después. Y su influjo llega hasta el siglo XXI. Por ejemplo, la escena en la habitación de los protagonistas, que dura 23 minutos (casi un tercio del metraje), fue el detonante para que Matías Bize rodara En la cama, Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid de 2005.
ROMPER MOLDES
El cine de Godard es desconcertante e iconoclasta. El actor Jacques Villerete, que trabajó con él en Nombre: Carmen, y que conocemos, sobre todo, por La cena de los idiotas, dijo en una ocasión: “Cuando voy a ver la última película de Godard, a veces me cuesta seguirla, tengo la impresión de comprender mal, y luego, a la salida del cine, cuando me encuentro en un bar o en un restaurante, tengo, de repente, la impresión de vivir un Godard”. No se me ocurre mejor definición de su cine.
A partir de 1990, Godard abandona el cine narrativo y se dedica a explorar las imágenes y las palabras, y su cine se limita a festivales y filmotecas. Godard forma parte del olimpo del cine por legar 10 películas míticas, que todo cinéfilo debe de ver antes de morir: Al final de la escapada (1959), Vivir su vida (1962), El desprecio (1963), Banda aparte (1964), Lemmy contra Alphaville (1965), Pierrot, el loco (1965), La Chinoise (1967), Todo va bien (1972), Yo te saludo, María (1985) e Histoire(s) du cinéma.