Hace dos años el mundo se cerró. La pandemia nos encerró en nuestras casas, dejándonos imágenes más propias de una película que de una realidad. Ahora, una grabación se ha viralizado. En la misma se pueden ver algunos de los lugares más reconocidos en el mundo, incluyendo a la tinerfeña playa de Las Vistas.
El confinamiento de Italia dejó escenas de Venecia completamente vacía, y no atestada de turistas como suele estar, o la plaza de la catedral de Milán desierta. Esa medida llegó primero a Italia, algo que veíamos con cierta perplejidad desde España, pero ahora, viendo el estado de la playa de Las Vistas la dimensión vuelve a ser real.
La tinerfeña playa de Las Vistas comparte espacio con la mundialmente playa de Copacabana, en Brasil, siendo los dos únicos lugares de costa que aparecen.
El primer confinamiento en España se produjo en febrero de 2020 en el hotel H-10 Costa Adeje Palace, después de que un cliente italiano se infectara de COVID-19. Fue el primer contagio en Tenerife y segundo en España tras el positivo de un turista alemán en La Gomera tres semanas antes.
De inmediato, se decretó el confinamiento del establecimiento hotelero con casi 900 clientes y la quincena de empleados que trabajaba a esa hora. Por primera vez se aislaba un hotel completo por una razón sanitaria, antes incluso de que la Organización Mundial de la Salud declarara la epidemia como pandemia.
De la noche a la mañana se plantaron frente a la fachada del hotel, blindado por un espectacular despliegue policial, cámaras de televisiones europeas, nacionales y locales que dirigían sus objetivos a las carpas del hospital de campaña en el mismo hall de recepción y hacia cualquier balcón en el que se detectara algún movimiento de turistas.
Nieves López, jefa de sector de bares y una de las quince personas que trabajaba aquella noche, reconoció a este periódico que dentro del hotel se vivía una “batalla continua, pero todos dimos un paso adelante y dijimos: ‘tenemos que salir de esta como sea”. Vanesa Méndez, cocinera, recuerda que en aquel momento el virus solo se había detectado en Italia y en La Gomera: “No sabíamos cómo se propagaba ni cómo se producían los contagios”. Los empleados se ganaron con su profesionalidad la simpatía de los clientes. Además del ánimo que les transmitían por los pasillos, comedores, jardines y piscinas, también recibían notas de agradecimiento y hasta dibujos de niños que aparecían colgados en las paredes.