
El periodista tinerfeño Juan Cruz abrió ayer el programa de las Fiestas de Mayo con la lectura de un pregón en el que realizó un viaje a la ciudad de su adolescencia, a la que venía a ver los médicos acompañado de su madre desde su Puerto de la Cruz natal. Una ciudad que, recordó el periodista, ha sido destino de múltiples y reconocidos viajeros, que en distintos momentos del tiempo acabaron por sorprenderse unos y enamorarse otros de una ciudad que crecía y crece frente al mar.
En el pregón de Juan Cruz, que leyó en la plaza de la iglesia de La Concepción ante unas 300 personas, incluida la ministra de Sanidad, la canaria Carolina Darias, hubo espacio para nombres como los de Arozena, Westerdahl, Pedro García Cabrera, Domingo Pérez Minik, o Cristino de Vera. Pero también para un Humboldt que escribió sobre Santa Cruz en su libro Viaje a las islas Canarias, obra de la que Cruz admitió “he copiado mucho”.
Cruz también recordó en su intervención el nombre del “ilustre novelista vasco Ignacio Aldecoa”, cuya relación con la capital es desconocida para muchos. “A Santa Cruz quizá le ha faltado leer ese libro para saber que tiene una deuda con el ilustre amigo de don José Arozena, como la tiene con Humboldt”. Cuaderno de Godo es el título del libro en el que Aldecoa se acercó a Santa Cruz atraído por lo que Arozena y Pérez Minik le contaban.
Y centró la parte final de su discurso en un nombre con el que la ciudad también tiene un deuda, que quizá, como él mismo apuntó, esté cerca de ser pagada. Se trata del poeta, arquitecto y Premio Cervantes Joan Margarit, que tanto amó a Santa Cruz. “En aquel tiempo, después de conocerlo y de tratarlo como un amigo que también fue un chicharrero, sentí como una herida del tiempo que no hubiera habido o sensibilidad u ocasión para que Santa Cruz considerara que Margarit era uno de sus hijos. Pero la vida es así, y la memoria también tiene esos comportamientos que ahora deploramos, pero que, por fortuna, la actual Alcaldía está en camino de rectificar”, apuntó Cruz.
Dijo de Margarit que “es, entre todos los viajeros que hicieron de Santa Cruz parada y fonda, el que con más sensibilidad se entrañó en esta isla que es la capital de Tenerife”. Además, añadió “que tenía Margarit los ojos de un isleño y nunca dejó de disponer esa mirada para homenajear la tierra en la que se hizo hombre”. El periodista y escritor, y ahora pregonero de Santa Cruz, puso fin a su intervención con la lectura del poema del premio Cervantes, La isla misteriosa.
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, apuntó que “las Fiestas de Mayo, tan íntimamente vinculadas al nacimiento de nuestra ciudad, representan la alegría de quienes celebran la vida, una idiosincrasia, la chicharrera, que bebe de símbolos que nos unen y nos representan como colectivo. Símbolos y tradiciones como las cruces, como la muestra de flores del parque García Sanabria o el gran baile de magos de la Isla”.