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Aumentan los intentos de okupación y robos en Gracia: los vecinos piden una solución

Jonatan, Carmen y María Jesús narran a DIARIO DE AVISOS los incidentes que han sufrido en sus casas en los últimos meses
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Viviendas situadas en el entorno de la calle El Guirre. En el recuadro, Benito, vecino del barrio de Gracia. | Fran Pallero

Benito es una persona muy querida en el barrio de Gracia, en La Laguna. Cada vez que se encuentra con un vecino, lo saluda y conversan. Algunos, incluso, se refieren a él como “Benito el concejal”. Nos recibe en una cafetería cercana a la Facultad de Economía, Empresa y Turismo de la ULL y, desde allí, iniciamos un recorrido por varias calles en las que, según nos cuenta, se han producido quema de contenedores y varios intentos de robo y de okupación en viviendas en tan solo unos meses. “Lo que está pasando aquí es tremendo”, asegura, antes de advertir de que “siempre ha sido un lugar tranquilo en el que vive, sobre todo, gente mayor”.

La vivienda de Jonatan Hernández se encuentra en un paso estrecho que conecta la calle El Guirre con el Camino La Hornera. Vive con su madre, ya jubilada. A él le acaban de operar de la espalda y todavía está convaleciente. Enfrente del inmueble hay una torre de telefonía. “Hace más o menos un año se metió un chico a robar cables y lo trinqué colgado a mitad de la torre”, indica.

A unos metros de esta pequeña casa familiar, de una sola planta, se encuentra otra que es propiedad de familiares de Jonatan, pero nadie vive en ella. Dice que han intentado ocuparla ilegalmente en al menos tres ocasiones en el último año. En la primera, “lograron meterse y lo destrozaron todo, ¡hasta las puertas!”, exclama. Y hace un mes, aproximadamente, él mismo tuvo que echar a los individuos que trataron de colarse en la vivienda. Por último, prosigue Jonatan, “un pibe de aquí consiguió entrar y cambió la cerradura, y mi primo tuvo que quitarla y poner otra”.

Lograron meterse y lo destrozaron todo, ¡hasta las puertas!

Jonatan Hernández, vecino de la calle El Guirre

Este pequeño núcleo familiar de la calle El Guirre sufrió en sus carnes un presunto intento de robo en su propia casa, con ellos en el interior, en pleno confinamiento por la pandemia de COVID-19. Ocurrió en torno a las tres de la mañana. “Un chico se subió a la azotea y nosotros escuchamos un ruido, porque es una casa antigua y arriba hay picón”, detalla. Al gritarle, el joven se asustó, salió corriendo hacia la TF-5, saltando un talud de varios metros de altura, y sufrió heridas graves en una pierna. “Empezó a gritar: ‘socorro, perdónenme”, recuerda Jonatan, que tras el incidente recibió la visita de la pareja y familiares del varón que intentó colarse en su vivienda para pedirle perdón. Finalmente, decidió no denunciarlo pero, no obstante, ante la sensación de inseguridad, “pusimos una alarma para estar un poco más tranquilos cuando no haya nadie en casa, pero incluso con alarma da rollo“.

Continuamos el camino junto a Benito, quien hace hincapié en que ya están notando el fenómeno de la okupación en el barrio. Si bien no puede decir con exactitud cuántas viviendas se encuentran en esta situación, cree que la cifra gira en torno a las 10 y 12. Lo cierto es que muchos residentes de Gracia temen que este problema se “desplace” desde otros núcleos cercanos, como el Barrio Nuevo, donde, según el presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Nuevo-Viña Nava, Juan Luis Marín, hay unos 25 inmuebles ocupados ilegalmente, siendo uno de ellos el denominado ‘hotel okupa‘.

“Escuché un ruido, encendí la luz y vi a un chico dentro de casa”

Carmen Rodríguez abre la puerta de su vivienda, ubicada en la calle el Rey y la Reina. Hace un par de semanas, sorprendió a un joven, de unos 19 años, delgado, moreno y con el pelo ondulado dentro de su propia casa. “Escuché un ruido y me levanté de la cama. Cuando encendí la luz vi a un chico frente a mí”, narra. Ella se armó de paciencia en un momento en el que muchos perderían los nervios. “Le pregunté quién era y qué hacía aquí”, continúa. El muchacho, a su juicio “inofensivo”, solo “quería dormir en el suelo”. Como es lógico, Carmen amenazó al intruso con llamar inmediatamente a la Policía, algo que hizo justo después de que éste abandonara el inmueble por la azotea, por donde accedió previamente. “Luego vinieron dos patrullas e intentaron encontrarlo, pero no sé, yo ya le perdí la pista al tema”, sostiene. Su marido y ella, como en el caso de Jonatan y su madre, han decidido poner una alarma para sentirse un poco más seguros.

En 47 años que llevo viviendo aquí no me había pasado algo así

María Jesús Carvallo, vecina de la calle Universo

La última parada la hacemos en la casa de María Jesús Carvallo, situada en la calle Universo. Nos saluda desde la ventana y nos invita a subir. María Jesús no estaba en casa el Viernes Santo, cuando le entraron a robar. Fue su inquilina, que vive en la vivienda de al lado -ambas están conectadas por una puerta de cristal-, quien la avisó de que le habían sustraído todo el dinero que tenía y que también habían logrado entrar en su vivienda. “Tiraron toda la ropa pero no encontraron dinero”, dice con una sonrisa de incredulidad. “En 47 años que llevo viviendo aquí, es la primera vez que me pasa algo así”, detalla.

El próximo jueves, 2 de junio, a las seis de la tarde, los representantes vecinales se reunirán con el concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, Alejandro Marrero, para transmitirle la situación del barrio y, por ende, la cierta sensación de inseguridad de las personas que viven en él. “De momento, solo hemos sentido el apoyo de los concejales de Coalición Canaria (CC) que se han preocupado por lo que está pasando”, sentencia Benito, antes de despedirse.

El Ayuntamiento ya trabaja en una solución

Fuentes oficiales del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna han indicado a este periódico que el área de Seguridad Ciudadana, encabezada por Alejandro Marrero, lleva un mes trabajando con los vecinos para encontrar una solución a los intentos de okupación en el barrio de Gracia.

En este sentido, las citadas fuentes confirman que están al tanto de la sensación de inseguridad que hay entre los residentes, pero, al mismos tiempo, señalan que la Policía Nacional no tiene constancia de denuncias por robos en la zona.

En cualquier caso, la reunión del próximo jueves servirá para atender las demandas del colectivo vecinal y poner en marcha una mesa de trabajo para resolver las mismas.

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