Danzarines Canarios, la comparsa hecha historia, propia y del Carnaval de Santa Cruz, que desde 1972, momento en el que Ignacio Vázquez la presentó formalmente al pueblo chicharrero, no ha parado de crecer y transformarse. Pese a que la historia de Ignacio Vázquez se remonta a años atrás cuando fundó, junto a Manuel Monzón, Rumberos, la realidad es que con Danzarines Canarios es con el grupo con el que Ignacio escribió su nombre con mayúsculas en la historia del Carnaval chicharrero.
Hoy, Luis Hernández, quien la preside en la actualidad, hace un recorrido por la trayectoria de la comparsa para DIARIO DE AVISOS en sus bodas de oro, un aniversario que celebrarán esta noche en el concurso de comparsas dándolo todo sobre el escenario.
Danzarines Canarios nació en 1971 de la mano de Ignacio Vázquez, que venía de Rumberos como cofundador junto a Manuel Monzón. Tras fundar la comparsa decana y con el paso de los años, los pioneros fueron disolviéndose y montando comparsas nuevas y, entre ellas, en 1971 se reunió un grupo de personas con Ignacio Vázquez al frente y fundaron Danzarines Canarios, que en 1972 comenzó a participar en el Carnaval de Santa Cruz, disfrazado en aquel momento con el nombre de Fiestas de Invierno. El primer año que salió Danzarines a la calle consiguió el primer premio de presentación, por lo que la comparsa nació con estrella. En años anteriores ganaron Los Sudamericanos y, a partir de ahí, siempre han estado a la altura. De aquella época solo queda Luis Hernández, ya que el resto de fundadores se han ido retirando por cuestiones familiares, edad o cansancio, entre otros motivos.
Luis continúa al frente de la comparsa: “Yo he aguantado porque mi familia está en la comparsa y compartimos la afición”. A lo que añade: “Para mí el aniversario es un gran orgullo, placer y honor por haber traído la comparsa hasta aquí, porque ha costado mucho. Tengo muchísimas experiencias de estos 50 años. Ya estamos pasando el relevo a las nuevas generaciones, pero, mientras me quede un poco de cuerda, seguiré bailando”.
Los 80 y los 90
Danzarines Canarios es una de las comparsas más laureadas del Carnaval, y es que, año tras año, siempre consigue estar entre las mejores y hacerse con algún premio en su modalidad. Sin embargo, las décadas de 1980 y 1990 fueron especialmente buenas para Danzarines, logrando hitos como ser el primer grupo en conseguir un triplete, ganando el primer premio de interpretación, presentación y ritmo y armonía. Pese a que en estas dos décadas la comparsa se abrió paso hasta el pódium de las comparsas, con el paso del tiempo el resto de grupos fueron creciendo a la par, tal y como afirma el presidente de Danzarines: “Las otras comparsas no se quedaron atrás, fueron pisándonos los talones hasta la actualidad, en la que hay años en los que nos han superado”.
En aquella época la comparsa viajó mucho, “estuvimos 4 o 5 años en Niza, pero también en Alemania, Bélgica, Luxemburgo, gran parte de la Península, Italia o el sur de África”. De aquellos viajes la comparsa atesora una anécdota única: fueron teloneros de Pavarotti en 1991 en un castillo de Italia.
Profesionalización
Con la llegada del nuevo milenio, el Carnaval comenzó a profesionalizarse, y lo que antes se basaba en amistad y hobby, comenzó a tratarse de economía y trabajo. De esa manera, Luis recuerda que tuvieron que empezar a “pagar por dirección musical, músicos, diseños y confección hasta convertirse en lo que tienen ahora: una orquesta semiprofesional que cobra”.
En la actualidad, las comparsas han ido adquiriendo nivel y, según Luis, “ya todas estamos más o menos a la misma altura, ya no competimos contra una o dos, competimos contra todas”. “No nos hemos quedado atrás -continúa-, estamos en una nueva era en la que hay tantos bailarines como bailarinas, algo que hemos recibido muy bien. La comparsa está al día con la sociedad”. Pese a que hayan pasado 50 años, Danzarines puede presumir de no haberse transformado por completo, aun así, han ido adaptándose a las nuevas tecnologías y nuevas formas de hacer el espectáculo.
El futuro
La formación goza de buena salud, pero, como destaca su presidente, “somos una comparsa, un grupo de gente, y lo que hoy son alegrías, quizá mañana no. Somos más de 90 componentes. Estamos bajo mínimos para salir y no deber nada, pero el futuro se ve muy negro, cada vez hay menos actuaciones y todo está mucho más caro que hace un año, tanto la mano de obra como los materiales. Los ingresos no han subido, pasa lo mismo con los sueldos. El futuro está aún por escribir”.