La contaminación en las costas canarias sigue siendo una asignatura pendiente que trae de cabeza a los amantes del medio ambiente, en general, y la orografía isleña, en particular. A día de hoy, su incursión es tan intrínseca que los expertos han comenzado a designar nombres propios a los materiales que desde hace años inundan las playas del Archipiélago.
La Universidad de La Laguna, a través del grupo de investigación en Química Analítica Aplicada (AChem), acuñó hace unas semanas el término plastitar a la mezcla de alquitrán, denominado popularmente como piche, originada a raíz de derrames puntuales de crudo de buques que, junto a los fragmentos de plástico ya presentes en los litorales, acaban solidificándose y recubriendo zonas rocosas. El estudio fue publicado en la revista científica ‘Science of the Total Environment‘.
AChem, que ya lideró el proyecto de investigación El impacto de los microplásticos en el ecosistema de los fondos marinos de Canarias, promovido por la Fundación DIARIO DE AVISOS, ha hallado restos del componente en Playa Grande, en el municipio tinerfeño de Arico; malpaís de Güímar, siendo Reserva Natural Especial en Tenerife; Famara, perteneciente al Parque Natural en Lanzarote; y playa de Arenas Blancas, en El Hierro. Los científicos no descartan su presencia en otras playas de las Islas.
El plastitar se suma así al conjunto de contaminantes que deterioran los ecosistemas canarios. Aunque para Luis Valien su existencia en los arenales no es ninguna novedad. El fundador de Canarias Libre de Plásticos admite que es habitual toparse con masillas de piche en las limpiezas voluntarias que organiza, pero su actual adherencia al plástico es lo realmente preocupante: “Antes ibas a la playa y solías ver manchas en el agua o la arena; afortunadamente, esto cada vez se ve menos porque hay un mayor control por parte de las administraciones y las multas impuestas a los barcos son considerables”.

Según su trayectoria como activista en las Islas, el compuesto puede hallarse “en todos lados”: orillas, piedras e incluso debajo de la arena. De hecho, cuenta que en la costa de El Porís se ha entremezclado tanto con las rocas que “es imposible quitarlo” con métodos que no sean agresivos, pero “ahí entramos en el dilema de si es más perjudicial o no para el entorno”, ya que “tendríamos que picarlo porque parece cemento”.
Valien espera que los restos de alquitrán localizados actualmente en los litorales isleños sean “la herencia de una mala praxis” de tiempos pasados porque “su asiduidad es menor”. “Por suerte, la sociedad es más consciente de los derramamientos de contaminantes al mar, donde además los medios aéreos llevan a cabo una labor crucial de vigilancia”, sostiene el tinerfeño que, bajo su experiencia, reconoce que “se ve mucho menos que antes”.
En lo que sí incide el portavoz de la ONG medioambiental es en los residuos de higiene personal que desbordan las playas del Archipiélago. Y es que Valien no titubea al afirmar que “las toallitas son una plaga” en Canarias. A su vez, pide a la población que no arroje al inodoro dicho material de aseo, independientemente de las instrucciones de uso que recoja la etiqueta: “En un día es bastante improbable que se descomponga la toallita; lo normal es de 4 a 10 años, y durante ese periodo perjudica el fondo marino y, por consiguiente, sus especies”.
Asimismo, aboga por el uso responsable del plástico, reutilizándolo de forma continuada en el día a día, ya que “el reciclaje tampoco es la única solución”. A este respecto, se muestra fiel defensor de la economía circular, entendiéndose como un modelo de producción y consumo que prima la reutilización de los objetos: “Si una persona toma café en un vaso de plástico cada día en el trabajo, lo responsable sería llevar consigo una taza”. Y sella su apuesta por una mayor concienciación ciudadana con su premisa por antonomasia: “La ecología no tiene que abrumar, sino molestar”.
Canarias Libre de Plásticos
La pandemia de COVID-19 también ha repercutido negativamente en la labor de Canarias Libre de Plásticos, cuyo proyecto de divulgación por los centros escolares de Canarias se ha visto paralizado debido a la falta de financiación. No obstante, las charlas educativas continúan activas en sus perfiles de redes sociales, mediante las que convocan las limpiezas voluntarias de las playas o difunden vídeos explicativos de los contaminantes que asolan el medio ambiente, entre ellos el reciente denominado plastitar.