Antonio Alarcó Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 1951) es todo currículo. Por eso tengo que abreviar, aunque no sea fácil. Médico, catedrático de Cirugía de la Facultad de Medicina de la ULL, senador del PP, tiene tres doctorados (en Medicina, en Periodismo y en Sociología), se licenció en Ciencias de la Información, ha escrito 20 libros y más de 300 artículos en revistas científicas, además de otros muchos de divulgación en prensa escrita. Es vicepresidente mundial del Colegio Internacional de Cirujanos, vicepresidente de la Comisión Interparlamentaria, entidad asesora del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, ex vicerrector de la Universidad de La Laguna, fue vicedecano de la Facultad de Medicina, posee los títulos nacionales de gerente y de director de hospitales, también la acreditación europea en trasplantes. Es académico numerario de las academias de Medicina de Tenerife, de Valencia y de la nacional y miembro observador en el Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud. Ha sido director del importante master de urgencias de la ULL y en julio de 2023 organizará en Tenerife la Reunión nacional de los equipos de trasplantes de páncreas de España. Fue determinante su actuación para que el HUC (Hospital Universitario de Canarias), gracias a los éxitos en los trasplantes de páncreas, se convirtiera en miembro del CSUR, centros, servicios y unidades de referencia del Sistema Nacional de Salud. Hay más, pero me tengo que parar.
-Voy a empezar por el COVID. ¿Qué me dices? ¿Vamos a dejar de sufrir el virus?
“Pues te digo que evidentemente no hemos salido de la pandemia y que se han tomado en todo el mundo medidas políticas que no casan con la actuación científica que debe regular las acciones relativas a la salud pública. La situación es grave, pero claro que existen soluciones”.
-Dime una, a corto plazo.
“Las vacunas de ARN mensajero son un auténtico logro”.
-¿Por qué?
“Pues porque son actualizables y serán muy eficaces ante las nuevas cepas que puedan aparecer. Hay que tener en cuenta que cuantos más contagios se produzcan más cepas nuevas crecerán y esto podría convertirse en el cuento de nunca acabar”.
-O sea, una revolución lo del ARN.
“Es como entrar en una nueva era del combate a los virus porque en las vacunas tradicionales te inyectan un germen debilitado, pero en las de ARN se utiliza el ácido ribonucleico mensajero, que desarrolla una respuesta inmunitaria mucho más eficaz y que protege al ser humano de futuras infecciones”.
-¿Podemos decir que la sanidad en las islas está a la altura de las circunstancias?
“La sanidad en Canarias está agotada y se estanca. Precisa de actualizaciones y de revulsivos”.
-¿Y eso?
“Los profesionales sufren lo que muchos especialistas llamamos fatiga pandémica. No es posible que sigan sin considerarnos a los sanitarios personal de alto riesgo y es absurdo que los contagios de los sanitarios sigan siendo contados como enfermedades profesionales”.
-Las urgencias están colapsadas. El espectáculo es lamentable.
“Sí, la asistencia se colapsa, pero no es por culpa de la gente, como se ha dicho, sino del sistema y de la propia pandemia, claro”.
-¿Por qué jubila el sistema público a médicos en plenitud de sus carreras profesionales?
“Es como jubilar al talento, es cierto. Me parece insensato quitar de en medio a los que tienen tanto que enseñar. No creo que ocurra en ninguna parte del mundo, al menos de esta forma tan estricta”.
-En alguna ocasión han sido pioneros y muy reconocidos los sanitarios canarios.
“Te pongo un ejemplo. El único servicio de referencia nacional que posee hoy la sanidad canaria es el de los trasplantes de páncreas en el HUC. España lleva treinta años seguidos a la cabeza de las donaciones de órganos. Tenemos en este país, incluida Canarias, claro, grandes profesionales y una gran sanidad”.
-Insisto en lo del colapso de las urgencias. Nadie se siente valorado en ellas, los enfermos se quejan.
“El colapso en las urgencias es incuestionable. Las urgencias son las tarjetas de visita de los hospitales; todo enfermo desea que lo traten en este servicio. Pero no hay que olvidar un dato fundamental para intentar solucionar este problema: de cada 100 pacientes que ingresan por urgencias sólo 12 quedan hospitalizados. A partir de ahí es preciso buscar las soluciones”.
-¿Cuál es el futuro del COVID-19? Y perdona que insista, pero sigue muriendo mucha gente.
“Ya te hablé de las nuevas vacunas. Y es posible que se produzca un repunte. Es una premisa falsa lo de las olas, no las hay. Sólo ha habido una, estamos viviendo la misma del principio, con variantes. Es importante que se establezca la administración de la cuarta dosis, con la vacuna del ARN mensajero”.
(No se puede olvidar que Antonio Alarcó es senador del Partido Popular. Él quiere seguir en el Senado, pero me da que tampoco le haría ascos a un cargo en Canarias, siempre que lo dejen simultanearlo con su presencia en la Cámara Alta. Se confiesa un admirador de Feijóo, “cuyo efecto ya ha llegado a Canarias”. Dice que hay que crear ilusión en las islas y confía en que su partido hará un buen papel en las elecciones próximas, pese a que las encuestas ya están dando ganador al PSOE, al contrario que en otras comunidades).
-Bueno, Antonio, tampoco hay que olvidar que tú consigues más votos que tu propio partido. Ni que ya llevas 14 años como senador.
“Es cierto, al ser la del Senado una papeleta personalizada, he logrado en varias ocasiones más votos que el partido y se lo tengo que agradecer a los que confían en mí. No es que necesitemos más líderes en Canarias, sino candidatos con tirón social y con valentía. Yo concibo la política como una dedicación a los demás, igual que la medicina”.
-¿Cuál es tu forma de hacer política?
“Exactamente igual que cuando opero: lo hago seriamente. Y eso significa que a veces salen bien las cosas y otras regular, pero jamás por negligencia”.
-¿Llevas la cuenta de tus intervenciones en el quirófano?
“He operado a unos 8.000 enfermos y he realizado más de 100 trasplantes de páncreas; este es el mejor resumen”.
-Sigues ejerciendo la medicina y has cumplido 70 años. Ahí entra lo de las jubilaciones a profesionales en plenitud de condiciones.
“La mía es una situación especial. Dirijo la cátedra de Telemedicina en el HUC y ejerzo la medicina privada. No cobro ni un euro por el ejercicio público de la medicina desde 2005. Me falta tiempo, pero es verdad que tampoco puedo abarcar más. Mi salud es excelente, por fortuna, pero no se debe tentar a la suerte, por mucho que te cuides. Y, efectivamente, parece un pecado que la gente de la sanidad pública se tenga que jubilar a los 65 años cuando se encuentra en plenitud de condiciones para realizar su trabajo”.
-Tú has sido concejal de La Laguna y consejero del Cabildo. ¿Te gustaría volver a alguno de estos cargos?
“Todo tiene su tiempo. Y no soy yo quien debe decidir, sino el partido. Yo lo que deseo es una legislatura más en el Senado, donde creo que he hecho una buena labor estos años”.
-La sanidad canaria le debe mucho al Cabildo de Tenerife. ¿No estás de acuerdo?
“Sí, por supuesto. No hay que olvidar nunca la labor del Hospital Universitario de Canarias, fundado por el Cabildo. El HUC ha sido toda una referencia y es preciso cuidarlo. No me puedo olvidar de los esfuerzos que hicieron por este hospital José Miguel Galván Bello, Chicho Miranda, Rafael Clavijo, José Segura Clavell y Santiago Pérez. Son nombres que tienen que quedar muy claritos de cara al futuro por su trabajo, su tesón y su inteligencia a la hora de gestionar el Hospital Universitario de Canarias”.
(Antonio Alarcó no para de viajar. Tampoco de participar en tertulias de radio y de televisión. Su afición al periodismo le hizo seguir la carrera de Ciencias de la Información en La Laguna, doctorándose cum laude. Luego también se doctoró en Sociología. Es un comunicador nato, que insiste en valorar la presencia de Feijóo en el partido “porque aporta el ejercicio moderno de la política, la honestidad que necesita este país y la experiencia de sus largos años como presidente de la Xunta de Galicia. Feijóo es un gran patrimonio del Partido Popular que no se podía desaprovechar”, afirma).
-¿Te dio pena dejar la facultad y el HUC?
“Bueno, en el HUC, sigo, en una situación especial. Y sigo operando fuera de este hospital, de manera privada. No es bueno perder la forma, aunque los años vayan pasando”.
-¿Temes hacerte viejo? Porque yo sí lo temo.
“No, porque la vida tiene sus compensaciones, de acuerdo con cada edad. Ya han empezado a llegar los nietos, mis hijos tienen sus carreras, mi mujer, que también es médico, sigue trabajando, y somos una familia muy unida. Esto te compensa el paso de los años, incluso el tener un espíritu joven que hace que esos años se noten menos”.
-También quedan los libros, que no paras de publicar.
“Y tengo temas para muchos más, pero me falta el tiempo. Cuando uno tiene la vocación compartida, la medicina y la política, se hace todavía más difícil sacarle tiempo al tiempo”.
-Se ha hablado de la posibilidad de un nuevo confinamiento mundial para combatir el covid. ¿Lo crees posible?
“En un momento dado se estudió, pero con la aparición de la nueva vacuna ya no va a ser necesario. Puede haber un repunte, quién sabe, pero desde que se administre la cuarta dosis, el virus va a decaer. En todo caso, es bueno confiar en la ciencia”.
-¿Cómo consigues estar a la misma hora en cinco sitios a la vez?
“No exageres, es cuestión de organización, nada más. Y de mantenerse en buena forma”.
-Este verano, otra vez a Lanzarote.
“Como siempre, allí se reunirá toda la familia. Nuestra casa en esa isla y nuestro entorno es un regalo”.
(Para que tengan una idea del amor de este hombre por las cosas de la tierra, le ha comprado a su nieto una pareja de burros majoreros, que ya campan por sus respetos en la finca de la familia en la isla lanzaroteña. Como él dice, hay que buscar tiempo para todo y sólo es cuestión de saber organizarse).
-Palabra de Dios.
“Déjate de coñas, que te veo venir en eso de las comparaciones”.
(Es que una vez dije que la diferencia entre Antonio Alarcó y Dios es que Dios no sabía operar. Y Antonio se quedó con la copla y de vez en cuando me lo recuerda).