Se cumplió el séptimo día de lucha contra el fuego en el norte de Tenerife, una jornada en la que se consolidó la esperanza de poder doblegar a las llamas. Sobre todo fue una jornada de alegría y emoción para las familias desalojadas de los núcleos de El Madroño y Los Carozos, que restaban por regresar a sus viviendas, las últimas 40 de las 585 personas iniciales.
La Dirección General de Seguridad y Emergencia del Gobierno de Canarias anunció el fin de la evacuación en esa zona de Los Realejos más próxima a la ladera de Tigaiga, único núcleo que permanecía desalojado debido al incendio.
Las familias pudieron retornar a sus casas a partir de las 15.00 horas siguiendo las indicaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Los dueños de ganado o animales de compañía pudieron hacerlo con ellos.
El fin de la evacuación se produjo debido a que la superficie afectada por el incendio en la proximidad a la zona límite de la ladera de Tigaiga no avanzó en las últimas horas, que las líneas de control del incendio fueron eficaces y también porque no se preveía la ejecución de maniobras técnicas de control del incendio que puedan generar riesgo.
Algunos vecinos accedieron de forma controlada los días anteriores para dar de comer a los animales, recoger enseres, así como documentos personales.
El operativo municipal instalado en Las Llanadas y los accesos a la zona se comunicaron con los desalojados para facilitar su vuelta a casa desde viviendas de familiares u hoteles, actualizando, además, el registro y habilitando el transporte necesario para personas o animales.
Una de las familias que volvió a su vivienda en los Carozos se había realojado en casa de familiares, cerca del polideportivo de Las Llanadas. “Estábamos fatal y más cuando veíamos que los otros vecinos habían podido volver a sus casas y nosotros todavía teníamos que esperar. Estábamos ya incómodos, acogidos por la familia, pero sentíamos que molestábamos, no es nuestra casa”.
Por su parte, otro de los vecinos realojados reconoció que “subía acompañado por Protección Civil a dar de comer a los perros, la mula y los conejos que había dejado”, mientras manifestó su tristeza por ver quemarse “nuestro monte, en el que hemos disfrutado y del que hemos vivido toda la vida”.
También había alegría entre los vecinos que pudieron volver a sus casas días antes. “Volvemos a recuperar la normalidad, pero no la tranquilidad, viendo cómo todavía trabajan los helicópteros y los aviones. Estamos inquietos, apenas dormimos por la noche y siempre estamos mirando de reojo hacia la ladera y mirando el humo”.
Todavía recuerdan el drama de las horas de desalojo. “Algunos pudieron recoger algunas cosas, y otros salimos casi sin nada, fue un poco más complicado”, reconoció otro vecino de Lomo de La Viuda.
El alcalde de Los Realejos, Adolfo González, agradeció “la colaboración y comprensión” vecinal ante esta situación, en la que se ha querido “poner a salvo a las personas y a sus animales”, con apoyos psicosociales municipales y de Cruz Roja, garantizando en todos los casos “alojamientos y manutención”, con garantías de transporte, alimentación y estancia también para animales, con la colaboración del Colegio de Veterinarios, siempre como medida preventiva y de seguridad y siguiendo las instrucciones del Cecoes 1-1-2. Y, afortunadamente, “sin que ninguna vivienda residencial terminara viéndose afectada de manera directa por las llamas”.
La noche de ayer fue tranquila y el incendio se mantuvo estabilizado en nivel. A lo largo de la jornada continuaron trabajado hasta 10 medios aéreos y otro de control en varias reactivaciones en la ladera de Tigaiga, entre las zonas conocidas como El Pino llorón y hasta el Risco de Miguel, el punto que más sigue preocupando en la extinción. Han mejorado mucho las condiciones meteorológicas y se espera hoy una jornada mucho más tranquila que en días anteriores.
La orografía es el principal adversario y donde se centran las labores de los medios aéreos que atacan los puntos calientes hasta que pierden intensidad. Además de la pendiente de la ladera, también hay zonas de monteverde con suelo profundo, donde el fuego es complicado de apagar. Hay lugares de difícil acceso, lo que significa un trabajo muy penoso para hacer líneas de defensa, con el peligro de que caiga material rodante, por lo que se debe trabajar con mucho cuidado y con el apoyo de los medios aéreos.
Igualmente, ya comenzó la desescalada de los medios que actúan frente a las llamas, manteniéndose ayer 115 efectivos por tierra y los 11 medios aéreos. Como ejemplo, los hidroaviones realizan de 20 a 22 descargas diarias con un carrusel de carga en Santa Cruz cada 20 minutos, y su personal trabaja en dos turnos de cuatro horas y media de vuelo cada uno.
La meteorología acompañó ayer, sobre todo mejoró por la tarde y se notará aún más a partir de hoy con la entrada del alisio, que traerá humedad. Eso permitirá que el combustible se refresque y se cargue de humedad, lo será un aliado para la extinción.
En los próximos días se seguirá con la misma estrategia: consolidar la ladera de Tigaiga y atender la reactivación que se produzca en el interior del perímetro, que todavía cuenta con algunos puntos calientes aislados, que no suponen riesgo.
Desescalada
El presidente del Cabildo, Pedro Martín, señaló que, con la decisión de que los vecinos más cercanos a la ladera vuelvan a sus hogares, “iniciamos un proceso de desescalada que, unido a la mejora meteorológica, pueda mantenerse en los próximos días”.
Durante la jornada se reabrieron las carreteras TF-21 y TF-344, así como otras medidas. “En cualquier caso, lo que no cambia es que el fuego está todavía sin controlar”, comentó. Además, reconoció que desde hoy se podrá acceder a los montes de la Isla. “Permitiremos acceder al monte en todos los municipios de la Isla que no están afectados por el incendio, mientras que se mantendrán restricciones de actividades en la zona del incendio”, anunció.