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Mila Moreno, experta inmobiliaria: “Ojalá que los terrenos de Cepsa solucionen la falta de suelo en Santa Cruz”

Mila Moreno lleva 22 años en esto, lo que le da el carné de experta porque han sido estos años muy intensos, en los que ha habido de todo
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Foto: Sergio Méndez

Me dice Mila Moreno García de Torres (Tenerife, 1965): “Yo soy muy sentimental, me emociono enseguida”. Y esto para una experta inmobiliaria, que vende y alquila pisos, no parece casar mucho, porque su objetivo será siempre vender. Digo yo. Ha sido azafata de vuelo, recibió una educación germánica, trabaja sin descanso todos los días de la semana y confiesa que la crisis del 2008 no ha terminado del todo y que va a ser muy difícil para el sector el futuro inmediato, entre otras cosas “porque Santa Cruz tiene poco suelo y porque hay una oficina inmobiliaria en cada esquina”. Cansada de trabajar para los demás, Mila Moreno, a quien conozco desde hace muchos años, montó su propia empresa, a la que incorporó a un socio capitalista.

La inmobiliaria se llama Mila&Campos y tiene una forma distinta de trabajar, según he escuchado. Y lo creo porque si hay una mujer emprendedora, imaginativa, a la que no le asustan las horas en la oficina o atendiendo a clientes, esa es Mila Moreno. Lleva 22 años en esto, lo que le da el carné de experta porque han sido estos años muy intensos, en los que ha habido de todo. Su ejemplo más rotundo es su padre, uno de los tres fundadores de una de las empresas mayoristas de importación que rompió todos los esquemas del viejo comercio de Santa Cruz: Pemoro, que ya es historia. Su padre murió muy joven y a Mila y a sus hermanos les tocó sacar adelante a sus familias a través de distintas empresas: una de tecnología musical, otra farmacéutica, otra inmobiliaria, etcétera. Ejemplos de superación.

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Mila Moreno, experta inmobiliaria: “Ojalá que los terrenos de Cepsa solucionen la falta de suelo en Santa Cruz”. SERGIO MÉNDEZ

-Los terrenos liberados de Cepsa podrían ser la solución de la capital.
“Sí, por supuesto. Con la nueva planificación de esos miles de metros cuadrados Santa Cruz rompe una barrera hacia el sur. Lo mismo que, tarde o temprano, la otra barrera, la de los solares anexos a Las Teresitas, tendrá que responder a la necesidad de expansión de la ciudad”.

-Parece que el Toscal empieza a ver la luz. Me refiero a la remodelación de la calle de La Rosa.
“Me he llevado una alegría con esta noticia. Esa remodelación tendrá un efecto llamada inmediato”.

-¿Por qué sostienes que no ha terminado la crisis de 2008?
“Pues porque la vivienda en venta se encarece, es difícil encontrar pisos en alquiler y el mercado se retrae. Los precios han subido mucho y, según datos oficiales, los alquileres están a más de 10 euros el metro cuadrado. Para gente que gana, de media, un sueldo de 1.000 euros al mes, esto es inalcanzable. Menos mal que también existe otra gente de mayor poder adquisitivo”.

-¿Son esos precisamente tus clientes?
“Yo he vendido y alquilado de todo, pero sí, mi clientela es bastante exclusiva y de un poder adquisitivo superior a la media”.

-¿Cuál es el principal problema del sector inmobiliario? Y ya sé que es una pregunta recurrente.
“Para mí, quizá el que haya una inmobiliaria en cada esquina. Esto destroza un poco la calidad de nuestra actividad, pero yo creo que el principal es la falta de suelo, que ahora se endulza un poco con el futuro de los terrenos de Cepsa. Estoy convencida de que los problemas que puedan existir en el subsuelo se van a resolver con las nuevas tecnologías en la construcción”.

-Voy a insistir. ¿Por qué afirmas que la crisis de 2008, aquel año maldito, no ha terminado?
“Pues porque aún existen problemas con el dinero, con el euríbor, con la inflación y con el miedo de la gente a sacar el dinero del banco o del calcetín o solicitar una hipoteca”.

-¿Y por qué el exceso de inmobiliarias no fomenta la competencia?
“Con el exceso me refiero a las inmobiliarias/multinacionales, que están en su derecho de existir, por supuesto, pero que a las locales nos perjudica porque, además, cobran unas comisiones muy altas, entre el 3 y el 6% del valor de los inmuebles. Es una barbaridad”.

-¿Qué diferencias hay entre comprar y vender en Santa Cruz y en el sur de la isla, por ejemplo?
“Son dos mundos, no tienen nada que ver. Ni en el público que compra, ni en los precios a los que se pueden vender un local o una vivienda. Los precios en el sur de la isla se disparan al mismo ritmo de su rentabilidad. Estamos ante demandas muy distintas”.

(Le pongo a Mila el ejemplo de Faro, en Portugal. Hay una ciudad vieja en Faro, en el Algarve portugués, parecida al barrio del Toscal. Una ciudad grande, que se ha quedado parada en el tiempo, igual que el Toscal. Y entonces la solución fue construir otra al lado, muy moderna. Y luego está otro modelo, en Valencia, en la playa de la Malvarrosa, cuyo barrio vamos a llamarlo marinero se ha remodelado y ahora resulta precioso, ponderado en todas las revistas de arquitectura del mundo).

“Concebir una ciudad tiene muchos matices. Puedes hacer, como tú dices, lo de Faro, construyendo otra ciudad al lado. Pero también es muy bonito el modelo de La Malvarrosa, en Valencia. ¿El Toscal es salvable? Claro que lo es. Y valoro mucho la decisión municipal de transformar la calle de La Rosa, que es la arteria principal del barrio, porque sin duda tendrá un efecto llamada. Me alegré mucho cuando leí la noticia en el DIARIO DE AVISOS. Se trata de una gran idea”.

-Tú, en cuanto a iniciativas, tienes un gran modelo a seguir, el de tu padre.
“Sí, y no hagas que me emocione. Mi padre fue un emprendedor, un hombre con una extraordinaria visión comercial. Y consiguieron, él y sus socios, que Pemoro fuera un modelo de empresa, que colaboró muchísimo en el progreso de la isla. Y, efectivamente, es mi referente y de él he heredado la capacidad de lucha que espero que nunca me abandone”.

-Has hechos tus pinitos en los medios, en el pasado, dando a conocer las Mejores casas de Canarias.
“Bueno, una tiene etapas. También recorrí el mundo cuando volaba en compañías aéreas y conocí a gente maravillosa y he conservado muchos amigos, aquí y fuera de aquí. Perfeccioné idiomas y mi trayectoria anterior a estos 22 últimos años me sirvió para ampliar mi cultura y un poco para analizar a la gente. Me vino todo eso muy bien”.

-¿Cómo ha cambiado Internet tu profesión?
“Mucho, pero en Internet hay también mucho fiasco. Las redes no pueden sustituir al contacto personal, al trato diferenciado y a tener al lado a una persona que te aconseja profesionalmente”.

-¿Y cuál ha sido tu mayor logro profesional?
“Bueno, no me gusta hacerme propaganda, que hablen los clientes”.

-No conozco a tus clientes, lo siento.
“Pues quizá cuando le vendí a Honorio Socas, que en paz descanse, 500 apartamentos en sólo seis meses. Ahí sí que tuve mucha suerte… o mucho mérito, que juzgue quien tiene que juzgarlo”.

-Te habrás ganado un pastón.
“Menos de lo que tú estás pensando, seguro”.

-Sigo con Internet. ¿Lo ha cambiado todo?
“Ha cambiado muchísimo las formas, pero ya te digo que cuando una está en el terreno de la exclusividad y de un determinado standing, el cliente prefiere no hablar con una máquina y sí con una persona. Qué duda cabe que las redes son un gigantesco escaparate a nivel mundial, tanto para comprarte un lápiz en una subasta como para ir a un hotel y disputar con otro el precio de la habitación. Pero no todo es Internet, hay más cosas. Es como en tu profesión: ¿diarios digitales o diarios de papel? A mí me encanta leer el periódico en papel, pero no le hago ascos a un periódico digital, sería estúpido negar el progreso. E Internet está ahí para quedarse, aunque también podrá sufrir modificaciones en el futuro”.

-¿Cuál es el tesoro del mundo inmobiliario?
“Yo creo que en España, como ocurre en la Europa más avanzada, es la seguridad jurídica. Notarios y registradores hacen una labor extraordinaria y quizá lo mejorable sería el catastro, que tiene una gran cantidad de datos que deberían ser más aprovechables. Yo me desenvuelvo muy bien ante el papeleo, que cada vez es menos, afortunadamente, y cada vez más está mejor informatizado, con lo cual mejora esa garantía jurídica tan consolidada”.

-Tú siempre has trabajado para los demás. Un día decidiste independizarte. ¿Más responsabilidad?
“Sí, claro. Me ayudaron algunos amigos, pero estaba cansada de que mi esfuerzo acabara en otras manos. Yo soy, en cierta manera, una vendedora de ilusiones porque no hay nada más ilusionante que la gente encuentre su vivienda y que el emprendedor encuentre su local. Y que el agricultor su finca. Y que el empresario una nave. Y en esta labor reconozco que soy una privilegiada. Y si, encima, no tengo que repartir con nadie el esfuerzo, mi trabajo, pues mejor que mejor”.

-Pero tienes un socio, ¿no?
“Que me da absoluta libertad. Todavía no hemos repartido beneficios, con eso te digo todo”.

-Ponte una medalla.
“Creo que la rectitud. Así me educaron mis padres”.

-¿Cuánto se tarda en vender un piso a un cliente pejiguera?
“No, no existe ese tipo de clientes. Llámalos, mejor, especiales, exigentes quizá, pero nunca pejigueras”.

-Mila, no hace falta que disimules. Los hay muy pelmas, que yo lo sé.
“Discrepo, pero en todo caso, ante las dificultades hay que armarse de paciencia, porque todo el mundo tiene en la que va a ser su casa una ilusión. Y no es cosa de desilusionar a la gente, sino de aportarle información y de ser sincera con el cliente, sin tratar de engañar a nadie porque eso sería muy poco profesional”.

(Mila Moreno insiste en que una casa es también el sueño de una persona y que no es bueno jugar con sus sentimientos. Pueden parecer a veces las pretensiones disparatadas, “pero todos tienen un motivo a la hora de adquirir una propiedad y esos motivos se deben respetar, como se deben respetar todos los sueños de las personas”. No tiene horas para trabajar en el despacho, o mostrando propiedades a los futuros compradores. Es agradable y sabe su oficio, gracias a esos 22 años de trabajo, día sobre día. Repite que se considera muy sentimental y que su mayor tesoro es su hijo Pedro. A la entrevista ha venido a Los Limoneros acompañada de su hermana Ía, que es farmacéutica, pero que se ha jubilado y ha dejado la gestión de la farmacia a su hijo. Mariano Ramos les regala unas galletas de El Masapé, que le han llevado a su madre, delicada de salud).

-¿Sueñas con una gran empresa a tu cargo?
“Para nada. Yo sé que mi techo es más romántico que crematístico. Quiero decir, que gestionar ventas de manera artesanal casi tiene su encanto. Por eso soy feliz con lo que conseguido y agradezco mucho lo que han hecho todas las personas que me han ayudado. Cada cual tiene sus aspiraciones y las más se quedan en esta empresa, hecha a mi imagen y semejanza. Nunca me arrepentiré de haber dado el paso ni de haber creado una pequeña empresa que va muy bien y que llevo prácticamente yo sola. Así que misión cumplida y a seguir trabajando”.

-Pues mucha suerte, amiga.

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