Organizaciones ecologistas advierten sobre las consecuencias que generan los coches abandonados sobre la salud y el medioambiente, después de la información publicada ayer por este periódico acerca del problema que supone la proliferación de chatarra en los espacios públicos del sur de la Isla.
“Pueden generar contaminaciones de suelo y de agua, causar un problema para la flora y fauna del lugar, además de ser un foco potencial de suciedad y dañino para el paisaje”, manifestó a DIARIO DE AVISOS Jaime Coello, director de la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, que se mostró partidario de abordar el problema de “manera coordinada”, actuando en distintos frentes, “con más campañas informativas, una política de sanciones proporcional a los daños ambientales y promoviendo un transporte público eficiente y al menor coste posible”.
Coello sostiene que el problema de los coches abandonados en la isla de Tenerife es un reflejo de la política de promoción del transporte privado por parte de las administraciones públicas y el sector empresarial. “La facilidad para adquirir un coche, tanto en los trámites como en la financiación, hace que la compra sea relativamente sencilla, pero cuando se producen situaciones de crisis o no se pueden afrontar los gastos, llegan los abandonos”.
Además, aseguró que Tenerife cuenta con uno de los parques móviles por habitante “más numerosos de todo el mundo: 8,5 coches por cada 10 residentes, hay más vehículos que conductores y eso tiene un coste sobre el territorio”, por lo que reclamó un cambio en el modelo de transporte de la Isla para incentivar el uso de los vehículos públicos en detrimento de los privados.
Tal como informó ayer este periódico, centenares de coches abandonados esperan a ser retirados en calles y solares en toda la comarca sureña tras deshacerse de ellos sus propietarios. Muchas de estas chatarras se localizan en lugares próximos a talleres de reparación, dejados allí después de que sus dueños, previsiblemente, no pudieran hacer frente a los arreglos que precisaban.
Solo en la zona de Las Chafiras y Guargacho hay alrededor de 250, según los datos de la Policía Local de San Miguel de Abona. Por su parte, Arona ha llegado a acoger en su depósito municipal más de 400 unidades (actualmente la cifra se ha reducido a la mitad), mientras que Granadilla de Abona emprendió el pasado día 1 una campaña en la que cada día se retiran de la vía pública una media de seis automóviles.
Los ayuntamientos recuerdan que el trámite legal para desprenderse de un vehículo es gratuito y este comienza comunicándolo a la Policía Local. En caso de que no se localice al dueño, se traslada al depósito municipal y se establece un plazo legal que, una vez vencido, conlleva la declaración de residuo sólido urbano, dándose de baja, para seguidamente enviarlo a un centro de tratamiento para su posterior destrucción y descontaminación.
Las sanciones no son precisamente baratas. El abandono de un vehículo puede ser multado con 2.000 euros.