“Los árboles son seres vivos y, como tales, su ciclo biológico tiene fin. Por tanto, es vital que se contemple en un futuro próximo la necesidad de remodelar y actualizar las Ramblas, tramo por tramo, y en diferentes fases, para dotar de las necesarias y mejores condiciones de espacio, tanto en superficie como en el subsuelo, de riego, de protección, etc., a los nuevos laureles de Indias que se planten”. Esta es una de las conclusiones del proyecto piloto que Santa Cruz puso en marcha en mayo del año pasado para intentar salvar a los laureles de Indias, cuya vitalidad ha ido decayendo de forma alarmante en distintos puntos de la capital, especialmente en la Rambla de Santa Cruz.
Aunque el mayor aporte de agua y nutrientes en los ejemplares seleccionados (tres laureles de Indias de la Rambla) ha dado resultados positivos, con la mejora de la vitalidad de los árboles, y se aboga por mantener otros siete meses este proyecto antes de decidir si se extiende al resto de ejemplares, lo cierto es que hay árboles que por edad o por lo avanzado de su enfermedad, ya no son recuperables, de ahí que se recomiende su sustitución.
El informe apunta que los tramos de la Rambla de Santa Cruz en los que los árboles no han mejorado son lo que van entre las calles de San Isidro y el Monumento a Franco, entre San Martín y San Fernando, así como la Avenida Benito Pérez Armas, en el tramo concreto de la calle Picasso y la Avenida de Madrid, por lo que serían los más susceptibles de ser sustituidos.
El crecimiento de la ciudad, la falta de agua o el ataque de un hongo como consecuencia de la debilidad de los árboles están entre las principales causas de este decaimiento generalizado.
El área de Servicios Públicos, que en la actualidad dirige Carlos Tarife, puso en marcha hace un año este proyecto piloto, ahora evaluado, consistente en proporcionar unos 6.000 litros más al mes en la cantidad de agua de riego a estos árboles, con el objetivo de que crearan nuevas raíces.
Tarife apuntó a DIARIO DE AVISOS que “es un hecho que el aporte extra de agua y fertilizantes ha mejorado la salud de los laureles de Indias, por lo que vamos a continuar con el programa, aunque, como seres vivos que son, su mejora sea lenta, y, por lo mismo, debamos empezar a pensar en sustituir aquellos que han llegado al final de su vida”.
Pasados siete meses, se ha constatado que los tres ejemplares del proyecto piloto, en mayor o menor medida, han mejorado su vitalidad, aunque, como se matiza en el análisis realizado, “es un periodo muy pequeño en comparación con el lento ritmo, en general, de la reacción de los árboles”.
Por eso, se ha propuesto continuar con el proyecto para decidir la conveniencia o no de hacer extensible a toda la Rambla de un sistema análogo que tenga el mismo objetivo, es decir, aportar más agua para propiciar la aparición de nuevas raíces por debajo del pavimento, y mejorar el estado hídrico de los laureles de Indias, que conlleve también el progreso de las copas de los ejemplares”. El mismo informe, sin embargo, concluye que, aunque tantos estos ejemplares como al resto de árboles a los que se está sometiendo a un programa de nutrición, en el que cada semana se alternan abonos foliares y fertilizantes aplicados al terreno con riegos a cuba, y se repite el ciclo cada tres semanas, se ha constatado que han mejorado su vitalidad, lo cierto es que los tramos ya citados no han mejorado, aunque tampoco han empeorado demasiado. El resto de zonas están notablemente mejor, aunque se mantienen estables algunos ejemplares localizados.
Por este motivo, el informe concluye que se hace necesario ir pensando ya en la sustitución de esos ejemplares que no han tenido mejoría.
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