A Pilar del Río se le ilumina la voz cada vez que menciona a José Saramago, su fallecido esposo, a quien retrata en la intimidad de su casa en Lanzarote en el libro La intuición de la isla, en el que da testimonio de algo que presenció. Del Río visitó Bogotá como parte de las conmemoraciones del centenario de Saramago (1922-2010), galardonado con el Premio Nobel de Literatura (1998) y con el Premio Camoes (1995).
La periodista española (Castril, 1950) compartió más de dos décadas de su vida con el autor portugués y juntos vivieron 17 años en la localidad de Tías, en Lanzarote, “una isla en la que nunca había pensado en mi vida, que descubrí (…) y pasó a ser una especie de estadio de felicidad”. “Es el principio del mundo, es el final del mundo, es la belleza y sobre todo la intimidad”, afirma sobre aquel pedazo de tierra en el que Saramago escribió algunas de sus mayores obras, como Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez.
La intuición de la isla (Alfaguara) es, en palabras de Del Río, “dar testimonio de algo que presencié, pero intento no estar dentro del libro nunca. Es como que la periodista estaba allí y lo cuenta”. Pero ese testimonio fue escrito, luego, por una presión particular: la de los trabajadores de A Casa, la casa museo de Lanzarote en la que vivió con Saramago, que le insistieron en que contara en un libro las anécdotas de ese hogar que ella les relataba. “Llegaron a amenazarme con que tenía que escribir porque si me moría de coronavirus nadie más iba a saber lo que había pasado en la casa. Entonces fue muy divertido porque tenían una carga de insistencia, pero también de deseo de saber de que lo que había pasado en la casa se siguiera manteniendo vivo”, explica.
La periodista española, que preside además la Fundación Saramago para mantener vivo el legado del escritor, asegura que la escritura se dio con alegría, pues en La intuición de la isla refleja las cosas que pasaron en A Casa.
La idea de todo esto es que las personas que lean el texto se sientan reconfortadas, pues los relatos que allí encuentran son “como cartas de amor para lectores José Saramago”. “Es un libro escrito desde la alegría y con amor por la lectura, los lectores, con amor por la curiosidad”, expresa.