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Una Roomba que detecta fantasmas en Canarias: la curiosa historia de Fernando

La historia, tierna y sorprendente, cuenta la vida de Fefa, la costurera
Una Roomba que detecta fantasmas en Canarias: la curiosa historia de Fernando

La Roomba, o cualquier otro robot usado para limpiar la casa, se ha convertido en uno de los electrodomésticos preferidos por las familias. Hay, y no es broma, quién le pone nombre, tratándola con mimo por el trabajo que logra quitarnos, pero una Roomba que detecta fantasmas era algo que no habíamos visto. Esta es la curiosa, y simpática, historia de un usuario de Twitter.

Emilio González es un usuario de Twitter que ha querido compartir lo que le viene ocurriendo en su casa, ocupada antes por su tía Fefa hasta que esta falleció. “Hace relativamente poco he venido a vivir a la que fue la casa de Josefa, tía de mi padre a la que no conocí y que falleció el año pasado”, así inicia su relato, anunciando que la habitación, y disposición, de su tía se mantuvo casi inalterable, a excepción de la cama: “Ni de coña iba a dormir ahí”.

Emilio cuenta que Fefa, de la que todo el mundo hablaba bien, fue la costurera de su pueblo y, por tanto, algo fundamental, contaba con su propia máquina de coser. Aquella que muchas de nuestras abuelas y abuelos tenían en sus hogares. Ella, además, hasta el día de su muerte, “no cesó nunca en su labor”.

El asunto, que es por lo que hablamos de una Roomba que detecta fantasmas, es que a Fefa, ya mayor, le pusieron la máquina de coser en el cuarto en el que ahora duerme Emilio: de ese modo podía seguir haciendo aquello que tanto le gustaba y al lado de su cama.

“La cosa es que nunca me ha importado, aunque tampoco he dejado de pensarlo, el hecho de hacer vida en la habitación en la que falleció hace menos de un año Fefa. Peeeeeeero…”, dice Fernando antes de contar algo que es, sencillamente, increíble, aunque un vídeo aparece como prueba para lo que cuenta.

Cada vez que Fernando pone la Roomba detecta fantasmas, el aparato elude pasar por la zona en la que, en su día, estuvo la máquina de coser de Fefa: “Ss INCAPAZ de pasar por la zona que me señaló Ani, la hija de Fefa, en la que esta se ubicaba con su máquina de coser”.

En el tono de ternura que el protagonista relata todo lo ocurrido, para concluir, espera que Fefa “termine pronto el vuelto que estará cogiendo”. “Por mi parte, le estoy muy agradecido de que me deje acompañarla de momento. Gracias Fefa”, termina Fernando su increíble, y tierno, relato: “Una pena no haber coincidido”.

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