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365.000 canarios, en pobreza severa, y 30.000 salen de la exclusión

El último informe Arope indica que el 37,8% de la población del Archipiélago continúa marginada, aunque se ha logrado bajar la precariedad por primera vez en ocho años
El ‘escudo social’ evita que la pobreza aumente todavía más en Canarias
El 38,7% de los isleños siguen marginados pese a que 29.329 han logrado salir de la exclusión. DA

Los refuerzos coyunturales que las administraciones públicas han destinado a las partidas sociales han evitado que las crisis económicas derivadas de la pandemia y la guerra de Ucrania extendiesen todavía más la miseria entre los canarios, que sigue afectando al 38,7% de los isleños (822.130) pese a que 29.329 lograron el año pasado ganar al menos una media de 681 euros mensuales, considerado como la cantidad mínima para ello, saliendo de la lista de exclusión.

Así se desprende del XII Informe El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador europeo (Arope) de pobreza y exclusión social en España 2008-2021, presentado ayer en el Parlamento regional por representantes de la delegación en Canarias de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), quienes detallaron que medidas como subir el salario mínimo interprofesional o fortalecer la Prestación Canaria de Inserción (PCI) han evitado una catástrofe aún mayor, Si no se hubieran aplicado, el porcentaje de pobreza se habría elevado hasta el 45% de los canarios. O, lo que es lo mismo, otros 375.000 isleños habrían ingresado en una lista, que, sin duda, lastra desde hace lustros el bienestar en el Archipiélago. Solo lo dramático de semejante escenario impide calificar como alivio la actualización del reconocido informe internacional dada la especial virulencia con que la pandemia golpeó a la economía canaria tras gripar su principal motor, el turismo, a tal punto que el nivel de pobreza es el mejor de los últimos ocho años.

Al igual que resaltaron cómo ese escudo social gubernamental ha logrado frenar el alcance de los destrozos sociales originados por lo sucedido en los últimos años, los portavoces canarios de la EAPN, Juan Carlos Lorenzo y Fernando Rodríguez, recordaron igualmente lo que es obvio: por bienvenidas que sean y lo efectivas que han sido, son medidas coyunturales y no estructurales.

Todos los canarios saben que la pobreza es una lacra que hace mucho se extendió por las Islas galopando sobre jinetes desbocados como un desempleo crónico que solo en los últimos tiempos da visos de consolidar una tendencia a la baja. Así, basta con revisar la estadística del informe Arope para recordar que, lejos de ser un problema actual, la miseria ya afectaba hace un decenio (2012) al 40,3% de los canarios, y que dicho porcentaje llegó a crecer hasta el 44,6% en 2016.

Una desigualdad social insostenible que Coalición no supo corregir

Que los datos sobre pobreza en Canarias respecto a 2021 desvelados ayer por el llamado Informe Arope sitúen a las Islas (365.055 personas viven con 454 euros y sufren pobreza severa) en la cabeza de los más pobres entre los pobres de toda España (y en tercer lugar tras Andalucía y Extremadura respecto a la miseria en general) solo se comprende recordando que ese 38,7% de isleños que siguen marginados económicamente son incluso menos de los previstos. Porque la miseria en las Islas es un problema estructural cimentado en los decenios anteriores en los que una formación nacionalista, Coalición Canaria, rigió la Comunidad Autónoma durante 25 años.

Si bien el Archipiélago disfrutó desde finales del siglo pasado de las mejores etapas económicas de su historia, con las dos oleadas sucesivas del boom turístico, ello no solo no ha revertido en una mejor calidad de vida para el conjunto de los isleños, sino que la renta media regional ha pasado de ser en 2000 prácticamente la misma que la nacional a que, al cierre de 2020, la diferencia rondase los 30 puntos, como recordó hace un año Román Rodríguez.

El diagnóstico es conocido, y por ello cabe celebrar que al fin parezca consolidarse una tendencia positiva que ha rebajado el paro hasta el 17,7%, pero el modelo económico sigue distando mucho de dar señales de una diversificación que se traduzca en un reparto de la riqueza más equitativo.

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