María Luz, madre de un varón de 42 años con síndrome severo de autismo (TEA), ha presentado un escrito en el Ayuntamiento de Güímar por el cambio de ubicación del aparcamiento para Personas con Movilidad Reducida (PMR) enfrente de la piscina municipal, de la que su hijo es usuario.
El cambio se debe a la normativa que exige que el vado se coloque en una acera por donde pueda salir el conductor del vehículo, explicaron en el Ayuntamiento a María Luz, aunque ella señala que, “en este caso, el conductor soy yo, pero quien tiene la discapacidad es mi hijo Fernando, que ahora tiene que salir por donde pasan los coches, en una calle con mucho tráfico a cualquier hora del día, con institutos, centro médico, polideportivo, campo de fútbol, terreno y la piscina, y con el riesgo de que sea atropellado para cruzar hasta la otra acera, donde está la entrada a la piscina. Yo trato de jalar por él, pero a veces se me escapa, porque no tiene control ninguno, ya que no entiende el peligro”, comenta la madre.
“No puedo tener control con él -prosigue – ,porque se me echa a correr y entiendo que se puede habitar otro vado para poder llevarlo a la piscina. Ahora mismo prefiero aparcar el coche donde pueda y llevarlo caminando, con la consecuencia de que él no camina muy bien y tiene que apoyarse en mi hombro, porque si no es así se me echa a correr. Son 90 kilos en el hombro, pero prefiero eso a que me lo atropelle un coche, se pueda caer, jale por mí o lo que sea”, comenta.
María Luz solicita al concejal del área que estudie el tema y que “vuelva a colocar el aparcamiento donde estaba antes, desde hace 40 años”, indica, tras lograr que se colocara ahí una señal vertical.
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