Trabajar en el Albergue Comarcal Valle Colino, en La Laguna, es muy duro. Puede parecer que es bonito e, incluso, idílico, pero requiere de una fortaleza mental muy importante. Basta con cruzar la hilera de cheniles, el espacio en el que viven perros y gatos a la espera de un nuevo hogar, para darte cuenta de que detrás de esas miradas tristes hay historias desgarradoras, que son especialmente duras para las personas que acuden a estas instalaciones cada día para desempeñar una labor impagable. “Más allá de la pena que sentimos por los animales cuando entran al refugio, con la que nos toca lidiar psicológicamente, está el estado en el que llegan”, detalla su portavoz Guillermo Alberto Pérez-Andreu.
Camilo, que está a punto de cumplir un año, es uno de los canes que te encogen el corazón nada más verlos. En medio del alboroto que forma la mayoría de sus compañeros cuadrúpedos cada vez que alguien cruza el camino que lleva a la pequeña oficina, él se queda sentado, cabizbajo, como si nada ocurriera a su alrededor. La trabajadora Raquel Martín cuenta que fue encontrado en una cueva, en unas condiciones deplorables. Llegó a Valle Colino hace dos meses, por lo que ya se ha cumplido el periodo de 21 días que marca la ley para que su propietario lo reclame. Ahora está a disposición del albergue, a la espera de que una nueva familia le proporcione la atención, el cariño y los cuidados que merece. Cuando un animal entra en Valle Colino, lo primero que se le hace es la lectura del chip y se le proporciona atención sanitaria, en caso de que la necesite. Si en tres semanas su dueño no viene a por él, se le esteriliza y pasa toda la cartilla veterinaria.
Mistela, de 7 años, y Nola, de 12, llevan en estas instalaciones más de un año. Raquel y Guillermo coinciden en que son dos perras que demandan una adopción urgente. Y no porque sean agresivas o se porten mal, sino porque han estado demasiado tiempo en el albergue. El problema reside en que forman parte del mal denominado grupo de Perros Potencialmente Peligrosos (PPP), por lo que se necesita una licencia administrativa para poder llevártelos. Con la entrada en vigor de la nueva ley de Bienestar Animal se cambiará este término por el Perro de Manejo Especial.
De los 207 canes que se encuentran en Valle Colino, estos son “los más perjudicados y los que menos atención reciben por parte de la gente que viene”, afirma el portavoz del albergue. “Créeme; aunque sean un poco más grandes y necesiten un tratamiento especial, son puro amor”, insiste.
Son muchas las personas que piensan que no pueden asumir el cuidado de estos animales por falta de espacio. Siendo honestos, lo ideal para un perro grande es tener un terreno en el que pueda jugar y esparcirse, “pero debemos ser conscientes de que nos los podemos llevar aunque la casa no sea demasiado grande, teniendo en cuenta que hay que sacarlos más veces y jugar con ellos con más frecuencia de lo habitual”, asegura. En este sentido, Guillermo lanza una pregunta al aire: “¿Preferimos que estén en un hogar con una familia y saliendo las veces que les corresponde o en el chenil de una protectora con cinco, seis o siete compañeros con problemas de territorialidad?”.
Otro de los inconvenientes que afectan directamente a las mascotas es el requisito de no poder tener animales en los pisos de alquiler. Raquel y Guillermo son tajantes al respecto. “Esto es algo que hay que cambiar ya, porque los animales son seres sintientes”.
¿El regalo perfecto en Navidad?
Detrás del mostrador, Raquel comenta que es posible que las adopciones tanto de perros como de gatos crezcan estas navidades. Es lo que suele ocurrir. Sin embargo, la tenencia responsable de una mascota implica que todos los miembros de la familia sean conscientes de todas las necesidades que tiene.
“Debe ser una decisión consensuada. Tenemos que saber que el perro debe salir a pasear, tener una alimentación, cuidados y, por supuesto, atención veterinarios, con los gastos que eso supone”, apunta Guillermo. Lo cierto es que cuando no existe un vínculo emocional, la mascota, ese ‘regalo perfecto’ de Navidad, pasa a ser una molestia y vienen los abandonos y las entregas en albergues y protectoras.
El portavoz de Valle Colino apostilla que “los animales son cosas para muchas familias y cuando empiezan a crecer suponen un problema. Por ello, antes de regalarlos hay que hablar y sopesarlo todo; ser conscientes de que a ese cachorro hay que educarlo, enseñarlo y tener paciencia”.
Para adoptar un animal en el Albergue Comarcal de Valle Colino se debe ser mayor de edad, venir con una fotocopia del DNI, pagar una cuota de unos 54 euros y someterse a una pequeña entrevista. Asimismo, para los canes PPP es imprescindible la licencia administrativa.
“Necesitamos reparaciones”
Valle Colino depende de cuatro municipios: La Laguna, Santa Cruz, Tegueste y El Rosario, y sus trabajadores acuden solo cuando son reclamados por la Policía Local. Este aspecto es muy importante, ya que “muchas personas piensan que podemos atender la llamada de un usuario particular y no es así”, recalca Guillermo.
La desinformación trae consigo situaciones desagradables que ponen en un serio compromiso al personal del albergue. “Hay personas que nos dejan atado al perro en la puerta, se van y cuando salimos nos lo encontramos. Al estar dentro de uno de estos municipios, tenemos que cuidarlo y darle todo lo que necesite”. insiste.
A todo ello se suma la necesidad de reformar las instalaciones cuanto antes, algo en lo que el portavoz hace hincapié: “Tenemos deficiencias estructurales muy importantes, sobre todo por el espacio, que es muy corto para la cantidad de animales que albergamos”.
No obstante, Guillermo Alberto Pérez-Andreu explica que ha habido reuniones con los cuatro ayuntamientos que sustentan el albergue para sellar un nuevo convenio que incluya un aumento del presupuesto. Una medida necesaria si tenemos en cuenta que “los gastos están muy por encima de lo que ingresamos”.
Asimismo, reconoce que existe una implicación por parte del Cabildo de Tenerife que agradece sin ambages. “Recientemente vino el vicepresidente Enrique Arriaga y mostró su predisposición para tomar medidas inmediatas”.
“Esto no es por gusto, sino por una necesidad imperiosa. El albergue que más animales tiene en Canarias, un centro de referencia, debe dar ejemplo”. Y para ello, necesitan premura en la solución de sus demandas.