Clasificado a mediados de diciembre para la siguiente ronda de la Basketball Champions League ganando por 86-60 a uno de los tres unicos equipos que te han ganado en lo que va de campaña y, el domingo, a defender en liderato de la Liga Endesa frente al Real Madrid.
Si eso se lo dicen hace cinco años, o uno, o tres meses a un aficionado del CB Canarias quizás lo podría creer, pero más por el amor y la pasión y los colores que apelando a la lógica. La clave del Lenovo Tenerife actual es que no tiene lógica. Hace cosas que se salen de las ideas, las opiniones o las creencias de cualquiera. Cree, cree y vuelve a creer. Y verlo jugar es una gozada.
Ayer todo fueron buenas noticias. Regresó Bruno Fitipaldo después del golpe recibido en Badalona. El equipo no mostró su mejor versión la pasada jornada, pero se desconectó tras la lesión del uruguayo. El equipo entró en shock, no reaccionó, así que volver a verlo competir, además de una alegría, era necesario. Bruno respondió, no se vio con miedo y la gente se lo supo agradecer con una ovación.
Fran Guerra sigue siendo Fran Guerra. No es sencillo salir después de Giorgi Shermadini, que ‘te fichen’ a Diagne y tener que demostrar mucho en poco tiempo, pero el grancanario va y lo hace. Aporta en todos lados, mete al público en el partido y en días como ayer hasta mete triples.
Y ayer volvió a jugar Sergio Rodríguez. En un lugar, como Tenerife o Canarias, o en general, dado a buscar problemas en lugares en los que no los hay, a veces, es importante que se vean las cosas tal como son. Sergio jugó, tuvo minutos e intentó aprovecharlos. No hay más. Es cierto que en este equipo, y esta plantilla, tener minutos es muy, muy complicado, pero ahí estuvo el de Los Realejos. Un tipo fenomenal.
Arranca a tope
Gran inicio de partido, con los dos equipos inspirados en ataque (10-6) cuando no se habían jugado tres minutos. Una buena racha permitió al Peristeri empatar a 12 aprovechando los balones perdidos de los locales.
Bruno Fitipaldo, tras el golpe que se llevó en Badalona, volvió a vestirse de corto cuando Vidorreta comenzó a rotar. En un partido divertido, atractivo, Fran Guerra se erigió en referente de los suyos para lograr las primeras diferencias importantes.
Al final del primer cuarto, los aurinegros lograban ir por delante (27-18).
El Lenovo Tenerife toma distancia
Spanoulis tuvo que parar el duelo porque el Lenovo Tenerife descolocaba una y otra vez a su equipo (36-22). Los de Vidorreta lograban desarbolar en ataque a su oponente que, literalmente, no llegaba en defensa.
A partir de ese momento las diferencias comenzaron a ser importantes. Más allá de la buena actuación de Guerra (15 puntos al descanso) los insulares dominaban todas las facetas del juego.
Spanoulis, que intimida viéndolo en el banquillo, buscaba soluciones, pero no las encontraba. Poco a poco, como suele hacer, los aurinegros iban mermando a su rival, golpeando una y otra vez, llegando al descanso con 46-29.
Salió bien el Canarias, consiguiendo que el Peristeri fallara dos pases y castigando el aro rival gracias al tiro exterior de Sasu Salin. Spanoulis, contrariado, volvió a pedir un tiempo muerto con 54-31.No parecía el Peristeri de la ida, pero era mérito local, no demérito de los griegos.
Vidorreta no quería sustos. Cuando los griegos se acercaron (58-41) pidió un tiempo muerto a falta de dos minutos para el final del cuarto. El parón funcionó, porque la chispa de los griegos se apagó con la misma facilidad que se había encendido.
Elgin Cook, cada vez que estaba en pista, acaparaba el parqué en defensa, ayudando, cubriendo líneas de pase… El Lenovo Tenerife era incontenible (65-42).
Una de las virtudes del Lenovo Tenerife es que compite hasta el final, vaya ganando o perdiendo. Es insaciable, como se pudo ver en los últimos diez minutos.
Vidorreta puso en pista a Diagne con Fran Guerra, dio minutos a Jaime Fernández y Sergio Rodríguez y el equipo no lo notó. El 80-50 iba camino de escándalo, así que Spanoulis paró el encuentro a la espera de que pasara la tormenta.
El 86-60 final mete a los de Vidorreta en el Sweet 16 de manera directa, sin tener que disputar eliminatorias previas, una ventaja en un calendario tan cargado.