El 7 de enero de 1988, cuando aún continuaba la resaca de la llegada de los Reyes Magos y la Isla se preparaba para un año que muchos decían sería convulso en la económico, una noticia recorrió calle por calle: Greta Garbo había muerto en Tenerife.
Estamos ante un caso sumamente llamativo, un rumor que fue creciendo en una época en la que los teléfonos móviles sonaban a ciencia ficción con una de las mayores artistas de Hollywood de la historia que, por otro lado, no tenía relación alguna con Tenerife.
Desde medios de toda Europa se llamó a las redacciones de la Isla tratando de confirmar una impactante noticia: Greta Garbo había muerto en Tenerife. Concretamente se había sucididado.
Una estrella de cine en Tenerife
Nacida en 1905 en Suecia como Greta Lovisa Gustafsson, Greta Garbo está considerada una de las primeras estrellas de Hollywood. Hija de Karl Alfred Gustafsson, trabajador de la limpieza, y Anna Lovisa Karlson, empleada del hogar, comenzó a trabajar muy joven en unos grandes almacenes de Estocolmo, lo que le dio la oportunidad de desarrollar una importante carrera como modelo.
Se matriculó en la Real Academia Dramática de Estocolmo para aprender Interpretación.Fue en la academia donde la actriz sueca conoció a Frans Enwall, un profesor que la recomendó al director Eric Petscher. Debutó en el cine en la película “Pedro El Tramposo” (1921).
Conocida con los apodos de La divina, La esfinge y La mujer que no ríe, el ascenso de Greta Garbo como estrella fue en los últimos años del cine mudo, pero la llegada del sonoro no perjudicó a su carrera. Películas como Mata Hari, La reina Cristina de Suecia y Anna Karenina afianzaron la leyenda, aunque nunca ganó un Óscar, solo el honorífico en 1954.
Un relato perfectamente ideado
Aquel 7 de enero de 1988 la noticia (el rumor) corrió como la pólvora. Greta Garbo habría decidido alojarse en unos apartamentos de Los Cristianos, para lo que habría utilizado un nombre falso -polaco-, para no levantar revuelo.
Allí, con muchos problemas médicos, habría decidido acabar con su vida ingiriendo barbitúricos. La Divina habría decidido abandonar este mundo en Tenerife, por lo que agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional se movilizaron al momento.
Fueron agentes de la Policía Nacional los que llegaron a entrar a un grupo de apartamentos ubicados en Los Cristianos, comenzando una investigación acerca de lo que había sucedido, pero no encontraron ni rastro de Greta Garbo que, por otro lado, contaba ya con 82 años y vivía casi en su cama, en su lujosa casa de Nueva York,
Los que descubrieron los agentes en aquellos apartamentos fue a una ciudadana irlandesa, de 57 años que, desgraciadamente, había decidido suicidarse en aquel lugar. El boca a boca provocó aquella confusión.
Al día siguiente los diarios hablaban de lo ocurrido, no como la muerte de Greta Garbo en Tenerife, sino de un rumor, una noticia fake, que puso en vilo a la Isla y sobresaltó a las redacciones de radios y periódicos.
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