“Mientras no dormimos o comemos, trabajamos”. Nayra y Daniel resumen con esta frase lo que cuesta generar ingresos con la creación de contenidos en Internet. Antes de contestar nuestra llamada, estaban editando fotos y preparando un nuevo vídeo para su perfil en Youtube y redes sociales, “Borrón y ruta nueva”, que utilizan para compartir su trabajo audiovisual. Hace poco más de dos años, tomaron una decisión que cambió su vida por completo: dejaron su casa adosada en Tenerife por una autocaravana Benimar Amphitryon 997, convirtiéndose en nómadas digitales y mostrando al mundo cómo es vivir en un vehículo de estas características, las rutas que hacen, los testimonios de otros aventureros que el destino ha puesto en su camino, consejos prácticos para pernoctar o para desplazarse a otros países con mascota, entre otras cosas. Trufa, una pequeña compañera de cuatro patas, los ha acompañado en su primer gran viaje por Europa, que comenzó en Huelva y terminó en Cabo Norte (Noruega), donde Daniel le reveló a Nayra la sorpresa que le tenía preparada.
Esta pareja tinerfeña tiene claro que no volvería a su anterior estilo de vida, marcado por las prisas, la hipoteca, las facturas y un empleo que les impedía disfrutar de lo que más les gusta. “Ni de coña”, responde Nayra cuando le preguntamos sobre esta posibilidad. “Necesitábamos este cambio. Y ahora que lo hemos conseguido, nos hemos dado cuenta de que la decisión era la acertada. No viviríamos en un piso o una casa; el contacto con la autocaravana y el mundo camper es lo que realmente queremos”, afirma. Daniel, después de todo lo que les ha costado poner el proyecto en marcha, también lo consideraría un “fracaso”. Ahora, la rutina diaria y las prioridades de ambos son diferentes. “Hemos aprendido a valorar todo desde una perspectiva mucho más desprendida, consciente, libre, sencilla, fuera de convencionalismos y materialismos”, coinciden.
El precio de la “casa rodante” en la que viven y viajan ronda los 85.000 euros y cuenta con todas las comodidades. Podría decirse que el espacio es prácticamente lo único que la distingue de una vivienda convencional. Tienen cama de matrimonio, armarios, ducha, baño, cocina con tres fuegos, fregadero, nevera, congelador, sillones y hasta dos televisores.
“Nos autoabastecemos con la energía solar y la del vehículo”, explicaba Daniel en agosto de 2021, un día antes de coger el barco que les llevó a tierras andaluzas para cruzar la Península, Francia, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Noruega. En diciembre de ese mismo año, hicieron una pausa en su viaje para regresar a la Isla, celebrar la Navidad con sus familias y resolver una serie de trámites. Después de las fiestas, retomaron la aventura, que finalizó definitivamente en diciembre de 2022. “La vuelta a casa duró un mes y medio. Hicimos 25.000 kilómetros, que se dice pronto”, apunta Nayra.
Conducir en condiciones extremas
Embarcarse en aventuras de este tipo conlleva una serie de riesgos, sobre todo cuando uno no está acostumbrado, por ejemplo, a circular bajo ciertas condiciones meteorológicas adversas y tu medio de transporte es tu propio hogar. “Fue terrorífico conducir un vehículo de 3.500 kilos sobre el hielo y la nieve sin experiencia alguna”, confiesa Daniel. “En alguna ocasión, me paré al lado de la carretera y le dije a Nayra que debíamos decidir si seguir adelante o no, porque existía la posibilidad de perderlo absolutamente todo”, añade. Ella, en la misma línea, corrobora las palabras de su pareja y asegura que “fueron momentos muy frustrantes y tensos”.
Pero la aventura no podía terminar así, sin llegar a Cabo Norte, un promontorio que se encuentra en la isla de Magerøya, en el norte de Noruega, del que se enamoraron nada más verlo. “No paramos de exclamar, de llorar… Los fiordos, la naturaleza, los animales… Estábamos como niños pequeños”, describe Nayra, casi sin encontrar palabras que abarquen todo lo que sintieron aquellos días.
“El viaje empezó siendo fascinante y terminó siendo indescriptible. Aprendimos un montón”, señala la joven periodista. Daniel también celebra el hecho de haber cumplido el objetivo y desvela el que ha sido, posiblemente, el momento más romántico de su relación con Nayra. “Ella no lo sabía. Yo llevaba un anillo y le pedí matrimonio allí”, cuenta.
“Me quedé petrificada, porque no me lo esperaba para nada. Durante tantos meses viajando con el anillo… Fue una sorpresa increíblemente bonita, para mí insuperable. Habíamos pasado muchos nervios y, evidentemente, disfrutamos mucho ese momento. Fue el mejor final para el viaje”, afirma Nayra.
Marruecos, “una bofetada de realidad”
La pareja tinerfeña también tuvo la posibilidad de pasar un mes en Marruecos, un país que ha dejado una huella imborrable en ellos. Han escrito un libro sobre su viaje que, según Daniel, “fue una bofetada de realidad, ya que teníamos prejuicios y nos daba miedo”. Sin embargo, destaca que “nos trataron con una hospitalidad que no hemos recibido en ningún otro país”. Para Nayra, “fue una sorpresa continua, como Noruega, pues tiene muchos contrastes que lo hacen muy intenso. Nos enseñó mucho como viajeros y como personas. No era un lugar que nos planteáramos y, mira, lo repetiría”.
Sobre su obra, comentan que están a punto de subirla a Amazon para venderla en formato físico y digital. Es una guía para resolver las dudas de aquellos que quieran viajar al país alauí en una caravana o camper, incluyendo problemas que la gente cree que encontrará en este destino con un vehículo de estas características: cómo viajar con una mascota, la documentación necesaria, cómo obtener suministros, gasolina, dónde se puede pernoctar, etcétera”. En líneas generales, se trata de un libro interesante que puede ser muy útil para los viajeros.
“Borrón y ruta nueva” acumula 12.700 suscriptores en Youtube y casi 9.000 seguidores en Instagram. Nayra y Daniel aseguran que si bien necesitan un empujón más para poder dedicarse exclusivamente a la creación de contenidos, no se rendirán hasta lograrlo. Por el momento, pueden decir con orgullo que han inspirado a otras personas que les han contactado para decirles que han decidido seguir sus pasos. “Es un subidón pero nos asusta, porque también es una responsabilidad”, sostienen. Al final, el éxito de este proyecto radica en que ellos solo quieren mostrar la realidad de un modo de vida que no es mejor ni peor, sino simplemente diferente.