Hindúes venidos de todas partes de Tenerife, aunque mayoritariamente del sur de la Isla, se dieron cita ayer en Costa Adeje para celebrar un año más la llegada de la primavera, que en esta religión originaria de la India se celebra con un gran festival de colores que denominan Holi.
Ni siquiera el calor, en torno a 30 grados durante las seis horas que duró -desde el mediodía hasta las seis de la tarde- apagó los ánimos de los indios, de los turistas y de muchos tinerfeños que cada año se suelen apuntar a una ceremonia singular, llena de colorido y de “buen rollo”, a pesar de que todo termine con horas debajo de la ducha para quitarse de encima la pintura y el polvo de colores que ayer se lanzaron para convertir el aparcamiento de la avenida de Moscú en un gran arco iris viviente, envolviendo a unas dos mil personas.
El Holi estuvo organizado por la Asociación Hindú Tenerife Sur y ST eventos y contó con la colaboración del Ayuntamiento de Adeje. No solo fue un festival de colores, en forma de pintura o polvos, sino que también contó la cita con diferentes DJ de la India y locales, bailes típicos hindú, duchas artificiales, fiesta de espuma y comidas de diferentes países, obviamente, especialmente de la India.
La celebración del Holi consiste esencialmente en lanzar polvos de colores brillantes y agua coloreada como símbolo de felicidad por la llegada de la primavera, tratando de emular los alegres colores de las flores que nacerán durante la estación venidera. Los colores mayormente utilizados fueron ayer negro, azul, rojo, rosa, morado y blanco.
El festival Holi, al que también se denomina Rangwali Holi o Dhulhenduna, de las imágenes más sorprendentes de la India. Tanto es así que los primeros comerciantes europeos y los colonizadores británicos ya dejaron testimonios escritos en el siglo XVII. Ocurre en todo el país: una nube de color se levanta sobre una muchedumbre que baila y se agita feliz. Se arrojan polvos de colores con total libertad, los cuerpos y las ropas quedan cubiertos totalmente por los pigmentos.
Es el Holi, el festival de los colores, que cada año se celebra alrededor de los meses de marzo y abril en la India y Nepal. Ese día, en la mayoría de localidades indias y nepalíes se concentran personas de diferentes castas, condiciones sociales, religiones y edades con un único objetivo: pasárselo bien, aunque inicialmente la ceremonia, tras una hoguera, comenzara en una lucha entre el bien y el mal.
Ahora, la fiesta ha dejado de ser religiosa para ser pagana, a semejanza de lo que ocurre con nuestro Carnaval, quizás por eso ayer se dieron cita casi tantos tinerfeños, ansiosos aún de seguir de fiesta, en esta ocasión llegando de punto en blanco y saliendo disfrazado de colores. La primavera ya está aquí.