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La Ruta del Agua nos transportó al ‘nacimiento’ de Adeje

El barranco del Infierno y la Casa Fuerte fueron los principales escenarios ayer de un recorrido costumbrista organizado por el Grupo de la Escuela de Folclore Municipal
La Ruta del Agua nos transportó al ‘nacimiento’ de Adeje
En la Ruta del Agua nunca falta la rogativa a los santos para que llueva, una tradición centenaria. / Domingo Rodríguez Matías

El Grupo de la Escuela de Folklore de Adeje llevó a cabo ayer la escenificación de la Ruta del Agua, propuesta escénica que surgió en el año 2016 con el propósito de rememorar la historia, tradiciones, oficios y costumbres que transparentaron la relación del pueblo adejero con el agua.

A lo largo del recorrido, que se inició en el barranco del Infierno y finalizó en la Casa Fuerte, en el casco de Adeje, se pudieron descubrir los símbolos y la historia de una sociedad vinculada y dependiente de este recurso imprescindible.

Adeje fue un lugar privilegiado siglos atrás, en el contexto del sur. Zona esta, con el mayor número de nacientes en el área meridional de la Isla; dos en lo alto del barranco de Erques, tres en El Aserradero, dos en el barranco del Infierno; uno en la cabecera del barranco del Agua, otro al pie del Roque de los Brezos y, por último, el que estaba situado junto al Roque de Imoque.

Adeje, en el sur, fue lugar de asentamiento de un importante grupo de población guanche. Al frente de este, el Gran Tinerfe, amo de tierras y hombres de esta Isla. Tras la conquista en el sur, Adeje y su agua jugaron un papel imprescindible. Los recursos hídricos procedentes del barranco del Infierno (Río de Adeje), corrían por su cauce hasta desembocar en el mar.

A mediados del siglo XIX Pascual Madoz describía así Adeje: “El terreno presenta un aspecto triste y monótono en la parte ocupada por los cerros que limitan el Valle; en lo demás es delicioso, y comprende las tierras más pingues que por todo este lado de la isla se hallan; las aguas suficientes para el riego, la rambla llamada del infierno, la cual desciende desde lo más elevado de las montañas por el canal que en su fondo forma el barranco del Agua”
Históricamente, la presencia del agua posibilitó el desarrollo del municipio y dio lugar a la construcción de numerosas infraestructuras hidráulicas que aún se conservan. Con esta ruta se pretende poner en valor los bienes inmuebles como la Casa Fuerte; sus muros son el perfecto escenario para la representación de la vida de las generaciones pasadas en torno al agua.

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