Por primera vez, se ha demostrado que el ribósido de nicotinamida (NR), un suplemento dietético presente en la vitamina B3, puede entrar en el cerebro y alterar el metabolismo de vías biológicas implicadas en enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. Esto es significativo ya que la mayoría de los medicamentos disponibles actualmente para tratar esta enfermedad solo tienen un efecto leve sobre los síntomas, sin frenar su progresión.
Christopher Martens y el Dr. Dimitrios Kapogiannis han descubierto que el nicotinamida ribósido (NR), un suplemento dietético que se convierte en nicotinamida adenina dinucleótido (NAD+) tras su ingesta, puede introducirse en el cerebro y alterar el metabolismo de vías biológicas implicadas en patologías neurodegenerativas como el alzhéimer. La pérdida de NAD+ se relaciona con la obesidad y hábitos de vida perjudiciales, y se necesita más NAD+ para contrarrestar esas consecuencias negativas, por lo que es más probable que se agote ante los hábitos de estilo de vida negativos.
El estudio liderado por Martens busca determinar si un mayor consumo de NR tiene un efecto aún mayor en personas con deterioro cognitivo. Además, el equipo espera probar si un aumento en el uso de NR mejora la cognición y, en última instancia, si puede usarse para retrasar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa.
Efectos de NAD+ en pacientes con alzhéimer
Martens y su equipo midieron los niveles de NAD+ en vesículas extracelulares que se originaron en las neuronas y acabaron en la sangre, lo que proporciona biomarcadores sanguíneos para los trastornos cerebrales y una “biopsia líquida” de las neuronas. Esto permite a los investigadores tener una visión única de lo que hay en el interior de las neuronas.
Asimismo, Martens explica que cada vesícula posee una firma molecular única en su superficie, incluyendo proteínas que brindan pistas sobre su origen. En su estudio, seleccionaron vesículas que portan marcadores característicos de las neuronas, lo que les permitió medir NAD+ directamente en ellas y tener una idea de lo que sucede en las neuronas y en el cerebro en relación al consumo de NR.
En su primer ensayo clínico, los investigadores determinaron que los niveles de NAD+ aumentaban en las vesículas extracelulares al cabo de seis semanas. Christopher Martens, profesor asistente de kinesiología y fisiología aplicada y director del Centro de Investigación del Envejecimiento Cognitivo de Delaware, explica que “cuando NAD+ aumenta en estas vesículas, vemos una asociación con algunos de los biomarcadores de enfermedades neurodegenerativas”, y que “en particular, en las personas en las que vimos un aumento en NAD+ también vimos cambios en biomarcadores como beta amiloide y tau, que están relacionados con la enfermedad de Alzheimer”.
Además, el equipo de científicos encontró una correlación entre estos biomarcadores neurodegenerativos y el cambio en NAD+. Martens ha dicho que “eso nos dice que el NAD+ no solo está entrando en el cerebro, sino que probablemente también tenga algún efecto en su metabolismo y múltiples vías interrelacionadas”.
Los resultados de la investigación publicados en Aging Cell muestran que algunos de estos biomarcadores basados en sangre se podrían utilizar en el futuro para determinar si el agotamiento de NAD+ es una causa de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. Incluso es posible que este tipo de pruebas se puedan incorporar como pruebas de rutina en la población general.
Christopher Martens y el Dr. Dimitrios Kapogiannis están actualmente llevando a cabo un ensayo clínico con adultos con deterioro cognitivo para determinar si un mayor consumo de NR puede mejorar la cognición de estas personas y si se podría utilizar para retrasar la progresión de las enfermedades neurodegenerativas. Los resultados de este ensayo podrían ser un paso importante en el desarrollo de tratamientos efectivos para la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.