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Un canario entre los canarios de Texas

DIARIO DE AVISOS, testigo directo de la Fiesta Canaria en San Antonio de Texas; el colectivo formado por los descendientes de los isleños fundadores mantiene muy viva la memoria de sus antepasados
Un canario entre los canarios de Texas

Por Luis Javier Velasco Quintana. El pasado domingo 12 de marzo, la Canary Islands Descendants Association (CIDA) de San Antonio de Texas celebró, como cada año, la fundación de su emblemática ciudad en 1731, acontecimiento histórico en el que tuvieron un protagonismo esencial las dieciséis familias canarias que ese año arribaron por aquellos remotos parajes. Poco podían imaginar aquellos canarios, procedente de La Palma, Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, que pasarían a la historia, con mayúsculas, de la primera potencia mundial.


DIARIO DE AVISOS quiso acompañar este año a los descendientes de aquellos pioneros en su homenaje y reivindicación de sus raíces isleñas, compartiendo con ellos la emotiva y ya tradicional efeméride de la historia de San Antonio. El acto se celebró en la catedral de San Fernando de San Antonio, abarrotada de devotos fieles durante una cálida y casi veraniega jornada dominical, siendo presidida y oficiada por su rector, el Padre Carlos Velázquez
Como ofrenda simbólica, el colectivo de descendientes de los canarios presentó el pan y el vino que se usaría en la consagración, acción que recayó en la figura de su actual presidente, Freddie T. Bustillo, quien junto a su hija y nietos se presentaron ataviados para la ocasión con trajes típicos canarios. Sin duda, es imposible no sentir una mezcla de desconcierto y nostalgia al contemplar, a miles de kilómetros distancia y en un contexto sociocultural tan distinto al de Canarias, nuestras vestimentas, bandera y música.


El oficio religioso resultó conmovedor y hermoso. Una vez finalizada la misa en la catedral, los asistentes se desplazaron en solemne procesión unas cinco manzanas por E. Commerce St., hasta llegar al célebre restaurante Casa Río, en donde se realizó un concurrido almuerzo con los familiares, miembros de la asociación, invitados y asistentes.

Canary Islands Descendants Association
Creada en 1977, la asociación que mantiene viva la memoria canaria está conformada por los descendientes de los isleños fundadores, cuyos miembros remontan su historia a las dieciséis familias primigenias que se establecieron en San Antonio, Texas, el 9 de marzo de 1731. Este contingente de 56 canarios alcanzó el Presidio de San Antonio de Béxar después de recorrer más de 9.000 km., para establecerse en un territorio poco poblado por los colonos, aunque sí por varias tribus de indios nativos norteamericanos. Aquellos expedicionarios fueron los responsables de crear la primera comunidad civil autorizada por la Corona Española, así como el primer gobierno municipal en Texas.


La Asociación cuenta en la actualidad con unos 350 miembros, presididos Freddie T. Bustillo. Tanto él como, como su vicepresidente Anthony Delgado, nos dispensaron todo tipo de atenciones, facilitando que pudiéramos ser testigos directos de aquella jornada de fiesta, y cronistas de su día a día.


Esta asociación es el fruto de la ilusión y entusiasmo de un grupo de tejanos norteamericanos, en los que convive el orgullo de ser estadounidense con el saber que tienen un vínculo indisoluble con unas pequeñas y lejanas islas situadas al otro lado del Atlántico.


De ello da fe el hecho de que durante años sus integrantes han ido confeccionando y adquiriendo los trajes típicos que hoy exhiben, recreando el vestuario de típico de «magos» de Tenerife, junto con otras confecciones textiles y accesorios de otras islas. Además de honrar la memoria de sus antepasados, también han dedicado energías y recursos para fomentar y promover la investigación genealógica e histórica de sus ascendentes, así como la importancia de sus logros como colectividad social, etc. Son impulsores también de una programación educativa en las escuelas, para dar a conocer las raíces isleñas del enclave, manteniendo, en palabras de Freddie “su historia viva y saludable, para el beneficio de todos”. Junto con el conocimiento de la Historia de Canarias, procuran estar al corriente de las noticias que les llegan, realizando incluso varios viajes a nuestras islas, reuniéndose con las autoridades políticas regionales, etc., todo ello conforme a sus posibilidades. Loable fue el esfuerzo que realizaron en 2021 por recaudar fondos para ayudar a los damnificados del Volcán Tajogaite, en La Palma, sintiendo como propia dicha desgracia. También, entre otros servicios que prestan, está el de la concesión de becas para cursar estudios, que cada año premian y ayudan a los solicitantes y agraciados.


Ellos rememoran la proeza que realizaron estas diez primeras familias que, en agosto de 1730, y a las que posteriormente se le unieron seis más, sumando dieciséis, que desembarcaron en Veracruz, Méjico, y que realizaron un largo camino a pie para llegar al actual San Antonio, realizando más de dos mil kilómetros en ese trayecto de seis meses de duración y en condiciones muy duras. Al finalizar, solo cincuenta y seis personas de las dieciséis familias (procedente de Lanzarote mayoritariamente), pudieron realizar el acto fundacional, según autorizaba la Real Cédula firmada por el rey Felipe V, de marzo de 1730, para su asentamiento en los nuevos territorios. Finalizando su periplo en la Villa de San Fernando, el 9 de marzo de 1731; conocida actualmente como San Antonio de Texas.


Para ser sinceros, nos resultó muy emotivo el cruce de sentimientos que obtuvimos al ver la dignidad con la que estas personas entusiastas (tal vez familiares lejanos nuestros) transitaban por las calles de San Antonio, bien orgullosos de sus orígenes, y dando la nota de color con sus llamativos trajes típicos canarios, tiñendo de alegre color rojo las aceras, portando sendos estandartes con la isla de procedencia y los apellidos de cada una de las familias fundadoras. En momentos como estos es cuando uno toma conciencia de la universalidad de nuestro Archipiélago Canario, cómo la impronta canaria se ha extendido por el orbe sin caer en la cuenta y ser conscientes de ello. Y al poder disfrutar, en una sola mirada, de la moderna ciudad norteamericana en contraste con un grupo de personas ataviadas al estilo canario; desde luego, esto no se ve todos los días, y confieso que, al recordarlo, se le hace un nudo en la garganta por la emoción. Algo digno de ser vivido, de ser sentido.


Con nuestra presencia en el acto quisimos dar testimonio de nuestra gratitud y homenaje por todo su gran esfuerzo, para que pudieran tomar conciencia de que su actividad también estaba siendo vista desde nuestras islas; que no están solos. Su dedicación, la reivindicación de su pasado, con su iniciativa por la creación del monumento a los Fundadores Canarios, en la forma de varias estatuas en la plaza, la Virgen de La Candelaria en la Catedral, en la que también participaron los isleños durante su construcción; la petición que realizaron para que la plaza principal pasase a llamarse Plaza de Las Islas Canarias, etc., nos han hecho sentir un especial orgullo y gratitud por sus desvelos.


Tal vez, en todos ellos, aún anide ese sutil eco que aún resuena en sus almas, procedente del arrullo del mar de unas islas volcánicas, cuya impronta imborrable les hace añorar el poder regresar algún día, aunque sea de vacaciones, a donde nacieron sus antepasados y a modo de reconexión, ¿quién sabe? Unos ecos isleños que aún sigue llamándoles, pese a las generaciones que han pasado y a los casi trescientos años desde aquel viaje de ida. Y eso, sin duda, hay que agradecerlo y valorarlo como corresponde. ¡Muchas gracias!

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