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La tinerfeña Dolores Corbella defiende el panhispanismo “que todo canario lleva implícito” en su ingreso en la RAE

La filóloga leyó su discurso l 'Un mar de palabras'
EM VIVO | La catedrática de la ULL Dolores Corbella lee su discurso de ingreso en la RAE

La filóloga canaria Dolores Corbella ha ingresado este domingo en la Real Academia Española, donde ocupará la silla “d”, una nueva incorporación que, según ha destacado, supone para la institución “una reafirmación de ese panhispanismo que todo canario lleva implícito”.

Corbella (Santa Cruz de Tenerife, 1959) ha ingresado esta tarde en la RAE tras la lectura de su discurso “Un par de palabras” y tras ser elegida por el pleno de la institución en febrero de 2022, después de que su candidatura fuera presentada por los académicos Emilio Lledó, José Antonio Pascual y Carme Riera.

La canaria, que sustituye en la silla “d” a Francisco Rodríguez Adrados, fallecido el 21 de julio de 2020, ha agradecido su nombramiento con la “certeza” de que su incorporación a las tareas académicas supone una “reafirmación de ese panhispanismo que todo canario lleva implícito, como puente que une la inmensidad del océano”.

De ahí el título de su discurso, ‘Un mar de palabras’: “Porque esos miles de voces que el español atesoró gracias a aquella primera globalización atlántica de hace algo más de quinientos años tuvieron unas consecuencias inimaginables, no solo en cuanto al enriquecimiento lingüístico, sino también por la aceptación implícita de una complejidad cultural que ha contribuido a conformar una lengua tan extensa y heterogénea”.

Como lexicógrafa, la catedrática de Filología Románica de la Universidad de La Laguna ha centrado su discurso en el “oficio del lexicógrafo, del hacedor de diccionarios” y ha destacado el valor patrimonial de cualquier empresa lexicográfica “como palacio de la memoria”.

Consciente de que en la actualidad se vive “un momento de muchos cambios” y de que en un futuro muy próximo “los diccionarios de uso dejarán a un lado este tipo de ordenación tan fija”, ha asegurado que su contenido “seguirá reflejando nuestra particular imagen del mundo”.

“Los diccionarios -ha apuntado- son testimonios de una civilización y, como objetos culturales, constituyen un lugar privilegiado de referencia y un archivo de todos los saberes”.

En sus palabras también ha recordado a otras lexicógrafas cuyos trabajos “quedaron silenciados tras las siglas de sus obras”, como María Moliner, María Goyri, la canaria María Rosa Alonso; la romanista y dialectóloga Josefa Canellada, Elena Zamora, directora del Diccionario del estudiante, y Olimpia Andrés, coautora, junto a su maestro Manuel Seco, del Diccionario del Español Actual.

Además, ha afirmado que los lexicógrafos son “arqueólogos de las palabras” y que sus “palacios” son los diccionarios, que “contienen la memoria de este riquísimo patrimonio inmaterial que nos identifica, las voces propias de nuestros saberes y creencias, las terminologías populares y los vocablos de nuestra cotidianidad”.

“El diccionario más importante de una lengua, en el que se basan o deben basarse todos los demás, es sin duda el diccionario histórico, porque incluye todos los vocabularios parciales que podamos imaginar y constituye o debe constituir el fundamento de cualquier proyecto lexicográfico”, ha puntualizado.

La nueva ocupante de la silla d ha finalizado su discurso “convencida” de que su compromiso con la Real Academia Española le permitirá continuar con esta tarea de “seguir descubriendo y valorando la riqueza de una lengua tan extensa” que, con el paso del tiempo, ha demostrado que “ni tan siquiera la inmensidad del mar constituye un obstáculo infranqueable para su unidad”. 

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