los realejos

La voz de Los Realejos se jubila

Isidro Felipe Acosta fue el primer responsable de prensa del Ayuntamiento norteño y el que consiguió que el municipio tuviera su espacio en los medios de comunicación de la Isla
El periodista, fotógrafo y cronista Isidro Felipe Acosta se despide del Ayuntamiento de Los Realejos, donde trabajó durante 33 años.
El periodista, fotógrafo y cronista Isidro Felipe Acosta se despide del Ayuntamiento de Los Realejos, donde trabajó durante 33 años. DA

Si el autodidactismo tendría nombre ese sin duda sería el de Isidro Felipe Acosta. Cronista, fotógrafo, creador, viajero incansable, amante de la ornitología y de las tradiciones, defensor de su pueblo y muchas cosas más, entre las que destacan el haber sido el primer responsable de prensa que tuvo el Ayuntamiento de Los Realejos.

Pero por sobre todas las cosas, fue la persona que consiguió que el municipio tuviera voz en los medios de comunicación en una época en la que el Puerto de la Cruz era el centro de la información como primera ciudad turística de Canarias.

Su relación con el mundo de la comunicación y la prensa en particular fue por casualidad. Isidro terminó sus estudios muy joven -llegó hasta sexto de bachiller- debido a que su padre falleció y tanto él como su hermano tuvieron que salir a trabajar para mantener a la familia.

En pleno auge turístico ambos se dedicaron a la hostelería, en su caso concreto como cocinero, una actividad cuyos horarios le resultaban incompatibles con los estudios.

Su espíritu curioso lo llevó a fundar junto con un grupo de amigos el movimiento ornitológico Halcón Tagarote que fue presidente y a organizar algunas campañas de protección de las aves. En 1985 inició en solitario el trabajo para declarar Espacio Protegido a Rambla de Castro. Empezaba a trabajar a las tres de la tarde así que las mañanas las dedicaba a buscar información en la biblioteca de la Universidad de La Laguna. Años más tarde, lo consiguió.

Ese hecho marcó un antes y un después en su vida profesional porque fue su primer contacto con el mundo de la comunicación, al que después de casi cuarenta años, 33 de ellos en el Ayuntamiento, le dice adiós porque se jubila.

A comienzos de los años 90 Los Realejos era un municipio que avanzaba cada vez más, con una actividad política, social y cultural que no paraba de crecer pero sin embargo no salía en los medios y tampoco había un gabinete de prensa como se conoce en la actualidad ni una persona destinada a promocionar el municipio. Por esta razón, le presentó un proyecto al entonces alcalde José Vicente González Hernández para redactar un boletín informativo municipal de carácter trimestral que luego recibió el nombre de La voz de Los Realejos.

El primer ejemplar salió en marzo de ese mismo año y curiosamente, se imprimió en los talleres de DIARIO DE AVISOS, en la calle Salamanca. Se editaban 8.000 ejemplares que él mismo repartía en dos días. Además, buscaba la publicidad y la cobraba. “Había ediciones que casi le salía gratis al Ayuntamiento de la cantidad de anuncios que había”, recuerda.

El éxito de su trabajo derivó en su paso por el desaparecido periódico La Gaceta de Canarias como corresponsal de Los Realejos. En el mismo momento que se entrevistaba con su gerente, se produjo una explosión en los talleres de la pirotecnia Santa Bárbara, un suceso que dejó como saldo el fallecimiento de una mujer de 47 años y su primera crónica.

Permaneció dos meses informando de tres temas que eran de “rabiosa actualidad” en ese momento: la pirotecnia y sus posibles efectos en las Fiestas de Mayo; la aluminosis en tres grupos de viviendas sociales en La Montaña, La Cruz Santa y San Agustín; y la pesadilla del pirómano de Los Campeches.

En junio de ese mismo año el alcalde le propuso hacerse cargo del gabinete de prensa del Ayuntamiento como personal de confianza partiendo de cero en todos los sentidos porque solo contaba con una máquina de escribir, no había ni una sola fotografía y el archivo era una meta por alcanzar.

Fueron tiempos en que había que esperar un día para revelar los carretes de fotos porque el laboratorio estaba en Santa Úrsula que se enviaban en guagua junto con las notas de prensa a la estación del Puerto de la Cruz, donde las recogían los corresponsales.

Su labor no terminaba ahí sino que era una especie de “apagafuegos”. Hacía labores de técnico de turismo porque confeccionaba guías y carteles de promoción y acudía a la feria internacional de Turismo (Fitur) y tras la creación de Radio Realejos, en mayo de 1991, fue su coordinador.

En 1990 creó el Premio Realejeros Destacados, redactó las bases y fue secretario del jurado en numerosas ocasiones. Además, seguía con el reparto del boletín informativo.

Tres años después sacó la plaza de Gestor de Relaciones Informativas, con funciones de Jefe de Prensa, siendo el primer ayuntamiento de España que creó en la relación de puestos de trabajo esta plaza que siempre fue y sigue siendo de confianza.

Sin embargo, él puede presumir de haber trabajado con alcaldes de todos los partidos políticos que siempre respetaron su puesto de trabajo pese a que podían haberlo destinado a otro departamento del Ayuntamiento porque siempre se mantuvo “apolítico”.

Al dejar de ser jefe de prensa, desde 2003 hasta el martes que se despidió de sus compañeros, se ocupó de otras funciones, como maquetación, fotografía, cartelería, folletos y guías turísticas. Así lo exigía la plaza a la que se presentó, que requería a una persona que pudiera hacer diferentes funciones dentro del gabinete, una especie de “bombero”, bromea.

Isidro Felipe ha visto la evolución de un municipio que ha cambiado “radicalmente” respecto a la calidad de los servicios, infraestructuras, instalaciones sociales, deportivas y recreativas, como consecuencia de un “tremendo” desarrollo, “pero la gente sigue siendo la misma y celebrando 80 fiestas”, apunta.

En estos 33 años en el Consistorio ha reunido cientos de anécdotas, pero recuerda especialmente una: cuando llegó a pedir la dimisión en público y mediante escrito oficial de su propio concejal de Urbanismo como presidente del movimiento ornitológico. “Tuve la suerte que eran unas personas con un talante increíble aunque no pude evitar que se mosquearan”, reconoce.

Si de algo se siente orgulloso es de la creación y puesta en marcha del Archivo de Fotografía Histórica que es en la actualidad uno de los primeros de Canarias en su modalidad con más de 15.000 fotografías que van desde finales del siglo XIX hasta los años 60 del XX.

A este material digitalizado se suma un volumen de 25.090 fotografías en formato papel realizadas entre 1990 y el año 2000, de las actividades generadas en ese periodo de tiempo.
Tiene pendiente dos libros, uno casi acabado sobre el turismo en el municipio, y otro sobre tesoros y maravillas del Norte de Tenerife. Este último proyecto lo tiene claro, pero tiene que buscar financiación. Tiempo para hacerlo no le faltará y personas que confíen en su trabajo, tampoco.

Lo ha conseguido hasta ahora porque ha dado muestras de ser un profesional que recibió un cum laude en la universidad de la vida.

En su último día de trabajo Isidro Felipe Acosta no quería despedida pero tampoco no pudo evitarla. Al salir de la Casa Consistorial, el personal de las distintas oficinas empezó a aplaudir hasta el punto que se olvidó de fichar. Él, con una sonrisa y un toque de humor se limitó a decir: “Trabajen muy duro que tienen que pagar a un jubilado más”.

TE PUEDE INTERESAR