La recogida de firmas que hace escasas semanas iniciaron los vecinos del barrio de Argual, en Los Llanos de Aridane, para la limpieza de la represa ubicada en dicha zona, donde proliferan “miles de ranas” que no dejan de croar por las noches, ha surtido efecto. Y es que, en una reunión organizada por el Ayuntamiento el pasado jueves, las autoridades locales confirmaron a los residentes que la empresa propietaria de la infraestructura ya cuenta con licencia para proceder al vaciado de la misma, según relataron a DIARIO DE AVISOS asistentes al encuentro.
Se trata de unos trabajos que consistirán, en una primera fase, en extraer el agua empozada, con lo que se prevé acabar con los mosquitos, cuya presencia suponía para los argualeros un problema de salud pública. Así lo dio a conocer la alcaldesa del municipio, Noelia García Leal, quien acudió a la cita acompañada de varios miembros de la Corporación, incluido el edil responsable de Obras, Fran Leal, y miembros de la oposición.
En lo referente a plazos, las fuentes consultadas por este periódico señalan que las tareas de mantenimiento tendrán un “comienzo inmediato” por parte de la compañía responsable de las instalaciones, que se ha mostrado colaboradora para revertir el estado de la represa y mejorar, por tanto, su entorno. Todo ello, tras las quejas de los vecinos, que llegaron a emplear la plataforma Change.org para instar a las instituciones a reaccionar. Fruto de esa propuesta reunieron más de un centenar de rúbricas -también físicas- que, posteriormente, el miércoles de Semana Santa, fueron presentadas por Registro de Entrada.
Precisamente en el momento en que cuatro representantes acudieron a la casa consistorial para hacer entrega de sus apoyos, el concejal de Servicios, José María Rivera, les avanzó que la empresa había reaccionado y pretendía poner en marcha las labores de limpieza, para lo que el Ayuntamiento le había concedido el permiso pertinente.
LA PETICIÓN
En el citado portal web, Antonio Ramos, residente en las proximidades de la represa, pedía que el enclave “sea limpiado, desinfectado y despojado de toda suciedad”, visto “el grave peligro de salud pública que representa”. Otra afectada, Carmen Hernández, hacía mención en los comentarios de la publicación a que “es, además de un foco de infección y peligro, un auténtico calvario” como consecuencia del “croar incesante de ranas, que perturban el descanso nocturno”.
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