Teno y Jama son dos pastores belgas malinois que forman parte de la Unidad Canina de Medio Natural del Cabildo de Tenerife. Desde principios de año, estos perros han estado trabajando en los espacios naturales protegidos de la isla junto con los agentes de Medio Ambiente, con el objetivo de identificar y marcar sustancias peligrosas para la biodiversidad.
Después de un período de aprendizaje, los canes han obtenido sus primeros resultados en el terreno, logrando identificar varias sustancias tóxicas depositadas sin control en las áreas protegidas. Estos hallazgos se han registrado en sus fichas de trabajo, evidenciando la importancia de su labor.
Isabel García, consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad, ha destacado que el uso de cebos envenenados en el medio natural es una de las prácticas más perjudiciales para los ecosistemas. Además, ha señalado que esta problemática afecta a especies amenazadas de la fauna silvestre. “Gracias al trabajo conjunto de la Unidad Canina y los agentes de Medio Ambiente, se están obteniendo resultados concretos, como el hallazgo de cebos envenenados e incluso cadáveres de animales que ya los han ingerido”, ha asegurado.
El uso de este tipo de venenos es un método no selectivo e ilegal
Durante un reconocimiento por los terrenos cercanos al Paisaje Protegido Costa de Acentejo, específicamente en la zona entre los municipios de Tacoronte y El Sauzal, los perros de la Unidad Canina llevaron a cabo el marcaje de varios paquetes de veneno colocados entre las piedras de un pequeño muro. Este descubrimiento fue seguido por otro hallazgo, en el Parque Natural de la Corona Forestal, en el municipio de La Esperanza. En esta ocasión, los perros marcaron garrafas blancas que contenían paquetes de veneno, los cuales fueron retirados.
En ambos casos, las sustancias identificadas eran ‘Brodifacum’, ‘Alfaclorosa’ y ‘Bromadiolona’, productos pesticidas comúnmente utilizados para el control de ratas y ratones en áreas agrícolas. Estos venenos son considerados métodos no selectivos e ilegales, que suelen utilizarse para eliminar animales que se consideran perjudiciales para la ganadería y la agricultura. Su uso está restringido a zonas cercanas a viviendas, siempre y cuando se coloquen en contenedores de acceso exclusivo para estos roedores.
José Alberto Delgado, jefe de Biodiversidad del Cabildo de Tenerife, enfatizó que el uso de este tipo de venenos amenaza la flora y fauna endémica de la isla de Tenerife. Desde el área de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo Insular de Tenerife, se busca avanzar en el conocimiento y la lucha contra el uso de estos venenos, que representan un riesgo para la biodiversidad local.