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Cruel final para el Lenovo Tenerife ante el Hapoel Jerusalén (68-69)

Los aurinegros pelearán mañana, a partir de las 16.00 horas, con el Unicaja, eliminado por el Baskets Bonn, por la tercera plaza del torneo, que tendrá una final inesperada
Cruel final para el Lenovo Tenerife ante el Hapoel Jerusalén (68-69)

“En baloncesto, lo importante es meter un punto más que tu rival”. La frase resulta una obviedad, pero fue, justamente, lo que ocurrió ayer en Málaga. El Lenovo Tenerife reboteó más que su rival, repartió más asistencias, perdió menos balones y fue mejor en valoración, pero el Hapoel Jerusalén metió un puntos más. Y ganó. Así de sencillo y, a la vez, complicado. El 68-69 final fue un cruel epílogo para un Lenovo Tenerife que desapareció en el segundo y tercer cuarto, para intentarlo, a la heroica, porque es un equipo de carácter, en la última manga.


El Hapoel Jerusalén fue agresivo. Muy agresivo. En cada subida de balón de Marcelinho Huertas, casi en cada bloqueo, trataba de minar poco a poco al brasileño. Algo que ya se sabía, como que iban a buscar, por todos los medios, un tanteador bajo.


El tercer y cuarto puesto lo jugará mañana, a las 16.00 horas, con el Unicaja, que, sorprendentemente, cayó ante el Bonn en esta Final Four tan igualada como loca.
Txus Vidorreta dio entrada de inicio a Fran Guerra buscando más físico y el grancanario respondió en ataque, aunque Hankins anotara los primeros puntos de los suyos (6-4).
El Lenovo Tenerife cogió una pequeña renta gracias a su velocidad en el manejo de balón, mientras que los israelíes apostaban por el contacto físico. Y no poco ( 17-11). El encuentro, de todos modos, se iba a endurecer con el paso de los minutos.


En un partido complicado, de desgaste, el Lenovo Tenerife cerraba el primer cuarto con 18-15 y transmitiendo buenas sensaciones, aunque comenzaran a verse los problemas en el tiro exterior.


En los primeros compases de la segunda manga pocos podrían esperar cómo iban a acabar las cosas.

De poder despegar, a la pesadilla
Salió aún más duro el Hapoel, pero el Lenovo Tenerife lo estaba esperando. Gio fue el amo y señor de la pintura, sacando la segunda falta de Hankins, poniendo el 24-17 y obligando a Dzikic a pedir tiempo muerto. Todo pintaba bien.


La reacción hebrea llegó, otra vez, desde la agresividad y fue a raíz de un fallo en el triple de Salin, que habría disparado a los suyos en el electrónico. En defensa, los israelíes no dejaban pasar un pase de manera limpia, con mucho contacto, tirando de calidad individual en ataque. De ese modo, obligaron a Vidorreta a pedir tiempo con 25-23.


Carrington, con tres tiros libres, empató a 26 cuando el Hapoel se sentía más cómodo que nunca. El parcial llegó a un 3-14, del 25-17 al 28-31 que, si bien no hacía saltar lar alarmas, era preocupante.


El 1 de 10 en triples al descanso era incompatible con un posible triunfo del Lenovo Tenerife. Al descanso, lo mejor era el resultado (30-34), porque los aurinegros solo podían mejorar. O eso parecía.


En el tercer cuarto, el Lenovo Tenerife anotaría los mismos puntos que en el segundo, 12, pero la diferencia estuvo en que el Hapoel, con 18, siguió agrandando la diferencia.

Carrington reventó el tercer cuarto en su inicio. Dos triples y 32-42, máxima renta a favor de los israelíes, para seguir metiendo presión en uno de los duelos más erráticos de los de Txus Vidorreta.


El partido del Hapoel, según su idea para derrotar al Canarias, era casi perfecto, ayudado por el 2 de 18 en triples del Lenovo Tenerife. Los rojos llegaron a estar con 37-52, algo que solo pudo solucionar, en parte, el Canarias, con un arranque de garra al final de la tercera manga (42-52).


Cada subida de balón tinerfeña venía acompañada de una presión asfixiante, con mucho contacto en un duelo que, eso sí, no fue bronco, tampoco violento. El Lenovo no buscaba malos tiros, pero no era su día.

Lo que mal empieza…
El Canarias es capaz de todo. Incluso de dar la vuelta al marcador con un 22% de cierto en el triple. Marcelinho Huertas asumió el mando, intentó esquivar todos los golpes que le dieron y Bolmaro, de tres, puso el 49-54.


En un nuevo ejercicio de heroicidad, el Lenovo Tenerife se multiplicó en ataque y en defensa. Fran Guerra puso por delante a los suyos tras mucho tiempo (59-58) en un momento en el que era a los hebreos a los que les costaba encontrar el camino al aro insular.


Si un error de Salin en el triple pudo ser una de las jugadas clave, otra lo fue un triple más personal de Sánder Bene. Con el Canarias ganando 67-63, Doornekamp llegó tarde (el canadiense insistiría en que no fue falta) y el marcador se igualó a 67. En la acción posterior, Gio solo pudo anotar uno de los dos tiros libres de los que dispuso (68-67) y, en su turno, Carrington anotó una bandeja (68-69).


21 segundos. Todo o nada. Marcelinho penetró, como lo había hecho en varias ocasiones, pero, encerrado por cuatro defensores, como recalcaría Vidorreta en sala de prensa, tuvo que sacar el balón. Fitipaldo lanzó, pero dejó la pelota en el hierro. La delgada línea entre pasar a la historia o recordar siempre esa acción para un jugador que siempre da la cara. El deporte tiene más momentos crueles que felices.

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