El ciudadano escocés Matthew James Hicks, de 34 años, ha vivido en los últimos meses uno de los episodios más duros de su vida. Corría el mes de marzo cuando su esposa Rachel llamó a emergencias al percatarse de que estaba completamente aturdido, según informa Daily Record.
Hicks pensaba que sufría un resfriado común. Tenía fiebre y se había tomado un paracetamol. No obstante, acabó siendo trasladado en ambulancia al Hospital Aberdeen Royal Infirmary, donde los médicos le confirmaron un diagnóstico mucho más severo.
A dad who thought he was suffering from a common cold had both of his legs amputated after he was diagnosed with deadly sepsishttps://t.co/37c8URILr7
— The Daily Record (@Daily_Record) June 16, 2023
Sepsis, estreptococo A y neumonía
Los primeros exámenes dieron un resultado mucho peor que un resfriado común. Matthew sufría una sepsis mortal (respuesta fulminante del organismo a una infección), estreptococo A (bacterias en garganta y piel) y neumonía en el pulmón derecho, según indica La República.
Los órganos ya habían comenzado a fallar y los facultativos determinaron que debían inducirle un coma para salvarle la vida, del que despertó dos semanas después.
Siempre según la información de Daily Record, el suministro de sangre a los pies de Mathew ya no funcionaba y, como resultado, necesitó una cirugía para amputarle ambas piernas por debajo de la rodilla.
Qué es una sepsis
La sepsis es una respuesta potencialmente mortal del cuerpo a una infección. También se la conoce como “envenenamiento de la sangre”. Ocurre cuando el sistema inmunológico del cuerpo tiene una reacción abrumadora a una infección bacteriana, viral o fúngica que se propaga por todo el organismo. De ahí que Matthew la confundiera con un resfriado común.
Cuando una persona tiene una infección, el sistema inmunológico generalmente responde liberando sustancias químicas para combatir la infección. Sin embargo, en algunos casos, esta respuesta puede descontrolarse y propagarse rápidamente por todo el cuerpo, causando inflamación generalizada y daño a los tejidos y órganos.
La sepsis puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como los recién nacidos, los ancianos, las personas con enfermedades crónicas o aquellos que han sufrido lesiones graves.
Los síntomas pueden incluir fiebre alta o hipotermia, frecuencia cardíaca rápida, respiración acelerada, confusión, disminución de la producción de orina, presión arterial baja y erupción cutánea.