La naturaleza como búsqueda y como hallazgo, como redescubrimiento y como punto de partida hacia la superación, como puerto y destino de una travesía íntima, personal, pero también colectiva, en la que, sin duda, no faltarán las tormentas.
La escritora tinerfeña Ana Tejera Aguiar publicó el pasado noviembre Alas de maresía (Escritura entre las Nubes, Acte Canarias), su segundo poemario tras Brújula verde (2019). Esta nueva obra, detalla la poeta canaria en una charla con DIARIO DE AVISOS, mantiene una continuidad con la anterior, relacionada sobre todo con esa voluntad de reforzar el vínculo con la naturaleza, pero también existe una evolución, marcada por el tiempo en que vivimos.
ABRIR PUERTAS
“Podríamos decir que Brújula verde plantea la necesidad de buscar salidas en medio del caos”, señala la escritora. “Llevaba mucho tiempo escribiendo poesía y, sobre todo, leyéndola, aunque no me atreví a publicarla hasta entonces. Me parecía que no había llegado el momento”. “Ese primer libro vio la luz en 2019 y, muy poco después, llegó la pandemia, con el cambio brutal que supuso para nuestras vidas. Ahí está el origen de Alas de maresía”, explica.
De manera que parte de los poemas presentes en este otro volumen surgen de la experiencia del confinamiento. “No todos son de la misma época -puntualiza Ana Tejera Aguiar-, pero sí van en la misma línea, que es recurrir a la naturaleza para dejar las puertas abiertas hacia nuevas etapas personales, pese a tantos problemas y dificultades que afrontamos en el día a día”. Por ello, la autora se sirve de las “texturas, los olores y los sabores, los paisajes…”, de todo lo que brinda la naturaleza, en este caso, la “rica naturaleza isleña”, en el deseo de mostrar “las capacidades del ser humano para salir adelante”.
En ese discurso poético, Ana Tejera Aguiar habla de la infancia y la edad adulta, del amor y del desamor, de cuestiones sociales tan candentes como la migración o la violencia… “A todos se nos presentan muros, dificultades y situaciones que nos impiden crecer como seres humanos en armonía, en equilibrio”, apunta. “He tratado de abordar cuestiones que nos afectan a todos, a partir de lo que observo y de lo que siento, pero siempre buscándole un enfoque positivo, hacia el equilibrio”, precisa.
EL LENGUAJE
En Alas de Maresía, cuya portada es obra del artista Juan Clemente Quintero, “la poeta empieza a abrir espacios, dando aire a los versos, persiguiendo ritmo y modulación”, escribió Isabel Expósito en Canarias Literaria, la revista de la Asociación Canaria de Escritores (Acte Canarias). Es una obra “donde Ana entiende la importancia de macerar el lenguaje para extraer de él sustancia y hondura. En esa labor, se ayuda de imágenes inesperadas, figuras poéticas de construcción singular, de indiscutible marca propia”, agrega la también poeta, quien asimismo participó en la presentación del volumen el año pasado, en el Círculo de Amistad XII de Enero, en Santa Cruz de Tenerife. En ese acto también estuvo presente la escritora Felicidad Batista, autora del prólogo del libro.

LA VIDA Y SUS LABERINTOS
“En Alas de maresía la poeta camina por la orilla, se asoma al abismo del océano, escucha el seseo de las olas y observa con atención el vaivén de las mareas […] Es una búsqueda de respuestas ante la naturaleza, la vida y sus laberintos, la extrañeza del ser, la vida interior y sus incógnitas”, señala Batista en su texto.
La vocación literaria de Ana Tejera Aguiar transcurre también por la prosa. “Escribo relatos cortos -explica-, que hasta ahora he ido publicando en diversas antologías, con más timidez, quizás, porque de alguna manera la poesía es mi zona de confort”. “Ahora mismo -expone-, trabajo en un cuento, para niños y para adultos, que es un auténtico reto, porque el lector infantil es muy exigente”. “De igual modo, me gustaría buscarles un hilo conductor a los relatos que voy escribiendo y publicar una nueva obra”, concluye.
EL TALLER DE LA ESCRITORA Y LAS AFINIDADES DE LA LECTORA
“Todo lo que vivo influye en mi literatura. El escritor se vale de la palabra para reflejar el mundo exterior y, sobre todo, el interior”, explica Ana Tejera Aguiar. “Allá donde me pillen las ideas, incluso en situaciones que no favorecen nada, como en lugares ruidosos, las anoto, normalmente, en el teléfono móvil. A partir de ahí, las trabajas, haces una criba, viendo lo que te sirve, lo que debes mejorar y lo que has de desechar en la idea de conjunto que posees”, señala la autora, que cuando se le preguntan por poetas de referencia menciona, entre otros, a Mario Benedetti, Ida Vitale, José Hierro, William Shakespeare, Sharon Olds…