TEA Tenerife Espacio de las Artes, en la capital tinerfeña, ofrece desde el viernes, y hasta el 10 de septiembre, Jorge Eduardo Eielson. El nudo vertical, una exposición, coproducida junto a Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma, que examina la trayectoria de este creador desde finales de los años 50 del pasado siglo hasta sus últimos trabajos. Jorge Eduardo Eielson (Lima, Perú, 1924-Milán, Italia, 2006) es uno de los artistas plásticos y poetas más radicales y poliédricos, con diversos modos de cuestionar el mundo a través de una síntesis de elementos gráficos y referencias culturales.
El director artístico de TEA, Gilberto González, y la directora de Es Baluard y curadora de la muestra, Imma Prieto, detallaron este proyecto de carácter retrospectivo e inédito, al señalar el autoexilio europeo de Eielson como motor de su producción, en la que se superponen las influencias del Viejo Continente con la importancia de la cultura andina, en su creación plástica y en su escritura.
UN PLANO DE IGUALDAD
El nudo vertical explora, precisamente, la relación que el artista mantuvo con la literatura -sobre todo con la poesía- y con la plástica. “Jorge Eduardo Eielson nos presenta un ejercicio perfecto en el que lo visual y la poesía están en un mismo plano de igualdad”, destacó González. El director de TEA agradeció a los coleccionistas particulares, así como al Centro Studio Jorge Eielson de Florencia, que hayan prestado sus obras para esta muestra, que puede visitarse de manera gratuita de martes a domingo y los festivos, de 10.00 a 20.00 horas, y en la que también hay obra de la Colección TEA.
Prieto explicó que El nudo vertical -que estará acompañada de una publicación elaborada entre TEA y Es Baluard- “no es una exposición con un orden cronológico, sino que se estructura en un marco conceptual que es a su vez triangular” y gira en torno a “la escritura -tanto visual como textual-, a la idea de universo y a la de infinito”.
En sus creaciones -añadió la curadora- están presentes “los horizontes que tienen la necesidad de marcar una diferencia, una división, una tensión; las telas y los ropajes, que nos acercan a una reflexión en torno a la identidad; hasta llegar a lo que será la constante en su trabajo, el quipu, el nudo o el nodo”.
La exposición reúne cerca de un centenar de obras, entre las que destacan pinturas, objetos de la serie Quipus, once esculturas de la serie Nodos y tres instalaciones tanto escultóricas como de reproducciones de performances pasadas. También los visitantes tienen la oportunidad de encontrar en ella diverso material documental relacionado con el artista, como fotografías, publicaciones, un vídeo, cartas o casetes.
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