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La ‘milla de oro’ de Playa de Las Américas se convierte en la ‘avenida de las falsificaciones’

El Círculo de Empresarios, la asociación de la propia milla y comerciantes advierten de la mala imagen para el área emblemática de Arona, donde artículos fraudulentos llenan las aceras
La 'milla de oro' de Arona se convierte en la 'avenida de las falsificaciones'

A partir de las 17.00 horas, cuando las temperaturas comienzan a bajar y los turistas del norte de Europa buscan un lugar para cenar, la milla de oro de Playa de las Américas se convierte en un mercadillo en el que es complicado pasear.


Las mantas con productos, falsificados o no, ocupan el espacio público sin ningún permiso. Bolsos, muchos bolsos. Los auténticos, de conocidas -y carísimas- marcas, se venden en locales de los centros comerciales de la zona, donde al menos dos famosas tiendas los tienen. Los de verdad.


“No puedo entender cómo esto ha proliferado tanto. Se han pasado tres pueblos”, explica Jimmi Gómez, de la Asociación de Comerciantes Golden Mile, que representan a los negocios de la milla. “La situación es escandalosa. Ahora mismo están ocupando toda la fachada del centro comercial Safari hasta el parque infantil, al final de la calle. No se puede caminar”, se queja una comerciante, conocedora del desarrollo de este espacio, creado como actuación urbanística de primer nivel, en busca de un turismo de alto poder adquisitivo.

A los ayuntamientos y a la subdelegación


No solo ellos. El Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST) ha hecho llegar sendos escritos a los ayuntamientos de Arona y de Adeje para exigir medidas contra la venta ambulante y el comercio de falsificaciones. Una carta que se ha remitido, además, a la Subdelegación del Gobierno en la provincia.


El presidente del CEST, Javier Cabrera, aseguró ayer en un comunicado que “la venta ambulante de falsificaciones supone un obstáculo innegable para la economía local, tanto para comercios como para pequeños restauradores y, además, constituye un delito contra la propiedad industrial, regulado en nuestro Código Penal”.


Nadie quiere que el foco se ponga sobre los vendedores, que muchas veces son víctimas de explotación. De hecho, este es un asunto que va mucho más allá, generando decenas de millones de euros de beneficios a grandes organizaciones.


En septiembre de 2022, por ejemplo, se anunciaba una de las mayores operaciones contra productos falsificados de Europa, cuyo lugar de distribución era, precisamente, el sur de Tenerife. Los productos decomisados procedían de China y tenían un valor de 500 millones de euros.


Un poco antes, la entonces concejala responsable de Seguridad en Arona, Carolina Reverón, anunciaba en 2017 la incautación de un total de 80 kilos de mercancía en el litoral de Los Cristianos y Playa de las Américas.


“Los importadores de productos falsificados son lo que realmente se están lucrando con esta actividad ilegal y para ello se sirven de personas que, por su necesidad de supervivencia, se ven obligadas a trabajar en condiciones de casi esclavitud”, aclara.


El representante de los empresarios de la zona, por su parte, se queja de que el problema de fondo es “de falta de herramientas”. “Aquí han cambiado dos veces los políticos y la situación es la misma o peor, porque, de la misma manera que cuando pasa la Policía se recogen las mantas, cuando se va se vuelven a poner. No saben cómo actuar y ese es el auténtico problema”, sentencia.

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