La MLS (Major Soccer League) vive desde hace casi un año un estado de embriaguez. Tras el anuncio del fichaje de Lionel Messi por el Inter de Miami el pasado junio, los yankees han probado el efecto Soccer en sus propias carnes. El astro argentino ha revolucionado el deporte rey en el país norteamericano. En medio de esta fiebre futbolística se encuentra un jugador que se formó en el fútbol tinerfeño, Camil Azzam.
Este joven de apenas 23 años jugaba hace apenas cuatro en el CD Marino de Playa de Las Américas. Hace un mes firmó con el New York City, equipo de la capital del país y, aunque empezará en dinámica del segundo equipo en la MLS Next Pro, Camil opta a algún día estar en el primer equipo, que juega en la liga este de la MLS junto a equipos como el Inter de Miami, que lidera la clasificación comandado por Messi y Suarez.
Camil nació en Isla Margarita, en Venezuela. A los tres meses, su familia se trasladó a Málaga y a los 13 años se mudó a Tenerife por razones familiares. Desde ese momento, llevó a cabo su carrera en el CD Marino de Playa de las Américas, donde llegó a jugar en División de Honor.
En su tercer año de juvenil, Camil decide mudarse a Estados Unidos para estudiar y seguir desarrollando su carrera futbolística. Se decide por la Cardinal Stritch University, en Wisconsin. Este club jugaba la liga NAIA, una conferencia que compite entre equipos del estado y cercanos. “Me di cuenta de que era de segundo nivel dentro del sistema universitario. La ventaja de esta liga es que hay una gran apertura, en otras ligas superiores hay muchas restricciones”, asiente.
Camil llegó tarde al equipo, pero se hizo un hueco y logró marcar 17 goles en otros tantos partidos. El futbolista habla de cómo su fútbol evolucionó en el país norteamericano: “Las instalaciones son muy buenas, hay grandes facilidades para entrenar y un gran número de entrenadores y preparadores físicos. Es otro mundo. Te tratan como un profesional ya desde la Universidad”, certifica Azzam. EE.UU. ha sufrido en los últimos años una evolución en el soccer, unos cambios que Camil ha experimentado de cerca: “De aquí a ocho años, van a ser muy top”.
“Soy máximo goleador de la liga, me llama mi agencia y me proponen irme a la máxima división del fútbol universitario (la NCAA División 1) y me ficha la IONA University, en Nueva York. Llego en el año de la COVID-19 y la adaptación fue muy dura. Al año siguiente, todo vuelve a la normalidad. El equipo fue bastante mal y perdimos en primera ronda de play-off. Yo personalmente me empecé a sentir muy bien según pasaba el tiempo. Tras acabar el año, me llama de nuevo la agencia y me dicen que puedo acceder a equipos de universidades top 15 del país, pero finalmente decido quedarme. Esta temporada pasada fue perfecta, en lo personal y grupal. Marqué muchos goles y llegamos a la final. Eso sí, en el último partido para acceder al máximo torneo nacional íbamos 2-1 perdiendo, provoqué un penalti a pocos segundos de acabar el partido, lo tiré y me lo pararon. Fue duro”, explica Azzam.
Tras su gran año, Camil empieza a estar en todas las agendas de los grandes equipos de los Estados Unidos y pronto recibió la llamada del NY City, equipo de la MLS (en el que jugaron leyendas españolas como Villa o Iraola) y le citaron para hacer la pretemporada con ellos. “Tenía muchas ganas de demostrar mi talento, pero también tenía una lesión que me ha derivado actualmente en una pubalgia. En esos partidos de pretemporada marqué cinco goles en seis partidos. Tras ello, firmé mi primer contrato profesional”, narra Camil
El New York City forma parte del City Football Group, el mayor consorcio del mundo del fútbol, que cuenta como equipo matriz al Manchester City y además, tiene en propiedad a otros equipos por todo el mundo, entre ellos el Girona, el Troyes de Francia o el Istanbul Basaksehir, entre otros. “Este equipo es una gran oportunidad de poder ascender en la estructura deportiva. Me encanta la posibilidad de, si lo haces bien, poder ir a otro equipo y estar tutelado siempre por los mismos técnicos y dirigentes que te conocen de primera mano. Es una organización excelente para crecer”, asiente el flamante fichaje.
Camil se ha convertido en un gran especialista del fútbol americano. Su experiencia le ha llevado a entender el sistema de las ligas americanas. Para Azzam, todas “tienen un gran problema” debido a cómo están estructuradas: son ligas cerradas. “Al no haber descensos ni ascensos, la competitividad del país baja. No luchas por un objetivo más allá de ganar la competición”, explica. Camil define al futbolista americano como “un gran atleta y muy físico, aunque su fallo está en el plano táctico. Aquí está la diferencia con el jugador español, por ejemplo”, declara.
Afirma que “el objetivo es llegar al primer equipo”. “Ahora todo depende de mí, de mi trabajo y de las oportunidades que me gane”, asiente. Azzam confía en que algún día pueda jugar contra Messi, uno de sus jugadores favoritos de niño. En medio de la revolución del fútbol americano, ha nacido una estrella formada en Tenerife y que pretende dominar la MLS desde la ciudad que nunca duerme.