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El Tenerife se desarma y cede la primera derrota del curso (0-1)

Excelente primera mitad de los blanquiazules, que encajan el gol después de una falta inexistente y sufren en el tramo final la irresponsable autoexpulsión de Ángel
Los tinerfeñistas dispusieron de numerosas ocasiones para adelantarse en el marcador, sobre todo en el primer tiempo, en un Heliodoro que registró una gran entrada. Fran Pallero
Los tinerfeñistas dispusieron de numerosas ocasiones para adelantarse en el marcador, sobre todo en el primer tiempo, en un Heliodoro que registró una gran entrada. Fran Pallero

Al CD Tenerife se le volvió a atragantar otra de esas grandes ocasiones donde, con todo a favor, las entradas vendidas, la dinámica de juego positiva y más aspectos que le favorecían acabó sumando una derrota. No fue justa, ni mucho menos, pero ocurrió y dejó a los blanquiazules sin la posibilidad de sumar, al menos, un punto que habían peleado y merecido.

Hizo una gran primera parte el cuadro de Asier Garitano pero las costuras se deshicieron conforme fueron llegando los cambios, algunos más inexplicables que otros que acabaron desarmando a un equipo que anda con lo justo y sigue esperando que se concreten algunas operaciones en esta última semana de mercado de fichajes para reforzar un plantel que no tiene demasiado fondo de armario.

No hubo ninguna sorpresa en los onces iniciales. Los dos equipos lucieron su alineación tipo, esa con la que habían logrado el pleno de puntos en las dos primeras jornadas ligueras y que los dejaban encaramados en las primeras posiciones clasificatorias. El Tenerife salió intenso para aprovechar esa corriente de tinerfeñismo que se vive en una Isla más unida que nunca después de la desgracia sufrida estas últimas semanas con uno de sus principales patrimonios naturales.

Salió con todo el cuadro local y fruto de ello ya obligó a Maikel Mesa, silbado otra vez en el Heliodoro, a ver la cartulina amarilla a los 50 segundos de partidos por un agarrón a Mellot cuando se iba sólo hacia dentro del área. El Zaragoza se arropó defensivamente para tratar de obligar a que los locales no pudieran utilizar a sus jugadores con mejor trato de balón, Corredera y Roberto López.

Pero el Tenerife era un ciclón por las bandas a falta de juego por dentro aunque desde los laterales no llegaran buenos balones al interior del área. De esta forma las ocasiones de gol no existían y fue Roberto López el que probó fortuna obligando a estirarse a Cristian en el minuto 33. Llegaron desde ahí los mejores minutos de los locales pero no hubo gol y el partido se fue al descanso con igualada a cero con mucho error en el último pase y la toma de decisiones de los blanquiazules.

El Zaragoza se fue al vestuario bendiciendo el empate que tenía después de haber hecho un notable esfuerzo para frenar las embestidas blanquiazules. Los de Escribá salieron al campo a tratar de cambiar la situación y consiguieron tener algo más el balón y llegar a la portería contraria con los cambios introducidos en el entretiempo.

El ex blanquiazul Valera y su compañero Bermejo encontraron profundidad y Garitano optó por darle aire fresco a los suyos quitando a Luismi Cruz y Roberto López para meter a Dauda y Teto. Fue el punto de inflexión del partido porque, aunque el cuadro local recuperó el balón para volver a insistir, también perdió la chispa de los dos jugadores cambiados.

Diez minutos más tarde fueron Waldo y Sergio González, amenazado por la amarilla que había visto, los que cedieron su lugar a Ángel y a José Amo. De inmediato llegaría el tanto que definiría la contienda después de una falta inexistente que señaló el colegiado y que acabó rematada, hasta en dos ocasiones, por Jair, cuyo último intento encontró el premio del gol.

Era el primer mazazo duro que recibía un Tenerife que no acabaría de levantarse cuando se llevaría otro. Una jugada sin sentido de un jugador experimentado que cometió una irresponsabilidad. En un forcejeo sin balón delante de los banquillos, a media cancha, Ángel le dio una torta de Nieto que el zaragocista elevó al nivel de un nocaut y que el árbitro castigó con tarjeta roja.

Con 15 minutos por jugar, el equipo desarmado y los jugadores desquiciados, el Tenerife lo intentó como pudo, con más corazón que cabeza y estuvo cerca de encontrar el empate con un remate al palo de Teto (86 minutos) pero el resto de sus intentos, salvo otro disparo del canterano tinerfeño, fueron plácidos centros laterales para la defensa o el cancerbero visitante. El Tenerife no dio para más.

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