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La vitamina que consumimos poco en España y que previene el melanoma: esto es lo que dice un estudio reciente

Un reciente trabajo publicado en la revista Ageing Research Reviews sugiere que la vitamina D no sólo es clave en el sistema inmune, sino que también podría frenar el cáncer
La vitamina que consumimos poco en España y que previene el melanoma
La vitamina que consumimos poco en España y que previene el melanoma. Shutterstock

DA/Pablo García Santos.| En diversos congresos sanitarios ya se empieza a hablar de la vitamina D como “hormona D”, principalmente porque se han descubierto nuevas funciones. Nuestro organismo la genera cuando nos exponemos a la luz del sol, pero éste no es el único beneficio que nos aporta, tal y como han demostrado algunos estudios que se han publicado en los últimos años.

Un reciente trabajo publicado en la revista Ageing Research Reviews sugiere que la vitamina D no sólo es clave en el sistema inmune, sino que también podría frenar el cáncer. Los investigadores del Centro Alemán de Investigación del Cáncer evaluaron 14 estudios de alta calidad con un total de 105.000 participantes para concluir que la toma de vitamina D de forma diaria puede llegar a reducir la mortalidad por cáncer hasta un 12%

Los autores también apuntaban a que la toma diaria de la vitamina D3 marcaría la diferencia, puesto que produce un agente activo, la hormona 1.25-dihidroxivitamina D. Esta parece inhibir el crecimiento tumoral. Además, los efectos se producirían con la administración de vitamina D3 a personas con y sin déficit, lo que sugeriría que el efecto podría ser incluso mayor en personas que sí sufren déficit. Lo crucial del tratamiento es que la suplementación sea diaria.

El citado estudio también muestra que la edad importa. Las personas de 70 años o más serían las más beneficiadas con la terapia de vitamina D3 diaria. El efecto fue más evidente cuando los pacientes habían empezado a tomar el suplemento incluso antes del diagnóstico de cáncer.

Otros beneficios de la vitamina D

Aun así, el déficit de este micronutriente sigue siendo frecuente en todo el mundo. Sólo en Estados Unidos el 42% de los adultos, el 50% de los niños de menos de 5 años y el 70% de los niños de entre 6 y 11 años sufren déficit de vitamina D. Es más común en pacientes diagnosticados con cáncer y en tratamiento, en comparación a la población general. Además, se debe destacar que sigue habiendo controversia respecto a qué cifras pueden catalogarse como déficit de vitamina D, dado que las guías clínicas siguen sin ponerse de acuerdo.

Por otro lado, un estudio publicado este año en The BMJ ha relacionado la suplementación con vitamina D con un menor riesgo cardiovascular; en concreto, con un menor riesgo de evento cardiovascular importante, como los ataques cardíacos. Pese a los resultados, los investigadores destacan que la diferencia en riesgo absoluto fue pequeña.

En estudios observacionales previos se habría demostrado un vínculo entre los niveles de vitamina D y el riesgo de ECV, pero los ensayos controlados aleatorios no habrían encontrado evidencia de que los suplementos de vitamina D prevengan los eventos cardiovasculares, posiblemente debido a las diferencias en el diseño de los ensayos clínicos y sus efectos sobre los resultados.

Otras investigaciones también han encontrado diferencias significativas entre los dos tipos de vitamina D. Así, la vitamina D2 tendría un impacto cuestionable en la salud humana, mientras que la vitamina D3 podría equilibrar el sistema inmunitario de las personas y ayudar a reforzar las defensas contra infecciones víricas.

“Nuestro estudio sugiere que es importante que las personas tomen un suplemento de vitamina D3, o alimentos adecuadamente enriquecidos, especialmente en los meses de invierno”, declaró el profesor Colin Smith, autor principal del estudio de la Universidad de Surrey, en declaraciones a Europa Press.

Si bien diversos alimentos están enriquecidos con vitamina D, como el pan, algunos cereales de desayuno y yogures, pocos contienen esta vitamina de forma natural. La vitamina D3 se produce de forma natural en la piel por la exposición a la luz solar o a la luz ultravioleta artificial UVB, mientras que algunas plantas y hongos producen vitamina D2. “Estos resultados muestran que la vitamina D3 debería ser la forma preferida para los alimentos y suplementos enriquecidos”, añade la profesora Susan Lanham-New, coautora del estudio y jefa del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la universidad británica.

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