Uno de cada diez niños en el mundo se enfrenta a la situación de crecer sin el respaldo de sus padres o está en riesgo de perderlo. En España, esto ocurre aproximadamente con 300.000 niños y niñas, lo que representa que uno de cada 25 se enfrenta a esta realidad, que plantea una amenaza seria para su crecimiento emocional, físico y mental, al mismo tiempo que vulnera sus derechos fundamentales.
Por esta razón, Binter Social coopera desde 2014 con la organización de ayuda a la infancia, Aldeas Infantiles, bajo la denominación “Aldeas Infantiles SOS España”, fundada en Austria en 1949, con la que colabora estrechamente para apoyar y mejo- rar la situación de la infancia en riesgo en el archipiélago canario.
Aldeas Infantiles es una de las principales organizaciones internacionales sin fines de lucro dedicadas a la asistencia directa a la infancia. Con presencia en 138 países, su labor en España se enfoca en garantizar el derecho de todos los niños a crecer en un entorno familiar, donde se sientan amados, protegidos y seguros.
Para alcanzar este objetivo, Aldeas Infantiles acompaña a las familias que atraviesan dificultades, fortaleciendo sus capacidades para el cuidado de sus hijos.
Asimismo, proporciona un nuevo hogar a aquellos menores que no pueden vivir con sus padres, asegurando que crezcan bajo el afecto y la protección de figuras de referencia estables y manteniendo el principio de no separación de hermanos. Este acompañamiento se extiende más allá de la mayoría de edad, hasta que los jóvenes se integren plenamente en la sociedad, garantizando que cada uno crezca con los lazos afectivos necesarios para alcanzar su máximo potencial.

Un proyecto sólido para la protección de niños y jóvenes
Para este cometido, Aldeas Infantiles cuenta con socios estratégicos, como es el caso de Binter. Una colaboración que representa mucho más que una simple alianza entre la compañía aérea canaria y la organización de ayuda a la infancia, en tanto que se trata de un proyecto sólido y comprometido en el que Binter se involucra de forma activa.
Su participación en esta iniciativa es una manifestación clara de su apuesta por el futuro de las nuevas generaciones del archipiélago, que ya dura nueve años, donde no solo brinda un apoyo financiero sino que también aporta experiencia y recursos para fortalecer la causa de proteger y cuidar a niños y jóvenes en situación de riesgo.
Aldeas Infantiles SOS opera en nuestro país desde 1967, pero no es hasta 1992 cuando comienza su andadura en las Islas Canarias impulsando el establecimiento de los primeros hogares de acogida. En ese mismo año se inicia la construcción de la Aldea de Tenerife en el barrio de El Tablero y, en diciembre de 1993, se ponen en marcha sus primeros hogares. Con posterioridad, en 1996, se inaugura la Aldea de Gran Canaria, ubicada en el núcleo de Las Media- nías, en Telde.
Desde entonces, la organización no ha dejado de crecer, ampliando sus programas y ser- vicios, orientándolos a la protección y la prevención en la infancia y al fomento de la autonomía de los jóvenes.
Más de 1.300 menores acompañados en Santa Cruz de Tenerife en un año
En el último año, Aldeas Infantiles SOS ha acompañado a 1.307 menores en Santa Cruz de Tenerife y ha apoyado a 768 familias, acogiendo a 146 niños en sus programas de protección, acompañando a 135 jóvenes tras su mayoría de edad y ayudando a 1.026 chicos gracias a sus programas de fortalecimiento familiar.
“Aunque ya se han superado las consecuencias más directas de la pandemia, sus efectos siguen estando presentes en la vida de muchas familias con hijos, en forma de precariedad y carencias”, cuentan desde la entidad. Por eso, se han visto obligados a redoblar sus esfuerzos con el fin de llegar a más jóvenes y familias que necesitan apoyo, haciendo especial hincapié en la formación y la empleabilidad de los padres desde el convencimiento de que solo así se conseguirá mejorar su calidad de vida y terminar con el ciclo intergeneracional de pobreza y dificultades. De este modo, la faceta comunitaria de sus programas se ha expandido durante el último año, así como sus servicios de orientación social y laboral. También han dado un nuevo impulso a sus servicios de atención psicológica, muestra de la inquietud de sus profesionales por continuar dando respuesta a las nuevas necesidades de la infancia, la adolescencia y las familias.
La colaboración entre Binter y Aldeas Infantiles va más allá de la filantropía tradicional. Juntos, están construyendo un legado de apoyo y esperanza para las próximas generaciones, trabajando para asegurarse de que cada niño, sin importar su circunstancia, tenga la oportunidad de crecer en un entorno seguro.