En los últimos años, según el Instituto Nacional de Estadística, se ha observado un aumento en el número de personas que optan por vivir en régimen de alquiler. Los datos dicen que, en 2011 el 13,5% de los hogares estaban ocupados por inquilinos, cifra que aumentó al 15,9% en el año 2021. Sin embargo, estudio recientemente publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health ha desvelado que las personas que viven en alquiler en experimentan un proceso de envejecimiento más acelerado en comparación con aquellos que son propietarios de sus viviendas.
Según este estudio, por cada siete años de vida, aquellos que alquilan suman un año adicional de envejecimiento. Las conclusiones de la investigación indican que las condiciones desafiantes relacionadas con la vivienda tienen un impacto negativo en la salud a través de un proceso de envejecimiento biológico acelerado, aunque este fenómeno es “reversible”, destacando así la relevancia de posibles modificaciones en las políticas de vivienda para mejorar la salud.
A pesar de que el estudio se haya realizado basándose en los datos de Reino Unido, los ciudadanos de otras partes del mundo, como los españoles, también podrían verse afectados.