medio ambiente

El cambio climático ya afecta a la vida cotidiana de todos los canarios

Servicios esenciales como los centros educativos y los hospitales no están preparados ante olas de calor como la actual, mientras que los incendios forestales presentan ahora dificultades desconocidas
La Aemet anuncia un "acusado" descenso de temperaturas en Canarias
Hidratarse es fundamental para evitar que el calor afecte negativamente a la salud. Fran Pallero

Hace más de cuatro años que el Gobierno de Canarias, entonces conformado por un cuatripartito progresista, creó una Consejería para la Transición Ecológica desde donde las autoridades autonómicas ratificaron y divulgaron los peligros -ya anticipados por los científicos- que acechan a los isleños por mor del cambio climático.

Desde 2019 se han difundido incluso mapas de las zonas costeras del Archipiélago que pueden verse seriamente afectadas en un futuro no tan lejano por el crecimiento del nivel oceánico, si bien hay que reconocer que era -y es- inevitable reaccionar con cierta incredulidad (probablemente temeraria) ante la descripción de un porvenir tan apocalíptico como implica la desaparición de playas y localidades costeras.

Sin embargo, han pasado cuatro años y todos los meteorólogos del mundo muestran durante los últimos meses su asombro por las altas temperaturas que se están registrando en amplias zonas del planeta, que califican inéditas y que achacan sin dudar al cambio climático. Canarias no solo no es ajena al fenómeno que nos ocupa, sino que ayer mismo se comprobó hasta qué punto ya afecta al día a día de los residentes en el Archipiélago.

Sirva como formidable botón de muestra el hecho de que, pese a que la actual ola de calor que sufren los isleños comenzó el pasado 29 de septiembre, han pasado más de diez para que la Consejería de Educación se haya rendido a la evidencia de que no pocas de sus infraestructuras carecen de la protección suficiente para los alumnos y trabajadores que asisten cotidianamente a las mismas ante temperaturas que, bajo techo, ayer subieron hasta los 36 grados en algunas aulas.

Ha sido tal el aluvión de quejas -desmayos de menores e incluso de docentes- desde el sur de Tenerife y el de Gran Canaria especialmente, que se ha tenido que suspender la actividad en los centros educativos no universitarios isleños hasta el próximo lunes.

También llama la atención que este clima insano, con una calidad del aire que ha sido calificada en determinadas zonas del Archipiélago de “extremadamente desfavorable” por la propia Consejería de Sanidad, haya saturado servicios elementales como el de las Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Hace mucho que los neumólogos y los propios especialistas de las Urgencias constataron que, cuando llegan este tipo de episodios meteorológicos, la afluencia de pacientes vulnerables (aquellos con patologías respiratorias, pero también los menores y los más mayores) se multiplica unos días después del inicio de los mismos, pero no consta la existencia de un protocolo para su refuerzo pese a repetirse una y otra vez desde que la calima arruina la salud de tantos canarios.

También el cambio climático tiene que ver con lo que pasa en nuestros montes. Ayer mismo, el consejero de Política Territorial del Gobierno de Canarias, Manuel Miranda, reconocía que estamos ante una situación “compleja, nunca vista” respecto al incendio forestal, por mucho que se trate de un suceso habitual en la provincia occidental y Gran Canaria. A nadie se le escapa un factor diferencial: lo adverso de la meteorología.

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