Miles de gomeros recibirán esta tarde a la Virgen de Guadalupe en plena playa de San Sebastián de La Gomera, donde la desembarcan y trasladan muy lentamente -despacito, como diría el puertorriqueño Luis Fonsi, triunfador anoche en el parque Torre del Conde- hasta el pórtico del Ayuntamiento, del que se separa escasos cien metros que se hacen eternos, después de la singular romería marítima desde su ermita de Puntallana, que partirá a las cuatro de la tarde, acompañada por centenares de barcos.
Entre chácaras, tambores y bailes, llega la patrona hasta la plaza de Las Américas. Tras el recibimiento oficial, la comitiva se dirige hasta su destino final, la parroquia de la Asunción, su Morada hasta que parta hasta diciembre por todos los pueblos de la isla, como hace cada cinco años.
Desde 1872 se celebra la Bajada de la Virgen de Guadalupe desde su santuario de Puntallana hasta la capital de la isla, San Sebastián de La Gomera, para después recorrer la imagen mariana todos los pueblos de La Gomera. Esta bajada tuvo su origen en una crisis de fe en el pueblo debido a las circunstancias históricas del momento, por lo cual, el mayordomo de la Virgen solicita al párroco de la Iglesia Matriz de la Asunción, de la villa capital que le pida al obispo de Tenerife que la imagen de ‘La Morenita de Puntallana’ bajase a la capital de la isla cada cinco años, petición que fue aprobada por el Obispado.
Posteriormente con la mejora de las comunicaciones terrestres, el Obispado decidió en 1968 que la imagen no solo bajase a San Sebastián sino que recorriese toda la isla y visitase todos los municipios: Agulo, Alajeró, Hermigua, Vallehermoso y Valle Gran Rey. Es la única bajada de las Islas Canarias en la que la Virgen se traslada desde su santuario a la capital de la isla por mar. La bajada empieza el lunes siguiente al primer sábado de octubre, y tras esta peregrinación por toda la isla, la imagen regresa a su ermita. Dicho regreso coincide con el día de la onomástica de esta advocación mariana, es decir el 12 de diciembre o bien el sábado siguiente. Una vez en su templo, la imagen no vuelve a realizar esta cita lustral hasta el año 2028.