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Confía, coño: así es la marca tinerfeña del lema atrevido y la esperanza como filosofía

El pasado martes, Irene Montero, en el acto de traspaso de carteras ministeriales, lució uno de sus modelos, viralizándola a nivel nacional
Confía, coño: así es la marca tinerfeña del lema atrevido y la esperanza como filosofía

Irene Montero, ya exministra de Igualdad, se dirige a los presentes en el acto de traspaso de carteras como siempre lo ha hecho: firme, con pasión y fiel a aquello que ha defendido hasta ese momento. Todas las televisiones conectan en ese instante con ella y es ahí cuando se puede ver una camiseta de color blanco con un lema sencillo, atrevido y contundente: Confía, coño.

A partir de ese instante, sobre todo a nivel estatal, los medios de comunicación comienzan a buscar el significado de esa frase, empiezan a indagar y a buscar motivo a ese mensaje que porta Montero hasta que dan con él: se trata de una marca tinerfeña. Hay algunas anécdotas muy sabrosas para nosotros, los periodistas, ya narradas y escritas, pero detrás de Confía, coño hay un grito feminista con la esperanza por bandera y ligada a la historia de Luisa, su creadora.

Confía, coño: el origen de todo

La tienda de Confía, coño, en la santacrucera calle Pérez Galdós está decorada con gusto. Mires dónde mires todo parece estar en armonía. En un lugar, en alto, aparecen varias unidades del modelo lucido por Montero. “La están pidiendo muchísimo”, reconoce Luisa Castañeda, fundadora de la marca.

“Esta idea surge de la escasez de confianza”, asegura en tono sereno mientras rememora cómo, queriendo conseguir dinero para poder viajar junto a su familia a Camboya, lugar en el que vivía su hermano decidió atreverse: “Yo tenía dudas de poder conseguir ese objetivo y de una manera automática me llegó este flash de empezar a decirme a mí misma confía, confía, porque puedes alcanzar este propósito. En ese momento necesitaba dinero y, para ello, cambiar mis hábitos, que ya sabemos que es una de las cosas más difíciles a los que nos enfrentamos las personas”.

Aquel confía se convirtió casi en un mantra. Le daba vueltas, sabía que confía era la palabra clave, pero necesitaba otra. Así llegó el coño. “Hasta que no le puse un día la palabra coño, bien intencionada detrás no surtió el efecto deseado. Es como un apretar los dientes, pero con el guiño de la gracia”. Y se fue a Camboya. Pero Luisa, además de eso había conseguido algo más. Aunque aún no lo sabía.

Asociar el lema a la marca y el boom de las redes sociales

En 2018 (la firma había surgido a finales de 2017) comenzaron a verse camisetas y tote bags de la marca por las calles de Tenerife pero, en un primer momento hubo cierta confusión. ¿Por qué aquella frase? ¿Se trataba de algún tipo de asociación? “Cuando las manifestaciones del 8M empezaron a bullir, nosotras teníamos esas camisetas blancas con el logotipo negro, grandote, y era como una declaración de intenciones. Creo que se nos leyó como un poquito más radical, enrabietada, feminista… Escribimos un manifiesto y es una versión amable de Confía, coño. El que tenemos ahora me chifla. Es una declaración de intenciones sólida, profunda, que apela a la conquista de la confianza en uno mismo. Un acierto ha sido traducirlo al inglés, francés, alemán e italiano para que se pueda entender qué es la marca y tenga un major contexto, porque pasan por aquí muchos extranjeros y me gusta que sepan qué quiere decir. Habla del universo plural, algo que nos interesa mucho en la empresa: creemos que hay espacio para todo el mundo y todas las opiniones. El cuidado de uno mismo y, en consecuencia, el de la comunidad es esencial para el progreso de la humanidad”.

Desde aquel 2017, Luisa Castañeda trabajaba en la idea de Confía, coño en aspecto como las redes sociales, algo en lo que fueron fundamentales los propios clientes: “La gente nos mandaba fotos y nutríamos las redes con esas imágenes. A ese nivel era divertido, pero no era sostenible empresarialmente, pero siempre me ha reportado un beneficio emocional tan grande que nunca me ha hecho falta enriquecerme con la marca. Ahora, consolidada, hay objetivos para que se sostenga y sea rentable, pero si yo tuviera que cerrar por algún motivo me diría a mí misma que he tenido suerte por transitar este proceso de vivir Confía, coño”.

La viralidad por la camiseta de Irene Montero

¿Cómo le llega la camiseta de Confía, coño a Irene Montero? Sencillamente, la compró online: “Nosotros estábamos esperando ese momento para ver si salía en alguna foto con ella, quizás en algún pasillo, pero que la eligiera para un momento tan significativo como el del otro día nos tocó profundamente. Nos llegó un mensaje y empezamos todas a temblar de emoción y estupefacción. Han sido dos días muy intensos, con muchos mensajes, muchos artículos en medios… Ha sido totalmente inesperado”.

Luisa hace dos lecturas de este asunto: “Por un lado, qué bien que se haya puesto la camiseta y qué bien le puede venir a nuestra marca pero, sobre todo, es un orgullo que se haya puesto una prenda de Confía, coño, para un momento decisivo. Eso lo puedo evaluar desde el prisma de que es una persona, una mujer, una política o una profesional. El que me toca a mí de cerca es, sobre todo, el de una mujer. La marca saltó a la palestra porque ese mensaje revelador me cambió en muchos aspectos. No sé el sentido que ella le quiere dar, pero que haya elegido la camiseta para ese día es tan significativo como emocionante”.

Esa camiseta blanca, con las letras en el mismo color, se ha vendido en muchos puntos de España, pese a que la web en la que se puede comprar se haya caído muy puntualmente debido a la afluencia de personas en la misma por lo que piden “paciencia” a la hora de adquirirla.

Historias que hacen “saltar las lágrimas”

Irene Montero es la persona más influyente que ha lucido la marca hasta el momento, pero buena parte de esa satisfacción personal llega gracias a las historias anónimas de muchos clientes con los que tienen “muy buen rollo” gracias a la filosofía de la marca:

“El crecimiento ha sido orgánico, no hemos hecho grandes inversiones en publicidad. Si pudiéramos hacerlo sería la caña, pero no se ha dado esa circunstancia todavía, aunque hemos llegado al público peninsular e internacional”, indica antes de rememorar algunas historias, totalmente anónimas y verdaderamente importantes: “Una señora nos decía que quería una toalla lila y, entre lágrimas, nos decía que la quería para su sobrino. No acaba de entender el motivo, pero nos abrió el Instragram de su sobrino y vi que es una persona que ha decidido maquillarse, peinarse de manera maravillosa y ponerse una diadema igual de maravillosa que resalta, en esencia, quién es. Ahí entendimos que usaba la toalla como forma de transmitirle a su sobrino todo ese apoyo, quizás porque no había encontrado las palabras para hacerlo, pero sí con ese gesto de la toalla. Acabamos la señora, Elena, mi mujer, y yo, llorando en la calle”.

Además, en un mercadillo, uno de los lugares favoritos de Confía, coño para vender sus productos además de los festivales musicales como el Phe Festival o el Boreal, vivieron otra historia muy emotiva: “Una chica se acercó, me dijo que había comprado una camiseta hacía meses y solo unos días después tuvo que someterse a una mastectomía. Me dijo que ya no tenía el pecho, pero que la confianza, en el lugar en el que iba nuestro logo, seguía en el mismo sitio. Fue conmovedor”.

Nadie sabe qué deparará el futuro a Confía, coño, pero a estas alturas ya ha quedado claro que lo importante es disfrutar del camino, vivir el proceso y, como dice Luisa Castañeda, hacerlo rodeado de buena gente: “Yo no soy nadie sin mi equipo. La parte que gestiona las redes, la parte administrativa, la que trabaja en la tienda y el lado tecnológico. Somos cinco en el equipo y no son nada sin él”.

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