Las redes sociales se encienden con ciertas noticias que se propagan con extraordinaria rapidez, y la siguiente historia está justo en esa categoría. Es el relato actual de un hombre de Estados Unidos, John, a quien le sonrió la fortuna en la lotería. En un acto de confianza íntima, decidió revelar el premio únicamente a su esposa, encomendándole la custodia de un secreto de familia que implica una suma de 22 millones de dólares. Fuera de ella, ni hijos, parientes, amigos… nadie más estaba en el círculo de confianza.
Cabe destacar que aproximadamente el 75% de las personas que se hacen acreedoras a un gran premio en la lotería terminan en bancarrota en menos de cinco años, enfrentando deudas abrumadoras. Esto se debe principalmente a intentos de alterar su estatus económico de forma abrupta sin un plan de acción adecuado, y con un conocimiento financiero aún menos desarrollado. Pregúntate qué sería lo primero que harías si ganaras la lotería, y en tu respuesta podría residir la indicación de si estás en camino a la insolvencia en un plazo menor a cinco años, como les sucede a muchos.
La reserva de este individuo sobre los detalles de su vida es tal que evita hasta alertar a su círculo cercano al revelar la noticia en el podcast ‘The Dave Ramsey Show‘. “Tomamos la decisión conscientemente, mi esposa y yo, de mantener esto para nosotros. No hemos compartido la noticia ni siquiera con nuestros dos hijos adolescentes”, compartió, dejando asombrados a los oyentes. La razón es simple y directa: “no queremos criar vagos”. Él añade: “No deseo que mis hijos se conviertan en personas que simplemente esperan; esperan a que fallezcamos para obtener nuestra fortuna. Prefiero que exploren sus pasiones y se dediquen a trabajar por ellas”.
Él describe un escenario en el que demasiadas personas podrían terminar en su puerta solicitando ayuda o esperando que él pague por todo. En caso de que algún ser querido necesite asistencia, está dispuesto a brindarla, pero siempre bajo el pretexto de que ha obtenido “una pequeña herencia de un tío”. Lo que sí es indiscutible es que este hombre no solo es afortunado en términos financieros, sino en sabiduría y discreción.