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Las vecinas que limpian Costa del Silencio reciben el aplauso de Arona

La docena de residentes, de distintas nacionalidades, retiran las basuras de descampados y solares privados tres veces por semana; el Ayuntamiento les facilita los medios materiales
Las vecinas que limpian Costa del Silencio reciben el aplauso de Arona
Varias de las voluntarias que participan en la iniciativa Costa del Silencio Limpio, el martes pasado. | DA

“Acciones como las del colectivo ciudadano Costa del Silencio Limpio, formado por mujeres de varias nacionalidades, merecen un aplauso, porque generan conciencia, demuestran que la colaboración ciudadana es clave y, además, lanzan un mensaje muy positivo: la calle es de todos”, manifestó ayer a este periódico Clari Pérez, primera teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Servicios Públicos de Arona.

La edil se refería así a la labor que desempeña una docena de mujeres de nacionalidad belga, italiana y colombiana residentes en el entorno de Ten-Bel, que tres veces por semana retiran basuras de los espacios públicos y, sobre todo, de los descampados y terrenos particulares. Además, confirmó que mañana participará en el zafarrancho.

“Arona es muy grande y hay muchos solares privados que están abandonados”, subrayó la concejala, que se mostró preocupada con la actitud de los ciudadanos que no recogen los excrementos de sus mascotas en las aceras y jardines. Hay que recordar que solo en limpieza el Ayuntamiento de Arona, que trabaja en mejorar el servicio, invierte 12 millones de euros anuales.

Hannelore Ottevaere, impulsora de la iniciativa, insistió ayer en que la labor se centra, sobre todo, en los terrenos abiertos de propiedad privada que afean el paisaje y suponen un riesgo para la salud al ser focos de insalubridad. “Se trata de colaborar con el Ayuntamiento para vivir en un sitio muy bonito, que lo será más si está limpio”, enfatizó esta ciudadana belga residente en el sur de Tenerife desde 1999.

El Ayuntamiento les aporta el material que necesitan, desde cubos y bolsas a cepillos y rastrillos para eliminar del paisaje latas de bebidas, botellas, cajetillas de tabaco, ruedas, algún sofá y hasta bolsos y maletas, presumiblemente robados. Hannelore señaló que las latas que recogen las separan y ella personalmente las lleva cada semana al refugio de animales La Esperanza del Sur, en Parque La Reina “para ayudar a los perritos”. Por cada lata obtienen tres céntimos de euro. Las redes sociales fueron ayer un clamor en favor de la iniciativa ciudadana en Costa del Silencio.

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